El anfitrión le puso 2 kiwis a su vodka y superó sin problemas a los “All Whites”. Primera victoria oficial para los europeos desde octubre de 2015.
Rusia derrotó 2-0 a Nueva Zelanda y tuvo un buen estreno en la X edición de la Copa Confederaciones, el torneo que reúne a los campeones continentales y que es considerado la antesala al Mundial.
En el Stadion Krestovskiy de la ciudad de San Petersburgo, los entrenados por Stanislav Cherchesov fueron demasiado para el rey de Oceanía y tuvieron que conformarse con una escasa diferencia de 2 goles, debido a la gran actuación del arquero Stefan Marinovic.
En efecto, el guardavallas del SpVgg Unterhaching alemán fue responsable que su equipo no cayera por más goles. En el décimo encuentro que el seleccionado neozelandés disputó por este certamen, nueve han sido derrotas y solamente pudo cosechar una igualdad sin goles ante Irak en Johannesburgo.
De entrada un remate lejano de Aleksandr Golovin exigió al portero oceánico. Luego un tiro de esquina ejecutado desde la derecha por parte de Alexander Samedov tuvo un gran anticipo de cabeza de Viktor Vasin, pero la pelota rebotó en el poste izquierdo y fue despejada en la línea por Michael McGlinchey, de manera providencial.
Lo tuvo Dimitriy Poloz con un perfecto control con el pecho tras una bola cruzada de Yuri Zhirkov, pero le faltó fuerza a su remate final y el balón volvió a ser salvado en la raya de gol, esta vez cortesía de Tommy Smith. Pero apenas media hora duró la resistencia de Nueva Zelanda y los locales encontraron su merecido gol.
A los 31´, una exquisita combinación entre Alexandr Erokhin y Poloz, terminó en una habilitación para Denis Glushakov. El volante del Spartak moscovita levantó la pelota sobre la salida de Marinovic y el suspenso se apoderó de la escena: es que el balón se dirigió en cámara lenta hacia el arco neozelandés y se estrelló en el vertical izquierdo, para luego rebotar en Michael Boxall, cuyo intento de despeje no hizo más que confirmar el autogol. La planilla dirá que fue en contra, pero merece Glushakov el reconocimiento por su categoría y rápida resolución.
La segunda etapa volvió a ser un monólogo ruso, con la cancha inclinada hacia el arco oceánico y el público expectante por una goleada.
Primero una atajada colosal de Marinovic ante un terrible cabezazo de Poloz, y encima en el rebote el guardavallas también le negó el segundo grito a Erokhin.
Otra vez Poloz por la izquierda definió a colocar sobre el segundo palo y nuevamente Marinovic contuvo a medias. La pelota le quedaba servida a Smolov, pero una salvada in extremis de Ryan Thomas evitó un gol cantado.
Sin embargo, harto merecido llegó el segundo gol del encuentro. A los 69´, Fyodor Smolov encontró suelta una pelota que no pudo rechazar con claridad Boxall (qué tardecita, mi estimado) y apenas tuvo que empujarla para liquidar el pleito.
Debieron ser más pero apenas fueron 2 goles. Rusia aprobó con éxito su primer examen oficial, dentro y fuera de la cancha. Se respira ese aire mundialista que tanto nos seduce. Saquen banderas, busquen fixtures y cambien figuritas… no hay tanto invierno para semejante pasión.
(Foto: FIFA.com)