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En el nombre de Perón

Los estadios de fútbol encierran pasiones muchas veces inexplicables. Cada hincha deposita sus sentimientos allí de manera personal y particular. Recuerdos, goles, anécdotas, jugadas, etc. confluyen en un mismo espacio y generan en cada simpatizante increíbles sensaciones difíciles de transmitir verbalmente. La cancha es un lugar en el mundo y cada una tiene su origen. Historia y sentimientos se mezclarán para condimentar las próximas líneas…

Cuando el Peronismo asumió el Poder Ejecutivo del país en 1946, la vida social, cultural y económica argentina dio un vuelco histórico que perduró hasta nuestros días. Juan Domingo Perón se convirtió en referente político de miles de trabajadores que hasta ese momento habían sido invisibilizados por la oligarquía gobernante. El Peronismo tomó las riendas del Estado profundizando el proceso de industrialización que se venía implementando desde comienzos de la década del 30. Atrás había quedado la Argentina “granero del mundo” y lo que se venía era un Estado benefactor que generaría un cambio radical en la vida de los argentinos.

Esta nueva política gestó, entre otras cosas, leyes y decretos que beneficiaron a entidades deportivas. Boca, River, Huracán, Racing Club e Instituto de Córdoba fueron algunos de los equipos de fútbol alcanzados por estas normativas. La Gloria y la Academia rindieron homenaje a Perón utilizando su nombre para denominar a sus estadios.

En Avellaneda, el Cilindro (tal como lo apodan sus hinchas) fue inaugurado el 3 de septiembre de 1950 con el triunfo de la Academia por 1 a 0 frente a Vélez Sársfield, el gol lo marcó Llamil Simes. La historia cuenta que en el año 1946 el Poder Ejecutivo firmó el decreto 7.395 que le otorgaba un préstamo al club para la construcción de “un gran estadio en su Campo de Deportes sito en la ciudad de Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, para la exhibición y práctica de cultura física”. Por aquel entonces, el Ministro de Hacienda, Ramón Cereijo (fanático de Racing) movió sus influencias para que este proyecto se pueda llevar a cabo rápidamente. La compra de 30 mil metros cuadrados de terreno pertenecientes a los ferrocarriles fue el puntapié para iniciar la construcción. En agradecimiento a la gestión, el presidente de la institución Carlos Pailot decidió nombrar al estadio como Presidente Perón.

Fernando, hincha de Racing, me contó cómo es su relación con el estadio: “Entrar al Cilindro es felicidad y sentirme en mi mundo, ver el mástil, ver las tribunas, es como mi casa, esa es la sensación. Siento que me conecta mucho conmigo mismo, con toda mi historia, es el lugar donde al mismo tiempo soy chico, adolescente, grande, donde sé que voy a seguir yendo pase lo que pase, o sea, me conecta con las cosas buenas, con las cosas malas. Es volver a ir con mi viejo de alguna manera, que fue el primero que me llevó, es como un cable a tierra, me conecto conmigo mismo, creo que esa es la mejor expresión”.

Lucas, otro hincha de Racing, de una nueva camada generacional dice: “El Cilindro es una cura para mi alma, yo estoy bajoneado toda la semana o triste porque me pasa algo, voy al Cilindro y se me pasa en un toque, gane o pierda Racing, es así. El Cilindro es mágico, como dice la gente, porque te cambia el humor al instante, te pone más feliz, te pone contento ir a ver a Racing, es muy lindo. Todos los partidos que puedo voy dos horas antes que arranque porque me encanta estar allí, es una sensación de placer y orgullo juegue o no la Reserva, esté la cancha vacía o esté la cancha llena, es una sensación de orgullo y placer que me provoca estar adentro del Cilindro”.

En Alta córdoba se encuentra el estadio Juan Domingo Perón (también conocido como Monumental de Alta Córdoba), hogar del Instituto Atlético Central Córdoba. Gracias al decreto 5.018 se consiguió el préstamo que facilitó su construcción. Se inauguró el 15 de agosto de 1951 como parte de los festejos por los 33 años de la institución. ¿Habrá sido casualidad que su rival haya sido el Racing Club de Avellaneda? El estadio cuenta actualmente con una capacidad de más de 26.000 espectadores, siendo el segundo más grande de Córdoba luego del Mario A. Kempes.

Leonel, hincha de la Gloria y sus sensaciones: “Es entrar a la cancha, pasar esa puerta y olvidarse de todo. De todo lo bueno, de todo lo malo, de todo lo que te pasa a vos y al mundo. Por poco más de 90 minutos sos vos, el estadio e Instituto. Lo demás no existe. Esta es mi segunda casa (la cancha de Instituto), esto es un templo hermoso para todos los gloriosos”.

Enzo no se quiso quedar atrás y me contó: “La cancha de la Gloria para mí es un templo. Es un lugar adonde voy a despejar todos mis problemas, adonde voy a alentar al club que amo y en donde paso más tiempo con mi papá y mi hermano. Porque siempre que voy allá me vengo con la alegría de gritar el gol y abrazar a mi hermano y a mi viejo, a sentir ese aroma a cancha, ese aroma a gloria. Es como mi segunda casa, es el lugar que cuando tengo problemas con algo o no estoy de buen humor, me voy para allá y ahí es donde me cambia el humor inmediatamente, apenas ingreso. Me pongo feliz sea cual sea el resultado, estoy feliz porque estoy en la cancha de la Gloria compartiendo un lindo momento con mi viejo y mi hermano”.

Gracias al Peronismo las pasiones de muchos argentinos pudieron ser canalizadas a través de sus clubes como nos muestran los casos que les acabo de contar. Será cuestión de creer o reventar, pero los estadios de fútbol tienen algo muy especial. Entender esa particularidad requiere, básicamente, el ser hincha y transpirar amor y pasión por el club, sea desde una tribuna o desde una platea. Ya lo escribió una vez Quique Wolf: “¿Cómo vas a saber lo que es el amor? Si nunca te hiciste hincha de un club…”

Ilustración: Martín Tobaldo Pastore (https://www.facebook.com/martin.tobaldopastore)

Diego González

Diego Gonzalez nació un 11 de agosto del año 1975 en el Hospital Evita de Lanús, exactamente el mismo lugar donde también nació un cara sucia de Fiorito que años más tarde regaría de alegría el suelo argento. Estudió historia, de ahí su pasión por esa rama de las Ciencias Sociales, además de trabajar en una escuela pasa varias horas de la semana metido en el Archivo Histórico de Barracas donde aprendió a desempolvar documentos, libros y fotos. Hace un tiempo estuvo recluido en un retiro espiritual rogándole (quien sabe a quién) que sus neuronas no lo abandonen y se alineen correctamente para poder hacer uso de su pluma en pos de informar y entretener, siempre desde sus tres pasiones: la historia, el fútbol de ascenso y, desde hace algunos años, el fútbol femenino.

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2 Comentarios

  1. Diego dice:

    Gracias Diego por hacer memoria e historia desde el fútbol. Genial.

    1. Diego González dice:

      Gracias Diego! La historia se hace presente en todas las manifestaciones culturales del ser humano afortunadamente y ayuda al ejercicio de la memoria, como decis vos 😉

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