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La hora más difícil, primera parte

Luego del debut mundialista, los “Socceroos” intentaron sin éxito el regreso a la escena mundial. Fueron 7 misiones fallidas y a continuación desarrollamos las primeras 4 de ellas, con la frustrante aparición de su vecino poco conocido.

La Copa del Mundo de Alemania 1974 sirvió de experiencia para que Australia se diese a conocer en el mundo del fútbol, más allá de la inevitable asociación con el rugby y el cricket. Pero no había que conformarse solamente con llegar, sino que además el objetivo era mantenerse y fortalecer a la región.

El camino hacia Argentina 1978 comenzó con la previsible supremacía sobre Nueva Zelanda y China Taipei: la verdadera diferencia se dio en Sydney con un triunfo 3-1 sobre los “All Whites” que garantizaría el pasaje a la ronda final con los representantes de Asia.

Pero el pentagonal decisivo resultó un baño de realidad para los oceánicos, ya que lograron apenas 3 victorias y quedaron en el penúltimo lugar, detrás de Irán (clasificado para el Mundial), Corea del Sur y Kuwait.

Se renovaron las esperanzas para España 1982, ya que la FIFA decidió elevar a 24 el número de participantes. Sin embargo, el duro golpe lo sufrió en su propia casa y ante su archienemigo regional: luego de empatar 3-3 en Auckland en el debut por el Grupo 1 de la fase de clasificación de Asia/Oceanía, los “Socceroos” cayeron inesperadamente 2-0 en Sydney ante los “All Whites” (cortesía de Steve Woodin y Grant Turner) y no pudieron reponerse más, a punto tal que se quedaron afuera de la pelea por un cupo en el Mundial.

Para colmo de males, quien sí obtuvo el pasaje al territorio ibérico fue Nueva Zelanda, que junto a Kuwait se transformaron en los seleccionados debutantes de ambas regiones.

Llegó el turno de México 1986 y Australia creyó haber aprendido de los errores del pasado. Esta vez transitó una etapa eliminatoria más corta porque fue agrupada con Nueva Zelanda, Israel y China Taipei, en un cuadrangular con el sistema “Round Robin” (o sea, todos contra todos) y el vencedor se ganaría el derecho de medir fuerzas ante Escocia, el segundo clasificado del Grupo 7 de las eliminatorias europeas.

Invictos, con 4 éxitos y 2 igualdades, los “Socceroos” no dejaron lugar para otra sorpresa y se encomendaron a la difícil tarea de sorprender a un seleccionado del “Viejo Continente”.

Escocia había quedado detrás de España y todavía estaba atónita por la triste noticia del fallecimiento de su entrenador, Jock Stein. El 10 de septiembre de 1985, apenas finalizó el encuentro en el que los “Terriers” empataron 1-1 con Gales en el Ninian Park de Cardiff, Stein sufrió un ataque cardíaco y murió en el banquillo. Unos meses antes, quien fuera el primer entrenador no católico que dirigió al prestigioso Celtic de Glasgow, decidió contratar a un joven DT como su asistente. Era ni más ni menos que Alex Ferguson, de exitosa gestión en el Aberdeen escocés, con el que obtuvo 11 títulos (2 de ellos continentales) en 7 años.

Bajo la batuta de Fergie, los europeos fueron demasiado para Australia y se quedaron con el primer chico, disputado en el Hampden Park: 2-0 por anotaciones de Davie Cooper y Frank McAvennie.

La revancha se jugó en el Olympic Park de Melbourne – sede de los Juegos Olímpicos de 1956 – y el empate sin goles truncó nuevamente los sueños oceánicos.

Tan cerca en lo anímico pero demasiado lejos en lo deportivo: para Australia el retorno a una Copa del Mundo realmente “Es-Cocia” difícil. (Foto: Caltex Socceroos Twitter)

El cuarto intento por regresar a un Mundial tampoco tuvo final feliz. La fase de clasificación para Italia 1990 directamente se redujo a 3 equipos: los “Socceroos”, Nueva Zelanda e Israel.

Quienes sacaron provecho de las históricas batallas futboleras entre australianos y neozelandeses fueron los israelíes, que con apenas un triunfo por la mínima sobre los “All Whites” y 3 empates, se quedaron con el primer lugar del grupo y se ganaron la chance de enfrentar a Colombia, vencedor del Grupo 2 de la Conmebol pero con el peor registro como primero de una zona (Brasil y Uruguay se clasificaron directamente).

Los “cafeteros” volaron en Palomo hacia Italia, ya que el recordado Albeiro Usuriaga señaló el único gol en 180 minutos de juego y le permitió a Colombia regresar a un Mundial tras 28 años.

Australia transitó 16 años de frustraciones y sinsabores. Ni siquiera pudo mostrar autoridad en Oceanía, ya que el dominio continental tuvo que repartirlo con Nueva Zelanda (ambos seleccionados levantaron una vez cada uno la Copa de Naciones hasta ese entonces).

Pero un camino alternativo quizás podía sumar experiencia a futuro. Los Juegos Olímpicos sirvieron como vidriera para algunos jugadores y nombres australianos comenzaron de a poco a irrumpir en Europa, a finales de los 80´s y principios de los 90´s.

Faltaba desarrollo y confianza en sí mismo. Australia abrió la puerta mundialista en 1974 y le tomó el gusto a esa entrada en escena. Pero su actuación fue demasiado efímera y el portazo en la cara dolió tanto, que la herida del ya no ser tardó mucho en cicatrizar. Y luego vinieron 3 conatos para la recuperación… pero eso será otra historia.

(Foto Principal: Caltex Socceroos Twitter)

Emiliano Schiavi

Soy Emiliano Schiavi y siempre me interese por el fútbol internacional. Sin cable ni internet me las arreglaba leyendo el "Guerin Sportivo" o cualquier revista extranjera que sólo se conseguía en pocos kioscos del Centro. También me acompañaba algún VHS sobre la historia de los mundiales y nunca me cansaba de verlos. Por eso le preste atención al fútbol de Europa, Africa, Asia y - si estaba aburrido - Oceanía. Descubrí un medio maravilloso como la radio y conocí buena gente (grandes amigos) que me acercaron al Rincón del Fútbol. La radio es una pasión, pero escribir es un deleite. Y todos los dias lo hago en este espacio, donde investigo y me gusta informar y entretener. Mi mayor expectativa para este nuevo proyecto es seguir aprendiendo. Porque a los 45 años también se aprende, créanme. Tengo total libertad para expresarme, leer y ser leído. Porque nadie desafina cuando uno escribe lo que se le canta. Digamos todo ...

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