La pasión puede ser definida como el resumen de los sentimientos, instintos y emociones básicas de los seres vivos, y la razón como aquello que nos diferencia de los animales, lo que nos hace únicos, el poder de distinguir cuando debemos responder o no a esos instintos. La razón es aquello que te impide hacer las locuras que te pide tu corazón. Estas dos cualidades de una persona deberían estar equilibradas, objetivo casi imposible, siempre van a existir personas en las que predomine la razón y otras en las que lo haga la pasión, de estas últimas en la cultura del fútbol hay un montón, por no decir todas. Es más, el fútbol argentino se caracteriza justamente por el nivel de pasión con el que todos lo vivimos. Capaces de seguir a su equipo donde sea, aunque eso implique faltar al trabajo o en el último de los casos, perderlo. La pasión conlleva la pérdida, dejar algo de lado para ganar. Se vuelve peligroso cuando lo que se deja de lado es la capacidad de reflexión, de razón. El final de este viaje es conocido por todos nosotros, y desemboca en la violencia cotidiana que ejercen aquellos que son capaces de hacer cualquier cosa por los colores, menos pensar.
Los acontecimientos del sábado 24 de noviembre y toda la secuencia hasta la decisión final de jugar un partido de fútbol fuera de su territorio fue una clara muestra de la derrota organizativa, deportiva y reflexiva. Si desde los mismos dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino difunden un video promocionando la gran final como “algo inexplicable”, entonces que podemos esperar de un espectador que le encinta fuegos artificiales a su hijo debajo de la remera para pasar desapercibido de los controles y cacheos. Se “supone” que los niños no van a hacer nada malo. Suponemos mal, el fútbol argentino da para todo, desde chiquitos se hereda esta farsa “cultura folklórica de la pasión”, vacía de cualquier ánimo por explicar lo vivido. Una cultura vacía de sentido.
https://www.youtube.com/watch?v=ttt4p_qRJZU
Para Clifford Geertz, antropólogo estadounidense, la cultura es el contexto dentro del cual tienen significado —son interpretados por los actores sociales— los acontecimientos sociales, los modos de conducta, las instituciones y los procesos sociales. ¿Qué sucede cuando los modos de conducta y los procesos sociales pierden su sentido o son inexplicables?
Ahora la decisión es jugar el domingo 9 de diciembre a las 16.30 hora argentina en el estadio del Real Madrid. ¡Qué escena!, La Copa Libertadores de América se juega en España, José de San Martin debe estar retorciéndose en su tumba.
Hace rato el fútbol argentino viene perdiendo por goleada. Ni un arquerazo podrá tapar todos los zapatazos que vienen de todos lados. Mucho menos cuando en lugar de pelotas, vuelan botellas y piedras. Cuando pasó la novela del gas pimienta en la cancha de Boca pude experimentar una sensación de desencantamiento, y desinterés muy fuerte por este deporte. Creí que nunca más me iba a suceder, me equivoqué. El sábado 24 de noviembre se acentuó ese pesar. La verdad, River, Boca, AFA, CONMEBOL, se pueden ir bien donde quieran, ya no me interesan. Jueguen en Brasil, Paraguay, España o Kazajistán. Entramos en tiempo de descuento, ¿Cuánto queda, no lo sé?… Apurate pateá rápido que el árbitro ya está por pitar. ¿El final del partido? ¡No!, el final del juego. Porque este juego se murió hace rato. Basta para mí, basta para todos.
Excelente nota y comparto tu sentimiento