JOSÉ BRUNO (FROG MILANO, ITALIA)
Este porteñito delantero del Frog Milano de Italia Girone D, que nació el 22 de junio de 1992, hijo de Nelly y Carlos, hermano menor de Agustín y Gabriela y que un día se dijo que iba a jugar al fútbol en Europa.
-¿Cómo empezaste?
-Arranqué con 10/11 años más o menos en la escuelita de un gimnasio que habían abierto cerca de casa, después me fui a Ferro, a FEFI. Estuve un año ahí y había empezado futsal, era la edad en la que empezaba pre-Novena y mi hermano se estaba entrenando en Cuarta de Argentinos Juniors, así que me fui a probar a pre-Novena y estuve entrenando con ellos hasta que empezaron las clases.
-¿Ahí empezaron las complicaciones?
-Al mismo tiempo que arranque en Argentinos en cancha de once estaba haciendo futsal ahí también, estuve un par de meses pero cuando arranqué el colegio porque no me daban los horarios, ahí arrancó la discusión de todos los días con mis viejos porque a mí en séptimo me habían invitado a ir al colegio de River becado, a raíz de un torneo del que había participado con mi colegio, el Normal 4, pero no me dejaron porque en un colegio de un club decían que lo que más importaba era la parte futbolística y lo que ellos querían era que priorice lo educativo, así que fui al Pío IX en Almagro, mi hermano había ido ahí. Dejé todo lo que era futsal y cancha de once, salía muy tarde y los horarios no me daban para ir a entrenar a algún lado y seguí así hasta los 14/15 años que un amigo me invitó a jugar un partido un feriado, un 17 de octubre, un amigo que no veía mucho porque él estaba en Vélez e iba al colegio en otro horario. Fui a jugar el campeonato y volví a jugar en cancha de once después de mucho tiempo, estaba falto de confianza porque era gente más grande del otro lado y hacía mucho que no estaba en cancha de once. Me acuerdo de haber jugado el primer tiempo horrible.
Volví a entrar en el segundo tiempo, metí un gol y los pibes que eran más grandes me siguieron invitando a jugar; yo tenía 15 años y ellos 25/30 y para mí era una motivación; ese fue el día que dije: “Yo quiero jugar al futbol”, el volver a jugar en pasto, los botines me refrescaron la memoria. Jugaba los sábados este torneo y en la semana me entrenaba en el colegio, me iba a correr al parque, hacía pesas en casa. Estuve un año así y decidí que quería jugar y me puse a entrenar por mi cuenta, me iba a correr al Parque Centenario y al Parque Chacabuco que estaban cerca de mi casa.
-¿Qué hacías mientras tanto?
-En junio y en diciembre me iba a probar a todos los clubes, al que siempre iba era a Racing, yo soy hincha de Racing y mi sueño es ir a jugar ahí. Yo iba y entrenaba, corría una hora pero no tenía idea de lo que sirve, pero eso para el fútbol no te sirve. Me faltaba estado físico porque condiciones tenía. En principio fui a clubes de Primera. A Racing fui cuatro veces; a Vélez y Tigre, donde había quedado, cuando trajeron a uno recomendado me dijeron que no. Volví a Argentinos, estuve entrenando a prueba y me dijeron que no, entrené en clubes de B Nacional y Primera B y el primer equipo que me fichó fue Excursionistas en Quinta, y la verdad es que casi no jugaba. Al año siguiente me fui a probar a San Lorenzo y ahí me dijeron lo mismo, que me faltaba estado físico y de ahí me mandó Nano Arian, que estaba en la parte de Inferiores y me hizo el contacto en San Telmo y que lo fuera a ver a los seis meses. Él, a los dos o tres meses, falleció. No sé lo que hubiera pasado pero me quedé ahí en San Telmo un año.
-¿Cómo surge Europa?
-Al año siguiente volví a Excursionistas a jugar mi segundo año de Cuarta. Empecé a jugar un poco más, terminé como titular y arranqué el último medio año de Cuarta y yo veía que si no me subían a Primera no iba a dejar de jugar, si acá no pasa nada me voy a Europa. La ciudadanía ya la tenía porque mi hermano unos años antes se había venido a probar pero se tuvo que volver porque no tenía papeles y dejó; así que yo tenía esa idea en la cabeza y cuando arrancó el año no le vi futuro y tomé la decisión de que en junio me iba para Europa, así que estuve esos seis meses entrenando en Nueva Unión, un club de la Liga de Tandil que ahora desapareció pero preferí irme ahí porque iba a tener más roce, iba a ser de menor categoría que con la Cuarta de Excursionistas pero iba a tener compañeros más grande e iba a tener una competencia más grande. Estuve trabajando desde que terminé la secundaria, dos años y medio, junté la plata con ayuda de mi viejo y me vine para Italia, sin idea de adónde ir.
-¿De qué trabajabas?
-Tenía un amigo que trabajaba en una consultora y a mí y a todos mis amigos nos consiguió buenos laburos. Yo trabajé en multinacionales, en el Correo, eran trabajos de dos semanas, un mes, más del estilo changas. Pero en donde más estuve fue en Nextel, estaba en la parte de ventas y era un laburo de oficina en el que estuve un año y medio.
-¿El primer destino?
-Un par de días antes de venir para acá, por un conocido de mi madre (Alejandro Blasco) que jugó en Español y había estado jugando en Italia me hizo un contacto, que había un club que buscaba un delantero; él me dijo que iba a preguntar en Excursionistas qué referencias tenía y bueno, me dijo que estaba la posibilidad si me interesaba.
Alejandro es el que hizo el contacto y otro argentino que sigue jugando acá, Ramiro Lago, me hizo todo el trabajo de contacto con el club y me ayudó bastante cuando vine, y todo esto sin conocernos. La verdad que 10 puntos.
Aproveché y me vine “Moso” y juega en Promocione, como si fuera un Argentino A, todo regional. Estuve ahí seis meses, la idea era quedarme por un año pero hubo un problema con el sponsor. Nos dejaron de pagar y en diciembre me fui a al “Chelenza”, una categoría más arriba; fue una experiencia difícil, lejos de casa y era un pueblo muy chiquito en la montaña, cerca de Austria, así que ellos no hablaban italiano, hablaban un dialecto medio alemán/austríaco y la forma de ser de ellos era muy distinta, yo no estaba muy cómodo.
-La experiencia española no fue la mejor…
-Me fui para España, al sur, a Alicante y estuve en el “Novelda”, un club que estaba en Tercera -que sería la B Metro- y ahí tuve un problema cuando firmeéla declaración porque era extranjero, tenía que firmar para la Federación Española que no había jugado en ningún otro club español y hubo un error. En la declaración pusieron como que no había jugado en ningún club de la FIFA y lo tomaron como que quise engañar a la Federación y me suspendieron 5 meses, no pude ni jugar ni firmar el contrato, sólo podía entrenar. Fueron meses complicados en España pero tenía un tío ahí que me ayudó mucho, me quedé con él e iba a trabajar con él como herrero, albañil; le daba una mano y fueron meses difíciles, porque estaba suspendido y no es que me dijeron cinco meses, sino que resolvieron eso, pero tenía que llamar todos los días para saber cómo estaba mi situación porque la tenía que ver un juez.
Estando en España sin jugar surgió una prueba en Alemania. Fui, me probé y me dijeron de ir para el año siguiente. Fui en octubre y me dijeron que vuelva en enero. Como en España no se resolvió mi situación y me levantaban la suspensión, quería cambiar de aire, era un club de tercera división que en principio era la misma categoría, y el fútbol alemán me llamó la atención como experiencia, y económicamente era mucho mejor que España. No fui con un representante, fui con alguien del club y todo lo que me prometieron no era así, no estaba la plata, el club era de menor categoría y decidí quedarme un año y medio en Alemania. Estuve así en las ligas regionales, como en Italia y tenía que trabajar: al principio como bachero en un restaurante, aprendiendo el idioma y hablo un poco de alemán, rendí el examen y lo aprobé, después trabaje en un hospital también, limpiando.
-No todo fue color de rosa…
-Los últimos dos meses, ya estando en Alemania, me lesiono con una “fallita implantar”, así que cuando llegue acá en la pretemporada casi no pude jugar.
-Cambio de aire…
-Cambiar de aire… Justo tenía un amigo que se venía a Italia a probar y nos pusimos a charlar y a comentar un poco la cosa, venía con un representante y surgió la posibilidad de venir a Milán, y estoy hace dos meses acá. Dejé todo allá en Alemania y estoy en “Frog Milano”, es una categoría regional, como si fuera el Argentino B.
Empecé hace dos semanas a entrenar y ahora que ya puedo jugar estoy esperando el transfer, que como es internacional tienen que ir a Roma y volver. Esta temporada no pude jugar porque estoy esperando los papeles pero en teoría para la semana que viene o la otra ya podría estar jugando.
¡Qué historia! Excelente ejemplo de perseverancia.