La selección croata de fútbol tiene en su plantel a grandes nombres, pero hay uno que está por encima de todos. El número 10 del Real Madrid: Luka Modric. Jugará su cuarto mundial y querrá llevar a su país a lo más alto tras el último subcampeonato en Rusia 2018.
Pese a ser un juego colectivo, en el fútbol también sobresalen las individualidades y, probablemente, a mayor cantidad de buenas individualidades, mas grandes serán las posibilidades de formar un gran equipo. Croacia tiene para este Mundial muchos nombres de nivel internacional: Lovren, Brozovic, Kovacic, Perisic. Y a todos ellos se suma el estelar Modric. Luka es el capitán y el mejor jugador del actual subcampeón del mundo.
Es internacional con su país desde 2005, a partir de allí disputó todos los torneos que el seleccionado croata jugó: Tres mundiales (2006, 2014, 2018) y tres Eurocopas (2008, 2012, 2016). En la Euro 2008 formó parte del equipo ideal de la competencia y su gran forma lo llevó a recibir una oferta del Tottenham Hotspurs. Hasta allí se había desempeñado en el Dinamo Zagreb de Croacia.
Cuatro años furiosos en Londres con 156 partidos y 17 goles estando en muchas ocasiones seleccionado como jugador del mes en Premier League o elegido el mejor mediocampista del torneo, llevaron al Real Madrid a realizar una oferta de 30 millones de euros para hacerse con los servicios de Lukita.
A día de hoy, 448 son los juegos que Modric disputó con la camiseta de la Casa Blanca, marcando 33 goles y siendo pieza absolutamente fundamental en 5 conquistas de Champions League, entre otras tantas medallas que colgó en su cuello en estos 10 años en la capital de España. Su mejor año fue en 2018, prueba de esto fue la premiación más alta a nivel individual que tiene un futbolista en Europa: El Balón de oro. Luka lo tuvo en sus manos y lo recibió en París entregado por Leo Messi.
Un jugador todo terreno, con capacidades de quite y recuperación como su posición en el campo requiere, además de un pie derecho exquisito con una especialidad: El borde externo. Infinitas son las veces que utilizó la cara exterior del pie para asistir en modo clase mundial a sus compañeros. Remate a distancia con potencia y una precisión infalible, además es el encargado de patear el córner junto con Toni Kroos. Un inolvidable tiro de esquina fue el que envió en el último minuto de partido en aquella final de Champions frente al Atlético Madrid para la cabeza de Sergio Ramos.
Luka Modric es el manual del mediocampista. Su paso por el fútbol no será el de un jugador más. Sus 36 años marcan que su huella en este deporte ya está totalmente marcada y quedará por siempre. En Qatar tendrá la difícil misión de intentar repetir lo conseguido cuatro años atrás, en donde llevó a su país a ser finalista y ser elegido el mejor jugador del mundo.
Foto: MARCA
Por Juan Bovone