Luna llena en la Ciudad Eterna y la “Loba” aulló para una remontada de tintes épicos. Tremendo golpazo para los “Culés”, que fueron rehenes de su exceso de confianza y sufrieron un inesperado atraco a su ilusión.
Roma goleó 3-0 a Barcelona en el Stadio Olímpico y empardó el marcador global 4-4, para acceder a las semifinales de la UEFA Champions League por el gol conseguido como visitante. Sorpresiva reacción de un equipo que parecía haber firmado su acta de defunción en el encuentro de ida, pero que resucitó ante un desconocido equipo catalán.
Ni el más fanático de los tifosi romanos hubiese imaginado un desenlace semejante. No solamente por el concierto de errores que el conjunto de Eusebio Di Francesco mostró en la ida (hasta pareció entregado al momento de conocer su rival en el sorteo). Más aún, con la pobre actuación en este mismo escenario el pasado fin de semana ante Fiorentina por el torneo local. Todo hacía presagiar que sería apenas un trámite para el Barça… pero lo hermoso del fútbol es que nunca hay nada decidido y que cualquier cosa puede pasar.
El primer impacto llegó en el minuto 6 de partido, con la potencia goleadora de su pieza más temible: Edin Dzeko. Bochazo largo de Daniele De Rossi para que el bosnio se las arregle ante los centrales visitantes y con la pelota picando pudiese batir a un Ter Stegen bajas calorías.
Un tal Messi quiso poner las cosas en su lugar con un tiro libre a pedir suyo. Pero le faltó tiza a la hora del remate y levantó demasiado el zurdazo que pasó por encima de la barrera (y del horizontal).
Un equipo de Valverde timorato, con una versión pocas veces vista, en la que primó el nerviosismo y la falta de coordinación entre sus líneas. La defensa retrocedía mal y no daba garantías; el mediocampo corría de más (a veces sin saber para qué); y lógicamente un ataque inconexo en el que el propio Messi fue presa de la confusión general.
En el segundo capítulo la tónica no varió demasiado. No tanto por los embates romanos ni mucho menos. Barcelona no era Barcelona y eso podía esperanzar a cualquiera, por más golpeado que pareciera.
Y llegó otra sorpresa, que nació con una nueva obra maestra del terror de la última línea catalana. A los 58´, nuevo pelotazo de De Rossi entre los 2 centrales del Barça, para un Dzeko batallador. Samuel Umtiti le miraba el número y Gerard Piqué marcaba como un principiante. El forcejeo mutuo entre el español y el bosnio tuvo como desenlace la falta del defensor y la sanción de la pena máxima por parte del colegiado Clemente Turpin.
Daniele De Rossi no falló y Roma se puso 2-0 arriba, para encender la caldera del Olímpico y confiar en una levantada que una hora antes parecía imposible.
Cómo evidenciaba su impotencia el visitante, que hasta el propio Messi tiró una patada de expulsión y por buenos antecedentes solamente se ganó la tarjeta amarilla. Si los que crean y desequilibran, se dedican a pegar, está a las claras que nada bueno podía salir de todo eso.
Entonces el “Giallorosso” creció en ganas y juego, y se animó a la heroica. Primero De Rossi casi conecta de cabeza una bola cruzada de Federico Fazio (sí, el mundo al revés). Y luego Radja Nainggolan puso a prueba a Ter Stegen con un disparo desde el punto penal, que esta vez tuvo una sólida respuesta del arquero alemán.
Messi pudo hacer de las suyas con pelota dominada y en velocidad. Antes de entrar a la 18 ensayó un zurdazo que llevaba potencia pero no tanta dirección, y Alisson Becker controló sin dar rebote.
Los romanos casi golpearon las puertas del cielo con una acrobática definición de Stephan El Shaarawy ante un envío de Alessandro Florenzi, pero Ter Stegen se mandó una atajada colosal para sacar las papas del fuego. Claro que sería el preludio, ya que la comida iba camino a quemarse y el banquete soñado no sería tal para los catalanes.
El reloj marcaba 82´de juego y un balón detenido decidió la suerte de ambos. Tiro de esquina de Cengiz Under desde la derecha y perfecto anticipo ofensivo de cabeza de Konstantinos Manolas para el inolvidable 3-0. Golpe directo a la pera del que soñaba con la triple corona y que besó la lona antes de lo previsto.
Conmovedor grito del heleno, delirio desatado en la ciudad a la que conducen todos los milagros caminos… pontificado sea el fútbol de hazañas impensadas… por primera vez en su historia Barcelona queda afuera de una competición europea con 3 goles de ventaja.
Cimbronazo para todos… ¿Fin de ciclo para algunos? Roma salió fortalecido de una batalla que tenía perdida. Y los “Culés” mordieron el polvo de la derrota y sufrieron en carne propia lo que experimentó un PSG que terminó humillado.
Sin dudas, es la caída de un gigante que hará temblar el mapa futbolero. Silencio sepulcral para Barcelona e inevitable referencia a San Agustín, quien alguna vez dijo: – “Roma ha hablado, la cuestion está cerrada”.
(Foto: Daily Express)