River goleó a Colón por 4 a 0 y se quedó con el trofeo de la Copa Campeón de Campeones. Julián Álvarez por duplicado, Benjamín Rollheiser y Jorge Carrascal convirtieron los goles en el Estadio Madre de Ciudades.
Agranda la leyenda. El River de Gallardo hace todo lo posible por romper records, por seguir agigantando su nombre, el del River de Gallardo. Aún sin destacar, sobre todo en el primer tiempo, se da la licencia de salir campeón ante un rival nada despreciable como Colón y encima goleando. Quizás uno de los motivos del por qué se permite tomarse esa licencia sea que cuenta con un delantero que cada vez que toca la pelota, hace preparar la garganta por qué un gol es posible. Aún cuando la imprecisión y la toma de recaudos de ambos lados dificulte la fluidez del juego, el Millonario confía en que Julián Álvarez va a sacar un conejo de la galera. O tal vez no un conejo de la galera, pero si un gol de la punta del botín, tal como lo hizo cuando el primer tiempo llegaba a su fin y apareció con oportunismo para conectar el balón luego del centro de Santiago Simón, poniendo el 1 a 0.
Colón era un verdadero desconcierto. Sin solidez defensiva, sin un generador de juego que se destaque y con delanteros que terminaban sin contacto con el balón, por ende, sin chances para inquietar a Franco Armani, situación que se acrecentó luego de sufrir el primer gol de la noche. En el primer tramo del segundo tiempo no variaron las cosas, hasta incluso se hicieron más evidentes luego del segundo gol del conjunto de Núñez. Una buena sociedad entre Paradela y Julián Álvarez, quien se encargó de pelear con Leandro Burian y luego de ganarle la posición rematar con el arco a su merced.
El Millonario manejaba los hilos del partido a su antojo, apoyado en la solidez de Paulo Díaz, encargando la elaboración del juego a Santiago Simón y Agustín Palavecino, además de tener a su estrella en un momento muy dulce, como viene Julián Álvarez. Tanto aroma a partido liquidado había con el 2 a 0, que Marcelo Gallardo se dio el lujo de hacer ingresar a Leonardo Ponzio, Benjamín Rollheiser, Jorge Carrascal y el pibe Galván. Justamente con los ingresos se logró sellar la goleada. Primero con Rollheiser, quien capturó un remate de Álvarez que había dado en el palo y solo tuvo que empujar la bocha al fondo de la red para el 3 a 0.
El Sabalero estaba inmerso en la impotencia, los cambios no produjeron el efecto esperado por Eduardo Domínguez y lejos de tomar protagonismo y neutralizar al rival veía como el marcador se estiraba cada vez más. Los ingresos de Lucas Beltrán, Facundo Mura, Nicolás Leguizamón y Santiago Pierotti no constituyeron una amenaza para Franco Armani, quien aparte de tener poca acción, las veces que fue exigido respondió de manera correcta.
Antes de que Patricio Lousteau diera por finalizado el encuentro, hubo tiempo para que Jorge Carrascal ponga el 4 a 0 luego de una desatención en una floja defensa Santafesina y para la expulsión de Rafael Delgado, ya que se le fue al humo al colombiano por interpretar que estaba festejando ante los hinchas de Colón.
River gritó campeón por tercera vez en el año, y pese a que fue una temporada cargada de complicaciones entre convocados a los seleccionados, lesiones, Covid y otras yerbas, logró terminar como el Campeón de Campeones.