La Casablanca era un largometraje propio de Darío Argento, con suspenso y terror inesperado para que la “Vecchia Signora” emprendiese vuelo hacia las semifinales. Hasta que una decisión polémica rompió en mil pedazos al “Pájaro de las Plumas de Cristal” y Cristiano se quedó con la Palma de Oro.
Juventus derrotó 3-1 a Real Madrid en el mismísimo Santiago Bernabeu, pero no pudo remontar el 0-3 sufrido en la ida y los “Merengues” celebraron el pase a semis con demasiado sufrimiento. Parece mentira que los clubes italianos se hayan puesto de acuerdo en hacerles pasar la peor noche de sus vidas a los gigantes españoles. Ayer fue la “Loba” con la histórica Romantada y hoy casi casi el “Bianconero” le propina al Madrid lo que hubiese sido un golpe catastrófico.
La pregunta repetida es ¿hubo exceso de confianza? A priori, ganarle al hexacampeón italiano por goleada y en su propia casa… y da para acompañar a Walter Nelson cuando decía “partido liquidado”. Más aún por lo visto en el primer chico, con un Cristiano Ronaldo que tuvo una actuación hasta para el aplauso ajeno y con un Paulo Dybala que se fue expulsado y se perdió la revancha (tal vez el Mundial también).
Con estos condimentos, el plato principal para el banquete madridista fue la más parecido a un trámite en los papeles. Claro que en la práctica los partidos hay que jugarlos y Juventus lo hizo con el corazón y con la cabeza.
Dos minutos (sí, leyeron bien), apenas dos minutos le tomó al visitante comenzar con el operativo reducción del marcador. De Douglas Costa para Sami Khedira por derecha y el ex Madrid metió un centro al segundo palo. Por allí entraba Mario Mandzukic, quien cabeceó libre de marcas y sometió a Keylor Navas al primer paso de su pesadilla personal. Sorpresa en la capital española y promesa de emociones fuertes.
Los “Merengues” no se quedaron callados y respondieron rápidamente con una jugada que no fue el empate por exceso se lujos. Bailecito de Marcelo sobre la pelota y pase para la veloz entrada de Gareth Bale. El británico la punteó ante el achique de Buffon y la leyenda italiana se quedó con su disparo al tapar a medias. En el rebote, el galés quiso meterla de taco y casi emula a CR7 con un eventual golazo de excepcional factura.
Lo hicieron revolcarse demasiado al magnánimo Gigi en cada avance local. Cristiano lo exigió con un derechazo potente y Buffon respondió con una gran parada. Ni por asomo aparenta la edad que tiene, digamos todo.
Así como Marcelo y Dani Carvajal son opciones permanentes en el ataque del Madrid, hay que tener en cuenta que el retroceso es una asignatura pendiente para ambos, en especial para el brasileño. La “Juve” tomó nota de esto y cada ataque por derecha era una situación de riesgo en favor de los italianos. Y por supuesto que la ausencia de Sergio Ramos en la defensa también fue el punto a explotar por parte de los de Massimiliano Allegri.
Sobre media hora de juego, a Marcelo le quedó una de esas pelotas que terminan en el ángulo o se van a la tribuna. Opción B para el ex Fluminense y murmullos que presagiaban demasiado nervio.
Gigi volvió a hacer de las suyas a los 34´, con una genial intervención ante un fusilamiento de Isco en plena área chica. Buena habilitación de Cristiano y el malagueño no estuvo fino a la hora de pintar el empate.
Hasta que otro impacto fulminante detuvo el corazón de los mas de 75 mil hinchas presentes. Por la derecha – cuándo no – llegó una bola cruzada de Stephan Lichsteiner hacia el mismo destinatario: Mario Mandzukic. Pésimo marcaje individual de la defensa local y poco feliz reacción de Navas ante el soberbio cabezazo del croata. La “Juve” estaba 2-0 arriba y los fantasmas de Roma se mudaron a Madrid.
Sin embargo, en la última jugada del primer tiempo casi descuentan los “Merengues” y seguramente se armaba otro partido para el complemento. Tiro libre de Toni Kross para un cabezazo de Raphael Varane que fue devuelto por el horizontal.
Zinedine Zidane muy disconforme con el rendimiento de su equipo decidió meter 2 variantes para la etapa final. Adentro Marco Asensio y Lucas Vázquez en lugar de Casemiro y Gareth Bale respectivamente.
Otra vez Cristiano lo hizo trabajar a Buffon, con un fierrazo de derecha que le hizo vivir una segunda juventud al arquero. Juventus respondió con una media vuelta de Gonzalo Higuaín que esta vez sí contó con una notable atajada de Keylor Navas para evitar el tercero.
Pero a los 59´ llegó la hecatombre: un grosero error del portero tico abrió un panorama inesperado para propios y extraños. Centro con perfil cambiado de Douglas Costa en la búsqueda de Blaise Matuidi. Navas llegó primer y tuvo esa duda fatal, si embolsar o rechazar la pelota. Se le escurrió como agua entre los dedos y el galo aprovechó el regalo para devolver la goleada a domicilio. Silencio atroz – tal vez solamente se escucharon los sollozos de Navas – y una media hora espectacular por delante.
La adrenalina y el vértigo provocados ponían un escenario tan simple como excitante. Si Juventus marcaba otro gol, se terminaba la historia para el Madrid. Si el “Merengue” descontaba, no lo daría por muerto a su adversario.
Isco tampoco pudo con las revolcadas de Buffon y otro latigazo suyo tuvo una colosal tapada de Gigi. Después Varane volvió a meterse en el circuito de ataque y se mandó una media vuelta que pasó muy cerca del vertical izquierdo.
Todos se preparaban para una media hora extra, donde lo físico y lo mental harían su parte. Tres minutos de adición separaban a Juventus de una hazaña a la romana. Pero un fallo arbitral encendió la caldera y los italianos se sintieron estafados en su orgullo.
A los 92´, Cristiano le bajó de cabeza una pelota a Lucas Vázquez en plena área chica. Mehdi Benatia quiso hacerse del balón y le cruzó la pierna muy en alto. Lo del extremo gallego no fue chiste porque cayó al sentir la dura marca del defensor marroquí. El referí inglés Michael Oliver señaló el punto penal y desató la ira juventina.
Protestas de todo tipo y color, gestos asociados con el dinero y excesos verbales. Las revoluciones aumentaron a 10 mil y Buffon vio la tarjeta roja. Sczcesny tuvo que entrar por Higuaín y en sus manos estaría lo más parecido a la justicia divina.
Pero Cristiano no perdió su fe y se mandó un autoritario remate que infló la red visitante y terminó con el impensado sufrimiento “merengue”. Liberado ese grito contenido y explosión de alivio para una historia que se complicó más de lo esperado.
Juventus se sintió vejada por un polémico fallo arbitral. Para ser justos, era un penal cobrable o no (el colegiado hizo su trabajo). Pero bajo ningún punto de vista se acepta la expulsión de Gigi, de quien aún tenemos la conmovedora imagen de la frustración por no haber clasificado al Mundial con la Selección de Italia.
El Madrid pasó con el Cristo en la boca. En Turín hizo transpirar a la “Vecchia Signora” y secó sus lágrimas con el Santo Sudario. Hoy se invirtieron los roles y los italianos estuvieron muy cerca de la remontada. El esfuerzo sobrehumano no alcanzó y la resurrección blanca mantiene a los de Zidane en camino hacia Kiev.
Sí, ya pasó la Semana Santa y la procesión fue por dentro. Real Madrid cargó con su cruz y tuvo que rezar por un milagro inesperado. Juventus dejó todo y no puede reprocharse absolutamente nada. Semejante esfuerzo deberá ser recordado… aunque todavía sea el tiempo de llorar como una Magdalena.
(Foto: Sport English)