Concacaf

Canadá y Estados Unidos jugarán la final

Los “Canucks” sintonizaron el mejor canal ante Panamá y buscarán su tercera estrella continental. Las “Barras & Estrellas” pusieron la mejor música para golear a un desconocido seleccionado azteca.

Viva Las Vegas con el fútbol de la Concacaf porque se disputaron las semifinales de la II edición de la Nations League. En el Allegiant Stadium de la “ciudad del pecado” en el estado de Nevada, Canadá doblegó 2-0 a Panamá y se clasificó finalista del certamen.

El notorio crecimiento del seleccionado dirigido por John Herdman marca tendencia y los canadienses aparecen como un equipo fuerte en la región. Del ostracismo a la clasificación mundialista – primeros y cómodos en la fase final – a meterse en una definición por un trofeo. Algo impensado desde hace un par de años.

A los 25´ se produjo la apertura del marcador. Gran pase entre líneas de Kamal Miller para la diagonal de Jonathan David. Genial resolución del delantero de Lille por entre las piernas del guardavallas Mosquera y 1-0 arriba los “Canucks”.

La sentencia del partido llegó en el minuto 69, cortesía de Alphonso Davies. Jonathan David abrió juego en la izquierda y fue bestial el latigazo de zurda del lateral de Bayern Münich para dictar cosa juzgada.

Estados Unidos sacó a relucir su potencial y superó 3-0 a México en el segundo turno, para meterse en la final por segunda edición consecutiva. Las “Barras & Estrellas” definitivamente son los dominadores en esta Confederación y el retroceso de los aztecas es cada vez más notorio.

Christian Pulisic – el “Capitán América” – apareció en el momento indicado y un doblete suyo casi que decidió el rumbo del partido. Primero avisó con un tremendo unipersonal por la izquierda que terminó con Guillermo Ochoa desparramado y el disparo por encima del horizontal. Fue el preludio.

A los 37´, Pulisic arremetió dentro del área luego de una serie de rebotes y cruzó el zurdazo ante el achique de “Memo” Ochoa. Así se fueron al descanso y el vendaval “yankee” recién comenzaba.

Es que apenas iniciado el complemento llegó un nuevo mazazo para los mexicanos. Cincuenta segundos y Timothy Weah se escapó por la derecha sin que nadie pudiese detenerlo. Toque al medio para la entrada de Pulisic, quien solamente la tuvo que empujar al gol.

Se picó el duelo entre ambos y un tremendo patadón de César Montes sobre la humanidad de Balogun terminó en roja directa para el defensor del Espanyol. Hubo tangana y en el revoleo Weston McKennie también se fue expulsado.

Ricardo Pepi quedó solito y solo ante Ochoa luego de una habilitación de Serginho Dest y liquidó el pleito a los 78´. Quedó tiempo para más bochorno porque Dest y Gerardo Arteaga también se hicieron acreedores de la tarjeta roja en un partido caliente que se le escapó de las manos al árbitro salvadoreño Iván Cisneros. La vergüenza también se extendió a las gradas con gritos homófobos que mostraron a las claras que en materia de tolerancia no se avanza más.

Se cumplió en parte la “Doctrina Monroe”, eso de América para los americanos. Eso sí, nunca mejor agregada la parte de “pero para los americanos del Norte”.

Por Emiliano Schiavi / @ejschiavi

(Foto Principal: @CNationsLeague)

Emiliano Schiavi

Soy Emiliano Schiavi y siempre me interese por el fútbol internacional. Sin cable ni internet me las arreglaba leyendo el "Guerin Sportivo" o cualquier revista extranjera que sólo se conseguía en pocos kioscos del Centro. También me acompañaba algún VHS sobre la historia de los mundiales y nunca me cansaba de verlos. Por eso le preste atención al fútbol de Europa, Africa, Asia y - si estaba aburrido - Oceanía. Descubrí un medio maravilloso como la radio y conocí buena gente (grandes amigos) que me acercaron al Rincón del Fútbol. La radio es una pasión, pero escribir es un deleite. Y todos los dias lo hago en este espacio, donde investigo y me gusta informar y entretener. Mi mayor expectativa para este nuevo proyecto es seguir aprendiendo. Porque a los 45 años también se aprende, créanme. Tengo total libertad para expresarme, leer y ser leído. Porque nadie desafina cuando uno escribe lo que se le canta. Digamos todo ...

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