El domingo 28 de marzo de este 2021 el sol se hacía presente en el mediodía de Gerli. Agustina Ochiuzzi presionaba la salida de San Lorenzo y obligaba a la arquera Alicia Bobadilla al error. El balón quedaba bollando y allí mismo aparecía la figura de la goleadora para poner en ventaja al Porve. Un gol simple, de zurda, que solo implicó empujar la redonda al fondo de la red sin que hubiera ningún obstáculo que lo impidiera. Sin embargo, no fue un gol más, fue el número 50 con la camiseta blanquinegra. Chicho lo festejaba y dejaba su huella imborrable en la historia del club.
Karina Alejandra Merlo nació en Quilmes un 31 de julio del año 1991. De familia futbolera, su madre fue quien la empujó desde muy pequeña a jugar con la redonda: “Mi mamá me hacía jugar para la categoría de varones del club de nuestro barrio. Luego, un DT me dijo si quería jugar para su equipo de mujeres. Al principio no quería porque me gustaba jugar al básquet pero me convencieron y jugué en cancha de papi”.
Y así arrancó Chicho (tal es su apodo), como tantas otras jugadoras, compartiendo vestuario con varones en el Club Social y Deportivo Villa Alcira, hasta que tuvo la fortuna de jugar junto a otras mujeres y participar de torneos en cancha de 5 representando al Club Unión. Paradójicamente, la goleadora dio sus primeros pasos en el fútbol femenino jugando en el mediocampo, jugó de defensora y hasta se animó a ponerse los guantes: “Es que mi papá y mi mamá juegan en la posición que los pongan y bueno, mi mamá, a mis hermanos y a mí, nos enseñó lo mismo”.
Abierta siempre a los consejos, Karina me cuenta que otro DT fue quien le vio pasta para el ataque y jugando ya en cancha de 11, arrancó como enganche hasta encontrar su vocación goleadora.
“Un día, unas chicas con las que me juntaba me dijeron para ir a probarnos a Independiente y les dije que sí”. Si de simpleza hablamos, Chicho te cuenta su vida de manera muy sencilla, se muestra sin rodeos, sin vueltas. Con esa actitud llegó a debutar en la Primera División de AFA jugando para las Diablas de Avellaneda. El surgimiento de problemas familiares la alejarían de las canchas por algún tiempo. Un respiro en su carrera. Un “tomar impulso” para despegar hacia mejores rumbos.
Yo sé que me siento mucho más fuerte
Llegaba el año 2016 y la goleadora de 25 años de edad iba a dar un paso fundamental: “Después de mucho tiempo fui a jugar con otras chicas en otra liga de cancha de Papi y allí hacían seleccionados para jugar en cancha de 11. Me seleccionaron y jugamos el torneo Bacup, una de mis compañeras era Karina Medrano”.
La actual DT de Lanús no aparece de casualidad en este relato, ya que fue ella quien la llevó a Chicho a El Porvenir. El club había tenido una corta experiencia en AFA a comienzos de la década del 2000 y ahora se renovaba buscando volver a la elite del fútbol argentino iniciando su camino desde la flamante Primera B: “La verdad es que fue una experiencia muy linda, primer torneo en AFA y ascenso. Entrenábamos todos los días, todas trabajábamos y jugábamos, así que andábamos a las corridas para ir a entrenar. Si alguna necesitaba algo, siempre estaban todas. La verdad que éramos un equipo muy unido. Y todas muy buenas jugadoras”.
¡Y vaya si lo eran! El Porve contaba entre sus filas con Medrano, Victoria Sosa, Aylén Medina, Milagros Menna, Hossana Petruso, Solange Tarsia, Sol Díaz, Natalia Verón y Eliana Camacho, entre otras. Un equipo equilibrado que peleó el torneo palmo a palmo con el Villa San Carlos de Mauro Córdoba que iba a ser el campeón de la temporada. Karina iba a dejar su huella en esta nueva etapa de su vida futbolística debutando con un triple grito frente a Sociedad Hebraica. Finalmente, los 28 tantos convertidos en esa temporada la consagraron como la goleadora del torneo.
Luego llegarían un par de años defendiendo los colores del Porve en Primera División para dar el salto a un club grande: “Me fui a Racing cuando el club ya estaba en Primera. Fue una linda experiencia, aprendí mucho también. El primer año jugué todos los partidos y en el segundo no tuve continuidad”.
Sin embargo, ese segundo año iba a cambiar la vida de Chicho. Se había anunciado la profesionalización del fútbol femenino en Argentina y nuestra goleadora iba a ser una de las privilegiadas en firmar un contrato en la Academia: “¡Uff! fue algo re loco, no sé. Fue como un sueño cumplido. Uno de mis sueños era ser jugadora profesional y lo logré”.
Aquel equipo comandado por el Tano Spinelli contaba con grandes jugadoras, entre ellas, una experimentada Victoria Bedini que supo ser una de las mejores compañeras de Karina: “Vicky es una genia total. Una gran persona que me enseñó mucho”.
¿Qué pensará Victoria sobre lo que expresa Chicho? Veamos…
“Chicho es una excelente persona, muy humilde, muy buena. En Racing teníamos una excelente amistad. Siempre estuvo, siempre está, de hecho, ahora que estamos en clubes diferentes nos seguimos hablando, nos seguimos apoyando. Es muy difícil encontrar una amiga en este ambiente, entonces, cuando la encontrás, intentás valorarla un montón y Chicho es una de esas personas que se valoran muchísimo y que siempre está cuando una la necesita. La verdad que es una excelente amiga y ojala podamos volvernos a cruzar en una cancha, tanto en contra como juntas”.
La vida de una persona está marcada por recuerdos, por momentos. Cosas que se dan de manera inexplicable y otras por voluntad propia. Chicho es de esas personas que pone en juego su voluntad para dejar huella. De los dos años en Racing se llevó, además de la experiencia vivida, una gran amiga como Vicky. Nada mal.
Un nuevo viento empieza a soplar
La actualidad de Karina Merlo la encuentra jugando nuevamente, desde hace unos meses, en el Porve: “Me ofrecieron que vuelva y yo encantada de volver”.
Volvió a lo que denomina en algún momento como “su casa”, el lugar donde, para no perder la costumbre, siguió anotando goles y superando la barrera de los 50 gritos que la colocan como la goleadora histórica del club: “Estamos entrenando muy duro para quedar lo más alto posible. La verdad me siento muy positiva y muy bien físicamente”.
El Porve se renovó para afrontar esta temporada, la goleadora se siente muy bien y volvió a firmar un nuevo contrato profesional. A sus 29 años sostiene un sueño compartido: “Mi sueño y el de mi abuelita, que falleció, siempre fue vestir la camiseta de la Selección”.
Chicho dirá que ella cree ser buena persona, se reirá al afirmar que es muy competitiva y se sincerará manifestando que es muy exigente con ella misma. Yo digo que fue un gustazo haber conocido un poquito más sobre la vida de esta gran jugadora que, inexorablemente, ya es parte de la rica historia de nuestro fútbol femenino.
¡Traigan arcos que Karina Merlo quiere seguir gritando goles!
Agradecimientos: A Karina por la buena onda y, sobre todo, por la paciencia que me tuvo. A Vicky Bedini por sus palabras y a JSR Audiovisual por la foto de portada (IG @jsr.audiovisual)
