Con Perotti y Fazio en el once titular, los giallorossi solucionaron un partido complicado y acabaron superando 1-0 a Shakhtar en el Stadio Olimpico con gol de Edin Džeko. De esta manera, el cuadro italiano hizo valer el gol como visitante en la ida -los ucranianos se habían impuesto 2-1- para llegar a cuartos de final por primera vez desde 2008.
Tras llegar a semifinales de Champions en 2007 y alcanzar los cuartos el año siguiente, Roma ya no volvió a aparecer entre los ocho mejores de Europa. Con esa espina fue que luego de caer 1-2 en Donetsk ante Shakhtar en la ida, los aficionados giallorossi concurrieron al Stadio Olimpico para ver una remontada de su equipo y que esa larga década sin llegar a cuartos de final llegue a su fin. El elenco capitalino, con Federico Fazio y Diego Perotti como titulares, comenzó el partido con la actitud marcada de protagonizar, de buscar un gol rápido que pase directamente a darle las riendas del juego. Sin embargo, ese inicio prometedor de la Lupa perdió fuerza a causa de la actitud rival. Shakhtar –tuvo a Facundo Ferreyra desde el inicio- se acomodó rápido, le sacó la pelota al local y la manejó durante una buena cantidad de minutos a través de una buena labor de Taras Stepanenko y Fred en el mediocampo, sin lastimar demasiado pero sin sufrir. Un par de remates del mencionado Fred y Taison amenazaron la valla de Alisson Becker, mientras que por el contrario un intento tibio de Edin Džeko en el inicio y un centro de Aleksandar Kolarov interceptado por el arquero Andriy Pyatov fueron lo más interesante de los italianos, cuyo semblante al término del primer tiempo era el de un elenco preocupado.
El duelo en la segunda parte entró en un ambiente tenso por parte de ambos, con imprecisiones y muchas faltas. En ese contexto, apareció una acción tan aislada como impensada que le dio a Roma lo que tanto buscaba. Kevin Strootman tomó la pelota en mitad de cancha y soltó un buen balón largo hacia Džeko. El desmarque del bosnio agarró a la defensa saliendo, lo que le permitió irse mano a mano con Pyatov y colarle la pelota entre las piernas, haciendo delirar así al público giallorossi. Ese 1-0 hizo ver un poco mejor al cuadro capitalino, que casi anota el segundo cuando Radja Nainggolan jugó la pelota hacia Džeko y el disparo del goleador del encuentro salió rozando el poste. A medida que el duelo fue progresando, Shakhtar dejó espacios en búsqueda del empate y Roma accedió a tierra fértil para los contragolpes. Perotti encabezó una réplica que Džeko no pudo finalizar bien, mientras que luego el ingresado Gerson también pudo haber ampliado la distancia, mas su resolución fue muy lenta y llegaron a bloquear su remate. El local tenía el partido en la mano, su rival sintió el peso del partido, y así quedó plasmado en una jugada en la que Ivan Ordets bajó a Džeko, que se iba solo a por el segundo tanto. El defensor fue expulsado por evitar una ocasión manifiesta de gol y con esa acción se terminaron las posibilidades del elenco ucraniano, cuyo empuje fue muy leve y no alcanzó a inquietar a Roma, que después de una década vuelve a estar entre los ocho mejores. Una luz de esperanza para el devaluado fútbol italiano en la elite europea.
Foto destacada: Asroma.it (@OfficialASRoma)