A medida que transcurren las fechas de este campeonato veo un tremendo avance de los futbolistas sobre la autoridad del árbitro, quienes cada vez menos aplican las reglas (ahora las nuevas).
El resumen del fin de semana
Defensa – Banfield
El árbitro de este partido, N. Lamolina, dejó sin sanción una tremenda patada de Rafael Delgado que sacó del partido (y de varios más) a Sperdutti, sin siquiera cobrar infracción, y convirtió un penal en favor del Halcón de Varela en falta del atacante. Un verdadero despropósito.
San Martín – Talleres
Patricio Loustau, a pesar de haber sancionado un inexistente penal en favor del visitante, pudo controlar el partido a pesar de haber cometido un grave error al inicio del mismo.
Estudiantes – Central
Aciertos y errores decoraron el arbitraje de D. Abal. Bien sancionado el penal en favor de Estudiantes por mano intencionada de Burgos, acertado en no dar penal en la caída de Ruben cuando se moría el partido. Muy mal en la parte disciplinaria, debió amonestar a Aguirre Garay ante una fuerte infracción desde atrás a Lo Celso, a quien después por 2 faltas imprudentes expulsó del campo. Tampoco amonestó a Damonte, quien cometió varias infracciones.
Boca – Sarmiento
El peor arbitraje de la fecha, sin dudas, fue el de Fernando Echenique. No expulsó a Insaurralde en el primer tiempo ante una durísima entrada sobre el círculo central y, además, en la misma jugada no aplicó la ventaja cuando el delantero de Sarmiento avanzaba con muchas posibilidades de convertir. A Pablo Pérez, amonestado, le perdonó la segunda amarilla tres veces, y como frutilla del postre no sancionó una clara mano intencional de Betancourt a los 43′ del 2do tiempo, con el resultado 1-0.
Un pésimo arbitraje por donde se lo mire.
Hasta la próxima.