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A pura polémica y VAR, River festejó sin euforia frente a Argentinos

Estadio renovado. Más de 83.000 personas en un Monumental que rebalsaba de hinchas. La vuelta a la cancha después de muchos meses, donde pasaron muchas cosas… la salida del Muñeco Gallardo, la llegada de DeMichelis, jugadores que se fueron, otros que llegaron, lesiones inesperadas…y por supuesto, la tercera. La ansiada Copa del Mundo que nos convirtió a todos en campeones mundiales, y que dio el inicio a la jornada deportiva con el homenaje a aquellos jugadores de River ganadores de las Copas del 78, 86 y 2022.

Así recibieron su tributo Franco Armani, Daniel Pasarella, el “Pato” Filliol, Roberto Ayala, Beto Alonso, Pablo Aimar, Leopoldo Luque (representado por su hija), Oscar Ruggeri y el “Negro” Enrique. Mucho se habló sobre la presencia de Pasarella y sobre la reacción de la hinchada, pero la realidad es que en la cancha, se prestó más atención a los videos y saludos que se mostraban en la pantalla gigante del estadio, y al agua que empezaron a tirar los bomberos, en una tarde tremendamente calurosa, lo que enardeció el aliento de la gente. 

Después del homenaje, se dio el debut del “Micho” como local, y si bien River resultó triunfador con un 2-1, frente a Argentinos Jrs, de Gabriel Milito, el equipo millonario todavía tiene algunos asuntos pendientes. Pero la estrella de la jornada fue el árbitro Fernando Rapallini y el cuerpo arbitral, con VAR incluido. Es que se cobraron dos penales, uno de ellos “fabricado” por Enzo Perez y se anularon dos goles por posición adelantada, el último aún en duda, todas decisiones que llevaron una eternidad de minutos.

El equipo millonario tuvo más voluntad que volumen futbolístico, para enfrentar a un equipo siempre duro como es el “bicho”. Es lógico que todavía este no sea el River definitivo y que afuera hay nombres que podrían potenciarlo, darle más envergadura, como Mammana, Paulo Díaz, De la Cruz. Demichelis mantuvo la misma formación que perdió con Belgrano. Pese a la ratificación de confianza del entrenador , el equipo continuó inmerso en la bruma que lo atrapó en Córdoba, durante el primer tiempo. 

Para superar a Argentinos y establecer una diferencia hay que jugar bien, de manera sostenida. River estuvo lejos de conseguirlo en esos primeros 45 minutos. El equipo de Milito cubrió bien los espacios, presionó sobre la salida rival, tuvo presencia. Mostró la personalidad que requería la ocasión. Y a los 43 minutos del primer tiempo, Mc Allister convirtió el primer gol de cabeza, tras un tiro libre ejecutado por Torren (ya había sido anulado un gol anterior). 

El juego de River fue trabado, confuso, poco fluido. Aliendro se abrió más sobre la izquierda y amplió el radio de acción de Enzo Pérez en la zona central, mientras Nacho Fernández se posicionaba como enganche. Pero a River le faltó justamente eso, enlace, suma de pases. Salvo en un remate de media de Paradela, Argentinos no pasó mayores sobresaltos.  

Era necesario reacciones y hacer variantes. Ingresaron Rojas y Barco, un gambeteador para romper esquemas. River encontró el empate rápido, sin necesidad de una mejoría futbolística, con el primer penal sancionado. Borja lo ejecutó fuerte y al medio; minutos después fue reemplazado con una molestia muscular por Rondón. Cabe destacar que pasaron 37 partidos, desde que Julián Álvarez convirtió uno contra Platense, el 8 de mayo de 2022, que River no disponía de un penal.  

River tuvo otra vivacidad, sin llegar a ser del todo coordinado. Argentinos no se fue del partido, pero quedó muy condicionado por la mano que cruzó Mac Allister para cortar un centro de Barco. Otro penal, que el propio Barco, rebosante de confianza para hacerse cargo, transformó en el 2-1. 

La sustitución de Enzo Pérez dejó en evidencia la escasez de River para el puesto de volante central por las graves lesiones de Kranevitter y Zuculini. Palavecino, jugador polivalente y siempre dispuesto para lo que le ordenen, se ubicó en el círculo central. 

Argentinos nunca bajó los brazos, sabía que River no era tan firme como para sostener el 2-1. En el Monumental se quería apurar el reloj porque el equipo no daba garantías, las incertidumbres eran mayores a las certezas. La victoria llegó envuelta en la polémica hasta el último segundo. Argentinos se fue con la sensación de haber sido “robado”. River con la felicidad de haber cerrado una noche de fiesta. 

Por Susana González

Foto: Diario de Cuyo

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