Los galos jugaron al póker y le sacaron el jugo a una “Naranja” desbordada. Hubo festejo gitano ante los “Vikingos” y el futuro ya no parece tan “(b)vulgar”. La rosa roja fue toda de Luxemburgo, que revolucionó la jornada con un triunfo histórico.
Francia goleó 4-0 a Holanda en Stade de France y sacó 3 puntos de distancia en la cima del Grupo A. Notable exhibición del subcampeón europeo ante un rival desdibujado y con una profunda crisis de identidad.
A los 14 minutos una buena combinación en ataque le permitió a los locales ponerse arriba en el marcador. De Olivier Giroud para Antoine Griezmann y el delantero del “Aleti” fue implacable en la definición ante el achique de Jasper Cillessen, con un túnel subfluvial incluido.
En el complemento los de Didier Deschamps directamente demolieron a sus rivales, que empezaron a complicarse solos cuando Kevin Strootman le cometió una dura falta a Griezmann y recibió la segunda tarjeta amarilla.
Entonces los galos presionaron a fondo el acelerador y sacudieron por segunda vez la valla holandesa. Un centro de Djibril Sidibe fue despejado a medias por parte de Stefan De Vrij. Thomas Lemar llegó a la carrera como si fuera el TGV y sacó una tremenda volea de zurda que se clavó arriba, pese al vuelo de Cillessen. Golazo y aroma a partido liquidado a los 74´.
Holanda completó su suicidio futbolero a los 88´, cuando retrocedió mal y tiró la trampa del off-side peor, para que 3 franceses se escapasen solitos al gol. Condujo Griezmann y fue generoso para cederle la pelota a Lemar, quien solamente la tuvo que empujar.
Quedó tiempo para que la nueva sensación del fútbol galo hiciera su presentación mayor en la red. Kylian Mbappe Lottin le caminó por encima a Wesley Hoedt y a toda velocidad abrió la cancha con Sidibe. Devolución de gentileza para Mbappe, quien cruzó su remate y pasó para el cuarto al visitante.
Gran inyección anímica para Francia, que despejó todo tipo de dudas y se acomoda en la lucha por el primer lugar de la zona. Tremendo golpe para una Holanda perdida en el tiempo, que dista mucho de esa “Naranja Mecánica” que se subió al podio en el último Mundial.
Bulgaria doblegó 3-2 a Suecia y casi sin darse cuenta se ilusiona con el regreso mundialista. Partidazo en Levski a pura emoción y con un trámite cambiante.
A los 12´ Georgi Milanov envió un centro roscado desde la izquierda y el mal cálculo del arquero Robin Olsen le permitió a Stanislav Manolev cabecear cómodo por el segundo palo.
Los suecos respondieron 4 minutos más tarde, con un penal que Georgi Kostadinov le cometió a Andreas Granqvist. Emil Forsberg lo ejecutó y Plamen Iliev se vistió de héroe, ya que detuvo el remate y tras un rebote el posterior disparo de Marcus Berg.
Sin embargo, los “Vikingos Amarillos” se redimieron a los 29´ y alcanzaron la igualdad con un cabezazo de Mikael Lustig luego de un tiro de esquina de Ludwig Augustinsson.
Los gitanos gozaron de buena salud y por la misma vía recuperaron la ventaja a los 33´: tiro libre de Ivelin Popov y perfecto cabezazo de pique al suelo de Kostadinov.
Pero los 45 iniciales se fueron con el marcador en tablas, porque a los 44´ Berg le dijo que sí con la cabeza a un envío de Lustig y empardó el juego en 2.
El desahogo de los búlgaros llegó recién a los 79´, con un contraataque manejado por Ivailo Chochev y un disparo rasante casi cayéndose desde afuera del área que significó el 3-2 final.
Luxemburgo dio la gran sorpresa de la jornada al vencer 1-0 a Bielorrusia. Pura alegría para el pequeño país del Benelux, que cortó una racha de 8 partidos sin triunfos por eliminatorias mundialistas.
Una volea de Daniel Da Mota en el minuto 60 alcanzó para desatar el delirio luxemburgués y cantar victoria de manera oficial luego de 2 años.
(Foto: Marca)