Los friulianos se imponían cómodamente pero SPAL se puso a tiro y casi le da un dolor de cabeza. Genoa se complicó solo en casa y mañana podría quedar en la zona candente. Marcador en silencio entre Sassuolo y Roma.
Penúltima función del teatro futbolero de Italia con los asuntos pendientes de aquellos equipos que juegan su campeonato aparte. La lucha por la permanencia y los deseos de jugar un torneo continental todavía mantienen viva la emoción en el “Calcio”.
Udinese derrotó 3-2 a SPAL en el Dacia Arena y dio un paso muy importante para mantener la categoría. De mayor a menor lo del equipo que dirige el croata Igor Tudor, que sacó ventaja de 3 en apenas 35 minutos pero que se durmió y casi se lo empatan.
Un comienzo a toda orquesta para el anfitrión, que en 5 minutos de partido ya pudo desbloquear el resultado. Tiro libre en forma de centro de Rodrigo de Paul y cabezazo goleador del brasileño Samir, para el 1-0.
Definitivamente las pelotas paradas fueron un arma letal para los friulianos. A los 31´, un tiro de esquina ejecutado por De Paul volvió a caer en la cabeza de un compañero. Stefano Okaka dijo que sí con un testarazo y elevó al cuenta a 2.
Fue un calco, no una repetición perdida: pasaron 4 minutos y el mismo gol subió a 3 el score para Udinese. Otra vez De Paul con un córner desde la derecha y nuevamente Okaka ganó de cabeza para el 3-0 parcial.
Un primer tiempo de película con la tranquilidad de un marcador ampliamente favorable para los locales.
Sin embargo, los de Ferrara le pagaron con la misma moneda y en cuestión de 6 minutos sembraron un suspenso pocas veces imaginado.
A los 53´, linda jugada personal de Andrea Petagna, quien ingresó a la tierra prometida y sacó un furibundo derechazo cruzado para descontar.
Y 6 minutos más tarde, las dudas se apoderaron del relax de los friulianos. Desborde y centro de Jasmin Kurtic desde la izquierda y certero testarazo de Mattia Valoti para dejar las cosas 2-3.
SPAL le dio un buen susto a Udinese en la última media hora de juego. No se acercó como una tromba marina, pero el temor que se instaló en el local porque el rival quedó con vida fue demasiado sufrimiento. Hasta que el reloj se apiadó y los friulianos se desahogaron con un éxito que puede valer la renovación de su estadía en la Serie A.
Genoa salvó la ropa sobre el final pero sigue complicado con el descenso. En el Luigi Ferraris, los “Grifoni” empataron de manera agónica 1-1 con Cagliari y si Empoli gana mañana, quedarán en las puertas el infierno.
Pésimo momento para la squadra que dirige Cesare Prandelli: 9 partidos sin ganar (desde aquel cimbronazo 2-0 sobre Juventus para quitarle el invicto doméstico) y la chance real de bajar al puesto 18 con un eventual triunfo de los toscanos.
Cuando más se aproximaba el local, los sardos golpearon gracias a la inexorable “ley del ex”. Minuto 40 y un largo bochazo de Filip Bradaric tuvo como destinatario a Leonardo Pavoletti. El delantero nacido en Livorno controló con el pecho y ajustició al arquero rumano Radu con un potente derechazo. Ya son 15 los gritos de Pavoletti en el certamen.
Sin embargo, pese a vivir en el séptimo círculo del infierno, los locales se dieron cuenta que Dios aprieta pero no ahorca. A los 89´, un centro sobre del área de Domenico Criscito dio en la mano de Bradaric y tras consultar con el VAR, el árbitro Paolo Valeri señaló la pena máxima. El propio Criscito se portó como un verdadero capitán y enderezó la embarcación desde los 12 pasos, para sellar el definitivo 1-1.
La euforia se apropió de los genoveses y se pasaron de revoluciones. En el tercer minuto de adición, Giuseppe Pezzella le cometió una dura falta a Nicoló Barella que fue merecedora de la tarjeta roja.
Sassuolo y Roma no se sacaron ventajas y terminaron 0-0 en el MAPEI Stadium. Malas noticias para la “Loba”, que puede despedirse del sueño de jugar la próxima UCL si Atalanta saca un buen resultado ante Juventus.
Pocas situaciones de riesgo para ambos durante los 45 iniciales, pero cuando llamaron a los arqueros dijeron presente con sólidas respuestas. Del lado local, Andrea Consigli resolvió muy bien ante un disparo de Cengiz Under, mientras que en el arco de enfrente Antonio Mirante le ahogó el grito de gol a Domenico Berardi con una tremenda salvada con su pie derecho.
La intensa lluvia fue protagonista en el complemento y el trámite se hizo un poco más dramático. Roma hizo méritos suficientes para llevarse la victoria pero le faltó precisión en los últimos metros. Basta con decir que a Stephan El Shaarawy le quedó picando una pelota en el punto del penal y se mandó una definición a lo “Karate Kid”: una suerte de bicicleta para darle de airea y la caprichosa se fue a centímetros del vertical derecho.
Después lo tuvo Edin Dzeko desde afuera del área con un disparo a colocar que besó el poste izquierdo. Y más tarde, Consigli se mandó una tapada sensacional ante un cabezazo a quemarropa de Bryan Cristante.
El corolario de la mala suerte fue un envío rasante desde la izquierda en dirección a Justin Kluivert, quien atorado por la salida de Consigli se llevó puesta la pelota. Sin saber nunca dónde había quedado el cuero, el holandés tocó de casualidad el balón y éste se estrelló en el poste. Estaba escrito que no iba a ser la noche romana.
(Foto Principal: it.eurosport.com)
