El dueño absoluto de esta Premier League se llevó puestos todos los estándares del fútbol inglés y edificó una performance que será recordada por propios y extraños. Guardiola y un grupo de futbolistas sensacionales le dieron a Manchester City un título que será sin dudas el más reconocido de su historia.
Más puntos que ninguno, diecinueve puntos de distancia con el segundo -la mayor de la historia también-, más victorias, más goles y mejor diferencia de gol, mayor número de victorias como visitante y mayor número de encuentros ganados consecutivamente. Sí, todos esos récords tenían otro dueño antes de esta temporada, pero un Manchester City simplemente imperial se los ha quedado arrasando con cada rival que se le interpuso. Afortunadamente, esta es sólo la pequeña parte de un todo, porque los Citizens han alcanzado las mencionadas marcas eligiendo un camino durante el que han provisto a las millones de personas que consumimos Premier League de piezas futbolísticas tan geniales como difíciles de materializar. A continuación, vamos a dar un vistazo al magnífico recorrido trazado por el elenco skyblue.
Luego de una temporada donde el City terminó por detrás de un gran equipo de Chelsea que, el cuadro de Manchester necesitaba en su plantel elementos que le dieran un salto de calidad, sobre todo del medio hacia atrás. Pep Guardiola supo que había que meter mano para solucionar los problemas que le costaron puntos y partidos importantes en su primera campaña en Inglaterra, y el cambio se puso en marcha. Se fueron Aleksandar Kolarov, Bacary Sagna, Gael Clichy, Pablo Zabaleta, Fernando, Jesús Navas y Wilfredo Caballero, todos con un ciclo cumplido o en una edad avanzada, y llegaron el prometedor Benjamin Mendy, Kyle Walker, Danilo y Ederson Moraes, este último para hacerse cargo de un arco en el que Claudio Bravo, apuesta fallida de Guardiola, no había estado a la altura. Las críticas no tardaron en llegar tras saberse que estos cuatro futbolistas costaron nada menos que 176 millones de libras y ninguno de ellos era un futbolista consagrado, esto sumado al dinero que los Citizens habían gastado la anterior temporada, sin haber conseguido títulos. Sin embargo, el tiempo dio la razón al entrenador catalán cuyas ‘costosas’ elecciones -también motivadas por un mercado tan inflado como el de la Premier- le dieron a su plantel un salto de calidad.
Tras un mes de agosto con siete puntos sobre nueve, los cimientos de una campaña para el recuerdo comenzaron a establecerse en el mes de septiembre. Allí empezó lo que sería una racha récord de victorias consecutivas, pero sobre todo lo que fluyó fueron el fútbol y los goles. Todo comenzó con un 2-1 sobre la hora frente a Bournemouth el 26 de agosto, y lo que vino después fue simplemente brillante: 5-0 a Liverpool, 6-0 a Watford, 5-0 al Crystal Palace, 1-0 a Chelsea en Stamford Bridge completaron un septiembre perfecto que se extendió a principios de octubre con un 7-2 inolvidable frente a Stoke City desplegando todo el repertorio futbolístico. Los responsables de ese despliegue de tantos fueron varios: Sergio Agüero dominante en el área y en uno de sus mejores momentos personales, Kevin De Bruyne -arrancando desde una ‘ajena’ posición de interior- siendo piedra basal de cada uno de los ataques, metiendo asistencias de ensueño y colaborando con goles, más un David Silva que fue el socio perfecto del belga e incorporó además la capacidad de sumarse a la presión colectiva ejercida por el City, una de las claves para establecer dominio recuperando rápido el balón. A estas tres figuras estelares se le sumaron Leroy Sané, desequilibrante al mango para abrir defensas por izquierda y un Raheem Sterling que a su desparpajo le agregó muchísimo gol. Si a esto le agregamos los goles desde el banco de Gabriel Jesús y la gradual pero no menos importante aparición de Bernardo Silva, nos queda un cóctel ofensivo casi indefendible.
La racha de victorias, dieciocho en total, se extendió hasta el último partido del año cuando los Citizens igualaron 0-0 con Crystal Palace en Selhurst Park, dejando a los de Guardiola con una ventaja de nada menos que catorce puntos sobre su escolta. Fue un partido el elenco skyblue pudo haber ganado, pero terminó sufriendo debido a un penal atajado por Ederson, al que no le quedó chico el arco y apareció en muchos momentos importantes, como por ejemplo en la victoria 2-1 frente al United en Old Trafford. Tanto el arquero brasileño como Nicolás Otamendi y Fernandinho, dos cuyo nivel pasó de regular a excelente, fueron elementos fundamentales en la conquista. En una campaña donde no tuvo compañero fijo –primero John Stones, luego Vincent Kompany-, el argentino se volvió el caudillo de la defensa no sólo por imponer su fortaleza en el mano a mano y su juego aéreo, sino por su incrementada capacidad de anticiparse a las jugadas y de empezar desde atrás los ataques del equipo –fue el jugador con más pases en toda la Premier-. Lo de Fernandinho fue impresionante ya que pasó a ser un potencial ‘prescindible’ a transformarse en el sostén del equipo: dictó presión cada vez que los Citizens se disponían a desplegarse para recuperar, su calidad de distribución fue altísima y además aportó con algunos remates desde afuera que se transformaron en hermosos goles. De mitad de temporada en adelante, el brasileño tuvo en Ilkay Gündogan –cuyo ingreso en el equipo se dio por problemas personales de David Silva- un gran socio para que la generación de fútbol del City continúe fluyendo.
La primera derrota iba a llegar en enero, en un partido extraño frente a Liverpool. Los Reds y su frenético fútbol de ataque fueron un problema para el City en la temporada, ya que luego de ese 4-3 en Anfield el elenco de Jürgen Klopp eliminó de los cuartos de la Champions a los de Guardiola en abril, propiciándoles así el golpe más duro de la campaña y sin dudas la ‘deuda’ pendiente del catalán con el cuadro de Manchester. Pese a esto, el City terminó su gran obra en ese punto neurálgico de la temporada que resultan los meses de enero, febrero y marzo. En los dos primeros meses del año lo más destacado fue la enorme forma goleadora de Agüero -que anotó nueve goles en seis partidos-, fundamental en las victorias del City en ese curso. El Kun también hizo su contribución en el primer título de la campaña de los de Manchester, que alzaron la Copa de la Liga aplanando 3-0 al Arsenal en Wembley a fines de febrero. Luego de una nueva victoria frente a los Gunners por liga, los Citizens llegaron a los últimos diez partidos con una obscena ventaja de dieciséis puntos sobre su acérrimo rival, Manchester United.
El resto de marzo tuvo al City saliendo victorioso de todos sus compromisos, incluso frente a Chelsea en su casa, mientras que el United también supo conservar el ritmo ganador y llegó aún con chances matemáticas al duelo entre ambos en el Etihad. La expectación era grande para unos Citizens a la sombra de su archirrival durante toda la historia, ya que tenían una chance inolvidable de consagrarse campeones en la cara de los Red Devils. Después de un primer tiempo impecable donde el cuadro skyblue borró de la cancha al oponente y se fue 2-0 arriba, la ilusión del campeonato iba a terminar demorada. Es que el United salió con todo al complemento, empató rápidamente y terminó dando vuelta el marcador, llevándose el Manchester Derby, amargando a su vecino y de paso evitándose la humillación. Fueron sin dudas los peores catorce días de la temporada del City, en donde además de perder el clásico cayó en los dos choques de Champions frente a Liverpool -0-3 en la ida y 1-2 en la vuelta- y se despidió de la competición más temprano de lo esperado.
Pese al dolor que causó esa mala semana, los Citizens tuvieron pronta revancha. Un 3-1 con autoridad frente al Tottenham el 13 de abril los dejó a solamente una victoria de levantar el trofeo, ya que se daba por descontado que el United, que jugaba al otro día, iba a superar al colista West Brom. Sin embargo, los Baggies dieron el golpe ganando 1-0 en Old Trafford y el título del City llegó esa misma fecha, nada menos que a cuatro jornadas del final. Lejos de relajarse, esas fechas ‘de sobra’ le terminaron sirviendo a los de Guardiola para romper cada récord que tuvieron enfrente y finalizar nada menos que a diecinueve puntos del segundo. Superaron la cantidad de victorias del Chelsea de Antonio Conte, rebasaron los 95 puntos del Chelsea de José Mourinho en la campaña 2004/05 a una fecha del final, misma jornada en la que se anotó la marca de mayor cantidad de goles a favor, superando los 102 del Chelsea de Carlo Ancelotti en la temporada 2009/10 y se dieron el gusto de llegar a los cien puntos, algo inédito en toda la historia del fútbol inglés. De esta manera el rich boy de Manchester sumó su tercera Premier League, una que será sin dudas la más inolvidable tanto por números como por lo mostrado dentro del campo de juego.
Campeones hay muchos, pero pocos se recordarán como este City irrebatible tanto desde el juego como desde los tan demandados resultados. Los clubes más ganadores de la Premier siempre han tenido equipos para recordar: los Invincibles del Arsenal, el primer Chelsea de Mourinho y más de una versión del Manchester United de Alex Ferguson, quizás el del ‘triplete’ en la campaña 1998/99 como la más sobresaliente. Esta exposición futbolística del City, sin dudas la mejor de su historia en Premier League, no tiene nada que envidiar a aquellos equipos: le ganó a los animadores ocho de los diez partidos que disputó, tres de ellos goleando, y luego se dedicó a pasar por encima de los otros mientras sus rivales por el título dejaron puntos. El dato que corrobora una superioridad que está lejos de la exageración es el siguiente: solamente cuatro rivales de diecinueve no recibieron del City tres goles o más en alguno de los dos partidos que jugaron frente a ellos. Luego de una primera temporada con menos eficacia de cara al arco rival y algunos errores defensivos importantes, Guardiola ha reacomodado a su equipo. Y lo ha hecho jugar un fútbol sensacional, que ya tiene su rúbrica, ha transformado futbolistas buenos en muy buenos, elevó la vara de los fuera de serie como Agüero, David Silva y De Bruyne y desarrolló el talento de jóvenes promesas. Si, Guardiola lo hizo de nuevo. Como en Barcelona, como en Bayern Múnich, una nueva liga llena de fútbol y resultados extraordinarios posará en su vitrina personal.
Foto destacada: Reuters