Lucas Daniel Wilchez, nacido en La Plata hace ya 33 primaveras y de 1,72 metros. Habilidoso enganche que supo también hacer de volante por izquierda, pero que nunca se mostró cómodo en esa posición.
Sería por 2004 que Wilchez comenzaba su carrera profesional en el Pincha, donde hizo inferiores. Rápidamente, pasó a préstamo a San Martín de San Juan, en el ascenso; y pocos meses después llegó a Tigre, que luego lograría el histórico ascenso. Vuelve a Estudiantes (dirigido en ese entonces por Diego Simeone). Tras un mal paso por Talleres, el fútbol lo llevaría a jugar en el Asteras Tripolis griego.
Diego Cagna, técnico de Wilchez en el ascenso tigrense, pasaba a Colo Colo y fue el enganche una de sus condiciones. El nuevo técnico cacique veía cumplido su deseo, pero tras un par de temporadas en Chile, en julio de 2012 se confirma su cesión al Zaragoza, donde sólo pudo jugar 9 encuentros. Para fin de ese año ya había vuelto a su verdadera casa. Wilchez comenzaba así su segunda etapa en Tigre.
Lucas Wilchez en su primer etapa en Tigre, en el ascenso
Todo el 2013, 2014, 2015 y 2016 pasó Lucas Wilchez en el club de Victoria, allí ha ido alternando titularidades, suplencias y más recientemente ha quedado relegado incluso de la convocatoria.
Cuando llegó a Tigre, estaba un muy alto nivel y rápidamente se relacionó al entonces enganche de 28/9 años con equipos de México, de Brasil y con San Lorenzo e Independiente, principalmente. Poco a poco, el líder Lucas Wilchez se fue opacando, un poco por un bajón futbolístico y otro poco por no poder adaptarse a esquemas tácticos que no le favorecían.
Con dos etapas, Wilchez se fue de Tigre, habiendo vestido la casaca matadora en 143 oportunidades y anotado 10 goles, 4 en su primera etapa en el ascenso y otros 6 en los 86 encuentros de esta segunda etapa.
Se fue un ídolo. Se fue sin poder jugar. La ´10´ la ha heredado Cachete Morales y la pelota sigue rodando.