El 26 de abril de 1924 se inauguró con una cena -de la que tomaron parte dirigentes, autoridades provinciales, municipales y el “Toro Salvaje” Luis Ángel Firpo- el Estadio de Gimnasia, llamado Juan Carmelo Zerillo desde 1974 en honor al Presidente del período 1929-1931, una etapa de gran crecimiento gracias al campeonato de 1929, la gira por Europa y la inauguración de la pileta olímpica. Al día siguiente el Tripero venció 3-0 a Estudiantil Porteño en el primer partido del nuevo field.

Hoy, el Estadio cumplió 93 años y los festejó con una visita guiada -organizada por el club, la Subcomisión del hincha, la Subcomisión de Cultura y Por y para el Bosque- a las instalaciones (tribunas, vestuarios, campo de juego) y al Museo del club. La jornada contó con la presencia de Daniel Zerillo -nieto de Juan Carmelo- y las bisnietas del ex presidente (Julieta, Florencia y Gabriela), a quienes el club les entregó una camiseta con el número 93. “Es muy emocionante que nos hayan convocado, mi abuelo era un loco por Gimnasia que hasta fundió la farmacia por el club y por la política”, dijo el nieto, quien alcanzó a conocer a Juan Carmelo, fallecido a sus 5 años.

¡Felíz cumpleaños, Viejo! 93, ¡estás hecho un pibe! Vinimos con los muchachos a saludarte. Ya estamos preparando la festichola del centenario, ¡sabés como somos! Puf… si nadie nos conoce como vos. Si nos viste reir y llorar. A tu amparo nacieron amores imposibles y amistades indestructibles. Por eso acá estamos. Todos. No faltó nadie. Vinimos a darte un abrazo de esos que salen de adentro, para que estén eternamente juntos -hay segundos que duran vidas- carne, cemento, corazón, hierro, sangre y madera.
Hace ocho años nos contaste tu historia. ¿Te acordás? Hoy no, hoy dejanos hablar a nosotros. ¡Mirá que nos pasaron cosas en menos de 10 años! Le hicimos pito catalán a las topadoras y acá estamos, escritura en mano. ¡Estás mucho mejor, Viejo! Aquella vez nos hablaste de la “biaba” y de que te sentías “desplumao”. ¡Mirate ahora! ¡Ma’ que biaba! La platea Basile es la estética de las actrices de Hollywood. Te reís porque es verdá… Pasan los años, Viejo. Y los cambios son para no cambiar: el chalet, la chimenea, los entrañables tablones de madera, la casilla de DAGA publicidad. Todo eso es lo que fuimos. Lo que somos. Lo que seremos. Por eso ahí anda Luis Díaz tomando medidas y haciendo cuentas. Sos (somos) nuestra identidad: acá no hay empresas multinacionales ni magnates árabes que pongan la “teca”. Somos nosotros.
Y la pelota… siempre. Hasta vos lloraste con el Enano Niell. Esa tarde había electricidad en el aire. ¡Pensar que la seguridad quería ese partido en el ‘otro’ porque el descenso, los incidentes y bla, bla, bla! ¡Minga! No pudimos evitar el mazazo dos años después, pero volvimos. Siempre fuertes, siempre unidos, como vos sabés.
Por todo esto, porque sos parte nuestra, acá estamos en cuerpo y alma. Buscá, mirá, que somos miles y miles pero nos conocés a todos. Allá arriba está Néstor, fumando como siempre. ¡Miralo, ahora plateísta! Charla con Sureda, mientras René se abraza con Délfor Méndez, el autor del himno. Don Pancho te trajo el campeonato desde Alvear y Tagle. Por acá anda Guillermo, Copa Centenario en mano. Marito Díaz se emociona con Tabbia, agarrados a la bandera gigante. Walter Lemejis pinta un paravalanchas. En la tribuna del Bosque, el morocho de musculosa y pasamontañas enciende en sueños la vigilia. Está con un amigo que dejó un billete que pide a gritos que lo gasten. Curell recién bajó del barco que lo trajo desde Europa, ni pasó por Ensenada. Las Lobizonas miran como Dantón le pega desde el centro de la cancha al arco vacío y Barinaga lo grita. Alicia Casamiquela y todas sus Lobas vinieron a saludar, igual que Bala Ripullone con Finito Gehrmann. Timoteo le pregunta ¿cómo’eh..? a un planteo del húngaro Emérico Hirschl. Fernández Viola los escucha, pegado al banco. Lucas Lobos y el Maestro Della Savia se divierten tirando paredes. Toscano Roselli y Luis Ciaccia pican al vacío y Delio Onnis con el tanque Rojas rompen el arco. El esgrimista Carmelo Merlo saluda a los pibes del futsal. Walter se vino desde la costa para ver un tiro libre de Charly Carrió. El Loco Gatti, en silencio, escucha a los pibes de Malvinas. El Chueco Perdomo volvió por segunda vez en 15 días y Pepe Minella, a su lado, siente que se le mueve el piso. Diego Bayo se abraza con Chirola; su hermano Daniel con Fito. Cacho Delmar y Laureano Durán escuchan a quien te regaló su nombre…
De golpe, una bomba… otra… otra más.
“Ginasiá, Ginasiá” es el grito que hermana. Une. Igual que el “Dale Lobo” que atrona.
Cuerpos y almas se apiñan. Hay lugar para todos, aunque haya gente para llenarte diez veces.
Emocionate vos también. Permitite llorar. Late bien fuerte tu corazón de fierro y cemento que bombea sangre azul y blanca.
Estamos todos. Ricos y pobres. Prohombres y malandrines. El “boga” garca y el lumpen con códigos. Todos.
Estamos. Somos.
Vinimos a abrazarte y decirte “Felíz cumpleaños, Viejo”.
Felices 93 años, Bosque querido.
Facundo Aché
