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Johana Barrera: “No hay sueños imposibles”

En esta entrevista para El Rincón del Fútbol me tocó charlar con otra Gladiadora. Juega en Boca, es delantera y tiene un pasado, un presente y un futuro. Conozcan a Johana Barrera.

La piba era una “machona” y su madre se enojaba cuando la veía jugar al fútbol. Ese entretenimiento lo tenía prohibido. Pero ella quería ser jugadora y en medio de ese ambiente, donde se respiraban conceptos patriarcales y donde lo correcto era hacer cosas de “señoritas”, creció Johana Barrera. La cosa no era facil, muchas veces tuvo que escaparse para poder ir a pegarle un buen derechazo a la redonda o para meterle un cañito a los varoncitos con los que jugaba.

Su nacimiento se dio un 16 de marzo del año 1991 en la bella ciudad de Puerto Madryn y ocurre muchas veces que ciertos apodos son tan fuertes que se apropian del nombre de algunas personas ¿por qué escribo esto? Porque Johana no es Johana…es Yoko: “En el secundario, dos compañeras estaban muy aburridas en clase y dijeron: ¡te vamos a buscar un apodo! En una hoja anotaron varios nombres que se le iban ocurriendo y a mí me gustó Yoko. Y ahora todo el mundo me conoce por Yoko” (risas).

Y así, con apodo en mano, creció su pasión por la redonda en aquel lugar del sur argentino. Me cuenta Yoko que hasta los 11 años se entretuvo haciéndole goles a los varones, después la fueron a buscar de un equipo formado por mujeres y como buena delantera que era, allí también fue a seguir metiendo derechazos.

La vida la llevó a Deportivo Madryn, el primer club donde comenzó su carrera: “Con Deportivo Madryn salí campeona y goleadora. Después me fui a jugar a J.J. Moreno donde jugué tres torneos y siempre salimos segundas, en uno de los torneos fui goleadora”. Además, en el año 2015, representó a la Selección de la Liga del Valle compitiendo contra otras selecciones del país.

Tierra y piedra presentaban las canchas donde Yoko hacía goles y le daba forma a su sueño de jugar en algún club grande: “Ahora todos los clubes están poniendo césped sintético. En Madryn no teníamos todos los materiales ni los espacios para poder entrenar bien”.

TIERRA Y PIEDRA. Yoko jugando en J.J. Moreno. Foto: Instagram de Johana Barrera

En el año 2014 se fue hasta Buenos Aires para probarse en River y estuvo viviendo en la Capital argentina durante dos meses pero el club Millonario no le ofrecía nada. La vuelta a Madryn fue dura: “Me había puesto mal y quise dejar de jugar pero dos años después me apareció esta gran oportunidad de estar en Boca”. Y gracias a la intervención del club J.J. Moreno, consiguiéndole una prueba en el club Xeneize, Yoko cumplió uno de sus sueños.

Vivir en Buenos Aires y jugar en Boca Juniors

“Siempre digo que soy una afortunada al poder estar en Boca, es un club muy importante. Estoy muy contenta acá”. Pero este presente en el club de la Ribera tuvo su cuota de sacrificio: “Me costó adaptarme al futbol de Buenos Aires porque es más rápido ¡y ni contarte en lo físico!”. En cuanto a su vida diaria, también tuvo su cuota de padecimiento ya que no fue instantaneo adaptarse a vivir en la “Gran ciudad” viniendo de otra donde la vida era mucho más tranquila. Pero Yoko es una luchadora y salió adelante.

En Boca consiguió dos subcampeonatos, en ambos pudo hacer goles y alternar la titularidad. En el torneo actual, el plantel Xeneize es mucho más amplio: “Tenemos un plantel largo y llegaron buenos refuerzos. Nos exigimos en cada entrenamiento, hay mucha competencia y todas queremos tener un lugar entre las once”.

Si bien, el inicio del campeonato no fue el deseado para Las Gladiadoras ya que perdieron frente a River en la primera fecha, luego lograron dos victorias consecutivas y ya están prendidas en la pelea: “No tuvimos el mejor arranque. Yo creo que estamos bien, vamos a dar pelea hasta la última fecha”.

GLADIADORAS. Luciendo la 9 de Boca en el torneo 2017-2018. Foto: @BocaEsTodoOk

Hace unos días atrás, durante la presentación oficial, el plantel recibió la noticia de que el 9 de marzo jugarán en la mítica Bombonera como preliminar del equipo masculino: “Con la noticia que nos dieron me puse muy feliz, hasta se me erizó la piel. Muchas de mis compañeras vienen luchando desde hace años por cumplir ese sueño. Me imagino una cancha llena, la gente cantando, muchas cosas”.

Además de seguir vistiendo la azul y oro en cancha de once, un nuevo desafío se avecina en el horizonte de la delantera: el Futsal de Buenos Aires. Yoko comenzará a entrenar en otro club grande: “Me anoté en Independiente. El año pasado algunas de las chicas me invitaron para que juegue Futsal y no me animaba por el tema de las lesiones y demás” y agrega: “Antes jugaba Futsal pero era CAFS (Confederación Argentina de Futsal), no AFA. Cambia un poco el reglamento. Hace como 4 años que no juego”. Su experiencia con el futbol de salón está ligada a su provincia natal, más precisamente a Trelew: “El último equipo que jugué se llamaba STM (Sindicato de Trabajadores Municipales). Viajé a varios Torneos Nacionales de Clubes y Selecciones de la provincia”.

Profeta en su tierra

“Nadie es profeta en su tierra” promulga la Biblia cristiana, sin embargo, yo le agregaría: “aunque a veces pueden existir excepciones”.

“Siempre que puedo voy a Madryn. Extraño mucho mi ciudad y las personas que están siempre conmigo” me cuenta Yoko. Y para que ese lazo que la une con su terruño no se rompa, hay gente en Rawson (a 82 km de Puerto Madryn) que se encarga de sostenerlo bien fuerte, como por ejemplo Lucas Neculhueque y Bibiana Sabalza quienes trabajan con el fútbol femenino infantil. Allí tienen una Escuelita llamada “De Taquito” ¿y adivinen quien es la madrina de la escuela?

“Yoko es nuestro emblema, nuestro ejemplo a seguir. La persona a quien admiramos por lo que logró en silencio, con humildad y talento” Así me cuenta Lucas por qué la eligieron como madrina, y agrega: “Es muy humilde y de perfil bajo, era ella quien debía marcarnos el camino y por eso cuando la contacte se sorprendió y con alegría accedió.

Y continúa con su testimonio: “Cuando le escribí enseguida pegamos onda y entendió nuestro trabajo de la Escuelita y lo que ella podía aportar siendo la madrina. Y no hablo de cosas materiales, sino de sus valores, su sacrificio, su constancia para cumplir sus objetivos. Eso es lo que buscamos en la Escuelita, que se formen como jugadoras y puedan, el día de mañana, seguir los pasos de Yoko”.

Johana no escatima humildad para referirse a este nombramiento: “Lo de la Escuelita me sorprendió, porque nunca me lo imaginé. Yo solo buscaba llegar a un club grande de Buenos Aires y no sabía que era el ejemplo de muchas nenas de Chubut”.

MADRINA. Con las nenas de la Escuelita. Foto: Facebook Escuela de Fútbol “De Taquito”.

Los sueños de una Gladiadora

Y siguiendo con la temática de los sueños, hablamos de la celeste y blanca: “En su momento soñé con la Selección, pero también era realista de la delantera que tiene y que viene desde hace muchos años”. Sin embargo, en diciembre tuvo la oportunidad de probar suerte del otro lado de la Cordillera: “María (su pareja) le comentó a un representante chileno que tengo madre de nacionalidad chilena, por si estaban interesados en buscar jugadoras. Como televisaban la mayoría de los partidos, me estuvieron siguiendo y al poco tiempo se contactaron conmigo”.

Lo que resultó de aquel viaje lo cuenta ella misma: “El técnico me dijo que era una jugadora inteligente, que tenía buenos movimientos. Pero que no era el tipo de jugadora que ellos buscaban. Me quedé con la experiencia vivida”.

EN CHILE. “Me quedo con la experiencia vivida”. Foto: Instagram de Johana Barrera

Los sueños de Selección seguirán allí, latentes, no obstante, a nuestra soñadora hay algo más importante que le marca el horizonte: “Mi sueño es vivir del fútbol”.

Yoko es una guerrera, su historia (como bien apuntó Lucas) está ligada a la humildad y al sacrificio. Empezó bien de abajo, luchando contra estereotipos muy fuertes que podrían haberle marcado otro futuro. Sin embargo siguió adelante desnaturalizándolos y hoy es feliz con lo que le toca vivir.

¿La clave dónde está? Lo define ella misma: Siempre digo lo mismo. No hay sueños imposibles, siempre está el miedo a que te pueda ir mal pero nunca hay que rendirse, siempre hay obstáculos en el camino que te hacen más fuerte”.

Esta mujer es Johana Barrera. Hasta la próxima.

Foto destacada: @BocaFutFemenino

Diego González

Diego Gonzalez nació un 11 de agosto del año 1975 en el Hospital Evita de Lanús, exactamente el mismo lugar donde también nació un cara sucia de Fiorito que años más tarde regaría de alegría el suelo argento. Estudió historia, de ahí su pasión por esa rama de las Ciencias Sociales, además de trabajar en una escuela pasa varias horas de la semana metido en el Archivo Histórico de Barracas donde aprendió a desempolvar documentos, libros y fotos. Hace un tiempo estuvo recluido en un retiro espiritual rogándole (quien sabe a quién) que sus neuronas no lo abandonen y se alineen correctamente para poder hacer uso de su pluma en pos de informar y entretener, siempre desde sus tres pasiones: la historia, el fútbol de ascenso y, desde hace algunos años, el fútbol femenino.

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