En su ciudad natal, Carlos Pellegrini -provincia de Buenos Aires- falleció hoy Miguel Ángel Gambier, delantero que en los ’80 y ’90 dejó huella en Platense, Gimnasia, Lanús y Colón de Santa Fé. El “Pampa” batalló durante tres años contra el cáncer y su cuadro se había agravado en los últimos meses. Una de sus últimas apariciones públicas fue en el mes de julio cuando en la entrada de su pueblo se inauguró una gigantografía suya con la camiseta sabalera.
Miguel Gambier debutó en la vieja Primera B con la camiseta de Deportivo Morón en 1983 y en el ’85 fue llevado por el DT Roberto “Pipo” Ferreiro a Independiente, reciente campeón Intercontinental. No le fue bien en el “Rojo” y a mediados del ’86 fue a jugar a Platense. Fue vital para que que el equipo de Vicente López se mantuviese en primera división, ya que en la última fecha ingresó 0-2 abajo contra River Plate y convirtió los tres goles (en apenas media hora) para dar vuelta el partido y llegar a un desempate con Temperley. Días después, un gol suyo colaboró para mantener al “Calamar” en Primera División, una costumbre ochentosa. Fue 2-0 para el descenso de Temperley.
Tras el pasó por Platense, jugó dos temporadas en Gimnasia. Goleador de goles importantes, especialmente en clásicos frente a Estudiantes, fue muy querido por el triperío.
Transferido a México, jugó en Veracruz y volvió a nuestro país con un paso poco recordado por Rosario Central. Posteriormente, fue importantísimo para el regreso de Lanús a Primera División (en el ’92) y logró la idolatría del pueblo con la camiseta sangre y luto de Colón, contribuyendo al regreso a la A, tras 14 años. Los sabaleros jamás lo olvidaron.
El final en el fútbol profesional fue con la camiseta de Los Andes en la B Nacional, con 37 años. Costa Brava de General Pico y su querido Huracán de Pellegrini sellaron la despedida del 9, ya en el fútbol chacarero. En su pueblo, cerró el círculo con la camiseta del Globo.
Emblema de su pueblo, hoy su cuerpo acostumbrado a la pelea con los defensores más fuleros no pudo más. Queda el dolor de su familia y el recuerdo de miles de hinchas que no lo conocieron, pero a los que se les piantó un lagrimón con la noticia. Hasta siempre, Pampa.