Los catalanes creyeron en los milagros y con las manos de Ter Stegen hicieron mágico algo que solía ser cotidiano. Los “Leones” metieron el zarpazo en el momento justo y jugarán 2 finales en 14 días.
El trofeo de Su Majestad tiene a los 2 finalistas y se trata de viejos conocidos que dejaron escenas imborrables en históricas definiciones. Hace 37 años se produjo la denominada “Batalla del Bernabeu” y los gladiadores coperos estarán cara a cara por décima vez en su historia, en busca de un nuevo título.
Barcelona tuvo su remontada porque goleó 3-0 a Sevilla en el Camp Nou y revirtió el 0-2 sufrido en Andalucía. Electrizante partido ofrecieron ambos equipos en lo que fue una verdadera montaña rusa de emociones.
A los 12´, Lionel Messi la llevó atada y quiso penetrar en el cerrojo defensivo visitante. La soltó para Ousmane Dembelé y el francés se tomó su tiempo. Pausa que pareció eterna pero fue más bien un ardid para engañar a los rivales y sacar un inesperado fierrazo desde afuera del área, que dejó sin reacción al portero checo Vaclik.
Faltaba un gol para igualar la eliminatoria y los catalanes fueron a la carga una y otra vez. Muy poco del conjunto de Julen Lopetegui, que se refugió en su propio campo y esperó agazapado por una réplica letal.
Y funcionó en los planes porque Sevilla contó con una ocasión inmejorable para herir de muerte a los “Culés”. Minuto 73 y Lucas Ocampos fue derribado en el área por Oscar Mingueza. Penal para la visita y aroma a despedida del “Barsa”, de su entrenador y de su rica historia. Pero no hubo bombardeo ni fuego enemigo, ya que Ter Stegen le detuvo el penal al propio Ocampos (ejecución algo displicente, digamos todo) y produjo un nuevo “milagro alemán”.
Envalentonado como nunca, Barcelona sacó a relucir su amor propio y en el cuarto minuto de adición forzó la prórroga. Bola cruzada de Antoine Griezmann desde la izquierda y Gerard Piqué metió la cabeza y desató el delirio blaugrana.
El golpazo anímico fue tremendo y si había alguien que podía ganarlo, era Barcelona. Harto merecido, entonces, llegó el tercer grito, el de la redención para un equipo sufrido. Martin Braithwaite dijo que sí con un testarazo a un centro de Jordi Alba y se transformó en un verdadero “Gran Danés”.
En la otra semifinal, también hubo una fiera que mostró las garras y su oficio ante el inexperto que vivía su cuento de hadas. En el Estadio Ciudad de Valencia, Athletic Bilbao venció 2-1 a Levante y redondeó un marcador global de 3-2.
Los “Granotas” estaban más que hechos con el empate cosechado en San Mamés y el doble problema que le causaron a Atlético Madrid hace una semana. Y la ilusión cobró fuerza cuando se pusieron en ventaja en el minuto 17.
Todo nació en la izquierda, con un toque de José Luis Morales para Rochina y de éste en dirección a Roger Martí. El delantero nacido en Torrente tuvo el brazo fuerte para controlar el cuero y sacar una media vuelta a pesar de la marca de 2 rivales. Derechazo rasante que batió a Unai Simón y 1-0 arriba el anfitrión.
Sin embargo, a la media hora de partido llegó la paridad de los vascos. Iñaki Williams encendió el turbo en la izquierda y se la llevó a la espera de compañía. Por el medio entraba Raúl García, quien era víctima de los desesperados intentos de Oscar Duarte por detenerlo. El costarricense empezó con los empujones fuera del área y finalmente lo tiró dentro de la tierra prometida. Penal indiscutible que el propio García transformó en gol.
No se sacaron más ventajas y hubo que recurrir al tiempo extra. En el torneo donde el suplementario fue la vedette, se dijo antes que la última vez que ambos semifinalistas jugaron la prórroga, a la gran definición llegaron Barcelona y … Athletic Bilbao.
Estaba escrito y los “Leones” aprovecharon la temporada de caza e hicieron del Levante su presa. Minuto 112 y Alex Berenguer se animó por el centro y decidió rematar al arco. El balón se desvió en el número 17 Nikola Vukcevic y fue tal la desgracia de los “Granotas”, que Aitor Fernández clavó una rodilla en tierra para esperar lo inevitable. Golpazo del Bilbao y 2 finales de Copa del Rey en el horizonte.
Quedó inconclusa la versión 2020 y tendrá nada menos que el clásico vasco entre Athletic Bilbao y Real Sociedad, el 2 de abril y en Sevilla.
Pero también habrá final con Barcelona y es inevitable retrotraerse a la de 1984, la batalla campal que incluyó el festejo vasco en el marcador y la esperada venganza catalana. El año anterior Andoni Goikoetxea le fracturó el tobillo a un tal Diego Armando Maradona y el “Pelusa” no anduvo con vueltas a la hora de arreglar asuntos pendientes. Suspensión por 3 meses (que jamás cumpliría porque fue tiempo del éxodo hacia Napoli) y clima caliente para una rivalidad que sólo se extendió en definiciones de copa.
Las últimas 3 definiciones que juntaron a ambos fueron con claros triunfos blaugranas y poco se habló de ese 5 de mayo de 1984. La nota triste es que se trató del último juego oficial de Maradona con la camiseta del “Barsa”. Ojalá que la del 17 de abril no se trate de la última función de Lionel Andrés Messi.
(Foto Principal: @sport)