Adrián Peralta fue, es y será sinónimo de Estudiantes de Río Cuarto. Estuvo 11 años en el club que lo vio nacer y que la pandemia se llevó puesto.
Cuenta la historia que siempre quiso ser arquero. Que cuando, siendo niño, entró por las puertas de ese club celeste en Río Cuarto, sería un amor mutuo y a primera vista. Varias décadas después, poco cambió. Adrián Peralta, más conocido como “chupa” (llegó a decir que “como Adrián” casi no lo conocen”) está asociado para siempre con Estudiantes. 11 años en el club y múltiples ascensos hacen un ciclo inolvidable.
Todo arrancó cuando de chico, jugó en el club hasta los 16, para luego irse a Belgrano y tener de modelo, entre otros a Juan Carlos Olave. En 2009 su club del sur de la provincia de Córdoba ascendía al Argentino A, y el pegó la vuelta. Para irse más de 10 años después. Tuvo que pelearla, claro. Era tercer arquero y por ende ni siquiera iba al banco de suplentes. Hasta que en 2013 llegó su chance, entró al arco y no lo soltó más. Solo una pandemia mundial inédita pudo con el.
Fue importante siempre, protagonista, baluarte y pilar del “león del imperio”. Transmitió siempre seguridad y logró ascender con su club del Federal B al A, donde hicieron buenas campañas, que lo llevaron a un ascenso histórico a la Segunda división del fútbol argentino. El equipo pisaba la Primera B Nacional por primera vez y el era uno de los líderes. Ya en el torneo, supo tener también grandes actuaciones. Hasta que el coronavirus lo paró todo, y en el medio, algo se rompió. Luego de una sentida carta de despedida, el 1 dejó el club, que trajo a Ardente. El, se fue a Nueva Chicago. Pero su identificación con el “celeste”, durará para siempre.
Fotos: Estudiantes RC.
hermosa notaa feliz de saber q alguien se acuerde del chupa