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#PartidosHistóricos: El año del Gallo

Hay cosas, momentos, hechos que tardan mucho en llegar, incluso más de lo que se espera. Hay cosas que las personas esperan y que tardan años en ocurrir, que conllevan un proceso largo y, a veces, doloroso. Algo así ocurrió con el ascenso del Deportivo Morón.

La última vez que el Gallito había dado la vuelta fue en 1990 y, desde ese entonces, nunca más volvieron a gritar “campeón”. Los años pasaron, las frustraciones se acumularon, las posibilidades de volver a la segunda categoría del fútbol argentino llegaban, pero nunca se concretaban. La espera se hizo interminable. Los hinchas del Gallito rezaban, imploraban y rogaban por una alegría que parecía no querer llegar nunca.

Pero, en el 2017, la historia cambió. Los chinos decían que, en su calendario, era el año del Gallo y, al parecer, no se equivocaron. Las cartas comenzaron a jugar a favor de un equipo que, con mucho fútbol, habilidad y garra, se esforzaron para darle a Morón el ascenso que tanto se les había negado.

Un año antes, en el 2016, Walter Otta y su cuerpo técnico llegaron al club con un perfil bajo y muchas ganas de trabajar, fomentando a la competencia interna sana y motivando constantemente a sus dirigidos para que desplieguen su mejor versión. Ese cuerpo técnico, llegó para demostrarle a Morón y al mundo que, con trabajo, esfuerzo y voluntad, todo se puede lograr, incluso aquello que parece estar destinado a no ocurrir.

Durante el 2017, Morón obtuvo grandes resultados, el equipo no dejaba de sorprender a sus hinchas que, con el correr de los partidos, no podía evitar ilusionarse. El Gallito se hacía gigante de local y de visitante, eliminaba a equipos de Primera en cada ronda que le tocaba jugar de la Copa Argentina y desplegaba un gran nivel de juego.

Los resultados, tanto propios como ajenos, se fueron dando y, con el correr de las fechas, Morón, que se encontraba puntero en la tabla de posiciones de la Primera B Metropolitana, se alejaba cada vez más de sus perseguidores.

Llegó la fecha 34. Los números hablaban por si solos: si Morón le ganaba a Platense, se consagraría campeón, a falta de cuatro fechas para que finalice el campeonato. El Estadio Nuevo Francisco Urbano se vistió de fiesta, todos los hinchas se acercaron a su casa para ver el partido que habían esperado durante ¡27 años! Todo estaba listo…

El partido comenzó, la gente gritaba, alentaba e impulsaba a un equipo que, desde el primer momento, atacó al rival. A los cuatro minutos, se produjo una falta cerca del área y Rodrigo Díaz tomó la pelota. La experiencia y la habilidad de “El Rengo”, hicieron lo suyo: con una pegada maravillosa, puso la pelota en el ángulo y le regaló a Morón el primer tanto de la noche.

El Gallito no se conformó y fue por más. Diez minutos después del golazo de Rodrigo Díaz, llegó el segundo tanto. Damián Akermán, goleador histórico de la institución, bajo la pelota en el área y asistió a Javier Rossi que no perdonó y puso el 2 a 0.

Los minutos transcurrían y, si bien Platense intentaba descontar, la historia parecía jugar a favor de Morón. Cuando el partido estaba por terminar, Quiroga convirtió el descuento del Calamar pero no hubo mucho tiempo para más.

La fiesta en las tribunas no paraba, el llanto de alegría de aquellos que aún recordaban el ascenso de 1990 y el de todos los que esperaron toda su vida para vivir ese momento era interminable. El recuerdo de los que ya no están, la alegría de cumplir un sueño, de vivir aquello que esperaron durante 27 años y que, ese 6 de junio, se convertía en una realidad.

Yamil Possi, árbitro del encuentro, dio por finalizado el partido y los años de agonía. Morón, en el año del Gallo, volvía a la B Nacional. El ascenso ya no era un sueño, era una realidad. Los abrazos se hicieron eternos, el dolor se esfumó por completo, la quinta tribuna, esa que está en el cielo, bajó al Osete del Gran Buenos Aires y, todos los que ya no están, se acercaron a abrazar y festejar con todos aquellos a los que le heredaron esta pasión.

Ese día, Morón, de la mano de Walter Otta, su cuerpo técnico y ese gran plantel, le enseñaron al mundo que, con trabajo, esfuerzo y voluntad, todos los sueños se hacen realidad.

Formaciones:

Morón (2): Álvarez; Broggi, Perales, Mayola, N. Martínez; Ramírez, Giménez, Lillo, Díaz; Rossi, Akerman. D.T.: Walter Otta.

Platense (1): Mastrolía; Carreira, Talamonti, Toranzo, Mannino; Leguiza, Lorefice, Conicelli, Palavecino; Vizcarra, Rodríguez. D.T.: Omar Labruna.

  • Camila Valente

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