A pesar de los dos triunfos de la Selección Colombia en esta fecha de la eliminatoria 3-0 ante Bolivia en Barranquilla y 0-1 ante Venezuela; los 6 puntos ganados no fueron suficientes para alcanzar la casilla del repechaje que quedó en manos de los incas quienes lograron vencer a Paraguay.
Decir que el mundial se perdió en estas dos fechas o con la victoria de Perú ante los paraguayos, es desconocer la mala campaña que se realizó en estas eliminatorias. Perder 6 a 1 ante Ecuador, con una Colombia nefasta, no tiene lógica. Perder ante Uruguay sólo para desbancar a un técnico. A eso se le suma el mal manejo que Reinaldo Rueda le dio a la Selección, se preocupó más por defender, mantener su arco en cero y dejó ir partidos fundamentales para las aspiraciones de llegar a Qatar 2022. Durar 7 compromisos sin marcar un gol es algo inexplicable, convocar jugadores que no estaban en un nivel óptimo para defender los colores de la Selección es más de lo mismo que dejamos atrás solo en la época Pekerman, no mantener la misma nómina por esta, cambiando jugadores aún cuando tenían buenos desempeños, sacar jugadores que estaban desempeñando buenos partidos era algo que no se lograba comprender, parecía poseído por el espíritu del míster de las rotaciones.
¿Pero donde dejamos a los dirigentes? Aca no sólo es culpa del técnico o los jugadores, el problema debe analizarse desde la raíz y es el negocio que se mueve detrás de la Selección Colombia que mudos dirigentes la han empezado a ver como un negocio para mostrar jugadores o convocar unos de ciertos clubes y dejar de lado a quienes muestran un gran nivel sobre todo en liga. Para citar un caso específico, Daniel Ruiz, jugador de Millonarios, desde hace rato debería ser tenido en cuenta para unas convocatorias con la selección de mayores.
El poco fútbol mostrado por la Selección Colombia, el conformismo, la idea no tan clara de juego, es la radiografía del fútbol colombiano que dejó de ser competitivo, para muestra, los malos desempeños en torneos internacionales.
Hoy se cierra un ciclo para varios jugadores que esperaban llegar a su primer, segundo o tercer mundial consecutivo y que, lastimosamente, no alcanzarán para el 2026. Después de este fracaso empezará una nueva era donde muchos de nuestros ídolos de esas citas mundialistas históricas de 2014 y 2018 no estarán. Hoy más que nunca se extraña al profesor Pekerman, su modelo de juego, su familiaridad y la manera en que hizo que muchas miradas se incrustaran en esa Selección que hoy extrañamos.
Por Kathe Gómez M. /@kathegomezm
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