El “Submarino Amarillo” navegó por un mar de gloria y consiguió su primera corona internacional de fuste. Dramática definición por penales, que contó con 22 ejecuciones y un Gerónimo Rulli como genio y figura.
El que jamás había probado las mieles del éxito continental en un torneo de fuste, se dio el gusto grande. En el Stadion Energa de Gdansk, en Polonia, Villarreal y Manchester United igualaron 1-1 en 120 minutos pero el “Submarino Amarillo” se impuso 11-10 en los penales y se consagró campeón de la Europa League.
El experimento denominado Copa Intertoto – que otorgaba cupos para la ya extinta Copa UEFA – significó 2 títulos para los valencianos, pero ni siquiera es digno de mención en el palmarés (como si un club argentino contase como estrella una liguilla pre Libertadores). Lo cierto es que Villarreal estuvo muy cerca de tocar el cielo con las manos nada menos que en la UEFA Champions League, allá por 2006, pero el sueño se quedó trunco en las semifinales.
Hoy pudo ser un gran día y el especialista en materia continental sacó a relucir sus pergaminos. En efecto, Unai Emery escribió la historia europea grande de Sevilla con 3 consagraciones y no quiso ser menos con el “Submarino Amarillo”.
Enfrente un gigante continental con 8 trofeos internacionales: el más reciente hace 4 temporadas y justamente la Europa League (de la mano de un tal José Mourinho).
Los “Red Devils” comenzaron un poco más incisivos en lo que a dominio territorial y posesión del balón se refiere. Villarreal cedió el protagonismo y decididamente se paró en su propio campo, a la espera de lo que hiciera su rival.
La movilidad de Mason Greenwood, el despliegue del incansable Scott McTominay y la pausa necesaria de Paul Pogba dominaron la escena polaca en el primer cuarto de hora. Los ibéricos no lograron enlazar la pegada de Dani Parejo con el circuito de ataque y tanto Gerard Moreno como Carlos Bacca, quedaron lejos de establecer una conexión. De hecho, el colombiano hizo el trabajo sucio que su compatriota Duvan Zapata suele hacer en Atalanta: aguantar la marca de espaldas al arco y descargar para un compañero libre.
Claro que por esas cosas que tiene el fútbol, cuando mejor se acomodaba el “United” al partido, llegó el primer grito sagrado para Villarreal, producto de una pelota parada. Minuto 29 y un centro sobre del área de Dani Parejo tuvo la picardía necesaria de Gerard Moreno, quien se escapó a la marca de Luke Shaw y conectó la bola casi cayéndose, para batir a David De Gea y adelantar a los valencianos.
La moral estaba por las nubes en el conjunto de Emery y los ingleses parecieron perder la brújula. Edinson Cavani era la referencia de ataque pero no era abastecido con frecuencia. Marcus Rashford no gravitó en absoluto y la participación de Bruno Fernandes se diluía con el correr de los minutos.
En la segunda etapa no cambió demasiado el trámite del encuentro y Villarreal se aferró a su plan de espera. La responsabilidad era del “United”, que necesitaba patear el tablero para alcanzar la paridad. Y justamente una jugada aislada le permitió empardar el resultado.
A los 55´, Luke Shaw ejecutó un tiro de esquina desde la derecha y Raúl Albiol despejó a medias. Le quedó a Rashford, quien disparó de forma imperfecta y la pelota quedó suelta en el punto del penal. Cavani olió sangre cual tiburón en las aguas del gol y el uruguayo de Salto empató el partido.
Bajó un poco la tensión para ambos y el escenario fue el mismo que el del comienzo: Manchester United con la pelota en su poder y Villarreal con la carta del contraataque. Casi desnivelan los ingleses cuando Bruno Fernandes escapó al control de la defensa (un paso adelantado, para mi gusto) y metió el centro de la muerte para Rashford. Marcus creyó que la jugada estaba invalidada porque sino no se explica lo mal que definió sólo frente a Gerónimo Rulli.
El reloj avanzaba y las piernas no respondían, por lo que el marcador no se modificó en los 90´ y fue necesario jugar la prórroga. Allí tampoco cambió la tónica y ambos entendieron que el trofeo se decidiría desde los 12 pasos.
Era tal la paridad, que los primeros cinco ejecutados por cada equipo, terminaron en gol. El stress de la serie de 1 mostraba una gran efectividad de los pateadores y una tardía reacción de los arqueros. Pero llegó el momento de convertirse en verdugos y los porteros definieron la cuestión. Rulli pateó como si fuese un especialista y David De Gea lo hizo como lo que es, un arquero. El guardavallas platense se quedó con el disparo de su colega español y desató el delirio valenciano.
Villarreal escribió la página europea más gloriosa de su historia. Primera final importante y primer título. Un equipo que debutó en la máxima categoría del fútbol español allá por 1998 y que se codeó con los grandes del continente, que sufrió el ocaso del descenso y que renació de sus cenizas para ganarse el respeto local y ahora europeo.
Unai Emery es el padre de esta criatura. El significado de mística debería ir acompañado de una foto de este entrenador 100% especialista en este torneo. Fue el capitán de un “Submarino Amarillo” que surcó con éxito los mares continentales y que comenzó a construir su historia en los astilleros de Gdansk. El mismo sitio donde un tal Lech Walesa erigió al primer sindicato libre de Europa del Este. Y ese sindicato se llamó “solidaridad”: la misma que mostró este grupo de jugadores comandados por un marino vencedor de mil batallas.
Síntesis:
Villarreal (1) (11): Rulli; Foyth (Mario Gaspar), Albiol, Pau Torres y Pedraza (Alberto Moreno); Pino (Alcácer), Capoue (Dani Raba), Dani Parejo y Trigueros (Moi Gómez); Gerard Moreno y Bacca (Coquelin). DT: Unai Emery.
Manchester United (1) (10): De Gea; Wan-Bissaka (Mata), Bailly (Tuanzebe), Lindelof y Shaw; Greenwood (Fred), McTominay (Alex Telles), Bruno Fernandes y Pogba (D. James); Rashford y Cavani. DT: Ole Gunnar Solksjaer.
Goles: Gerard Moreno (29´) (VIL); Edinson Cavani (55´) (MNU). Villarreal ganó 11-10 en los penales (Rulli le atajó el disparo a David De Gea).
Árbitro: Clement Turpin (Francia)
(Foto Principal: @EuropaLeague)