Nicolás Blandi se entrenó diferenciado en la práctica de ayer del Ciclón. Y se suma a la preocupación que despierta Fabricio Coloccini. ¿Llegará el nueve al clásico con Huracán?.
Juan Antonio Pizzi sabe que el clásico con Huracán del domingo 20 es muy importante. Aunque lleva “nada” en el cargo (arribó en julio pasado), la obligación, ante la temprana eliminación en la Copa Libertadores, es pelear la Superliga si o si. Y en las últimas fechas los números no lo acompañaron: tres derrotas sobre cuatro partidos.
A eso hay que sumarle que el Azulgrana bajo su nivel y además la derrota 1-4 ante Central Córdoba pegó duro. Por eso estas dos semanas previas al clásico con el Globo le vinieron de maravillas a Pizzi. Para levantar el ánimo del plantel y lograr que el CASLA se asemeje a lo que fue en la primera parte de la Superliga.
Sin embargo el entrenador del Ciclón “sufre” por dos jugadores. A la preocupación que despierta la lenta recuperación de Fabricio Coloccini, se le sumó ayer Nicolás Blandi.
Lo del central no es nuevo. Lucha contra una fatiga muscular que ya lleva un mes de recuperación. Si bien Coloccini el martes realizó ejercicios con pelota, sigue entrenando diferenciado. Y para Pizzi su presencia es clave para levantar el flojo nivel defensivo del Ciclón.
Y Blandi, si bien no es un jugador imprescindible para el DT (llegó a ser la tercera opción en ataque), tiene su peso por el tiempo que lleva en la institución y por la anemia ofensiva que padece el Cuervo.
El goleador, perseguido por las lesiones en el último tiempo, volvió a ser titular el sábado pasado pero ayer se entrenó diferenciado. Segun se rumorea sufrió dos traumatismos ante el Ferroviario y por eso se movió aparte. Las luces de alerta se encendieron inmediatamente.
Habrá que ver la evolución de ambos jugadores para ver si llegan al duelo con el Quemero. Mientras, el Ciclón busca rival para jugar un amistoso este finde y arribar de la mejor manera posible a la reanudación del torneo.
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