No es fácil escribir sobre la Iglesia Católica y más aún si se pretende contar todo lo que encierra el Vaticano. El autor australiano Morris West se animó y construyó una tetralogía que incluyó las obras “Los bufones de Dios”, “Lázaro” y “Eminencia”. Pero sin dudas, el punto de partida fue la maravillosa y profética novela conocida como “Las sandalias del pescador”.
Fue llevada al cine por Michael Anderson y protagonizada por Anthony Quinn en 1968, apenas 5 años más tarde de la publicación del libro de West. Cuenta la historia de Cirilo Lakota, un obispo ucraniano que fue confinado a una prisión soviética a realizar trabajos forzados, en plena Guerra Fría.
El tema central es el enfrentamiento de lo espiritual con lo material. El pueblo ruso se ve castigado por la hambruna y a su vez amenazado por una invasión de los países vecinos. En este contexto, Lakota es nombrado Papa (ahora se lo conoce como Cirilo I) y deberá hacer frente a los prejuicios y llevar adelante a una Iglesia en permanente renovación.
Ciudad del Vaticano es el estado más pequeño del mundo, con apenas 0,44 km2 de extensión y lo paradójico es que se trata del más poderoso e influyente de todos. El Papa es la cabeza visible de Dios en la Tierra y desde siempre las Encícilicas se han transformado en documentos que remiten un mandato divino. Desde “Rerum Novarum” (“De las cosas nuevas”), promulgada en 1891 por León XIII hasta “Humanae Vitae” (“De la vida humana”) de Paulo VI en 1968, el Pontificado sentó su posición con respecto al quehacer social, político y cultural de la población mundial.
Morris West fue un visionario, ya que en su novela imaginó a un Papa no italiano, un personaje de Europa del Este que rompería con una tradición. El 16 de octubre de 1978, el polaco Karol Wojtyla fue elegido como el Papa 264 de la Iglesia Católica y adoptó el nombre de Juan Pablo II: el Pontífice más joven del Siglo XX, con 58 años y el primero no italiano desde el holandés Ariano VI en 1523.
En Italia hay una misa llamada fútbol y se extiende del sábado al domingo. Se achicó el margen entre el líder y el principal perseguidor y ya no parece cosa juzgada la definición del scudetto. Todavía hay 8 capítulos por delante y el girone 31 comienza en la zona baja de la tabla.
En Toscana no sabemos si saldrá el sol o si habrá un tropiezo que llame a la lluvia. Empoli recibirá a un casi descendido Pescara y necesita mantenerse lejos de la zona complicada (por ahora está 5 puntos por encima del peligro).
Más tarde, el despliegue de buen fútbol regresa a Bérgamo donde Atalanta se medirá con Sassuolo. Excelente campaña para los dirigidos por Gian Piero Gasperini, que mantienen su posición europea consolidados en el quinto lugar de la tabla.
El cierre momentáneo estará a cargo del puntero. Para meter un poco de presión y seguir en lo más alto, Juventus se la juega en casa ante Chievo Verona.
Mañana, más que en América – aunque si es musicalizado por Supertramp no estaría nada mal – el desayuno será en Génova, donde Sampdoria abrirá las puertas del Luigi Ferraris para enfrentar a Fiorentina.
Milán no seduce en su juego ni da garantías, pero sigue cerca de meterse en la Europa League. Para alimentar ese sueño que tiene más garra que fútbol, deberá ganarle en el Giuseppe Meazza a un Palermo al borde de un ataque de nervios.
Roma sigue al acecho y necesita doctorarse en Bologna, ciudad que tiene a la universidad más antigua del mundo occidental. El fin de semana pasado sacó provecho del empate de Juventus y ahora tiene que ganar y confiar en que el líder pierda puntos.
En Cerdeña, un rejuvenecido Cagliari quiere celebrar en el Sant´Elia el haberse sentido ganador del clásico insular. Los de Massimo Rastelli reciben a Torino, mejor conocido como “Belotti + 10”.
Hay 2 sufridos que se verán las caras en Calabria. Crotone, en zona de descenso pero sin rendirse en su lucha, jugará frente a un Inter que no termina de convencer, pero que está a un paso de ingresar en el club de los europeos.
En el Friuli habrá un duelo de equipos que no tienen preocupaciones. Udinese naufraga en la mitad de la tabla y será local ante Genoa, que acumula 3 partidos sin ganar ni anotar goles, pero que se salva del descenso simplemente porque los de abajo no pueden sumar.
El tradicional posticipo nos deja un interesante encuentro en la ciudad a la que conducen todos los caminos. En el Olìmpico de Roma, Lazio vive su mejor momento y quiere amenazar el tercer puesto de Napoli en la carrera hacia la próxima UEFA Champions League.
El 8 de abril de 2005 se llevó a cabo el multitudinario entierro de Juan Pablo II, al que asistieron más de 200 dirigentes mundiales, entre jefes de estado y de gobierno de todo el mundo, además de referentes de otras religiones. Desfilaron más de 4 millones de peregrinos en lo que fue la muestra de cariño más grande de la historia hacia un Papa.
“Soy feliz, séanlo también ustedes. No quiero lágrimas. Recemos juntos con satisfacción. En la Virgen confío todo felizmente” … así decía la última carta que Karol Wojtyla escribió momentos antes de reunirse con el Santo Padre en el Reino de los Cielos.
La búsqueda de la fe es un deseo inquebrantable. Pero el camino hacia ella suele ser arduo y tortuoso. El propio Jesucristo atravesó el desierto durante 40 días y 40 noches sin caer en las tentaciones. Calzarse las sandalias del pescador es ni más ni menos que hacer frente a la adversidad, de ser capaces de sobreponerse a los que sea con tal de alcanzar esa paz que reconforta al espíritu.
A Juan Pablo II se lo conoció como el “Papa Peregrino”, porque emprendió 104 viajes y visitó 129 países diferentes. Al igual que Jesús, ha sido un pescador de hombres, que también “ha venido a la orilla, no ha buscado a sabios ni a ricos… tan sólo quiere que yo lo siga”. Un largo camino han recorrido esas sandalias y las huellas que han quedado jamás se borrarán.
(Foto: ecclesiajoven.com)
