Era fiesta “nerazzurra” con 2 goles de ventaja sobre un desconcertado rival. Pero en el minuto 97, un balón detenido emparejó las cosas de manera increíble.
Inter y Milán terminaron 2-2 en el denominado “Clásico de la Madonnina” y para los de Stefano Pioli fue un empate con sabor a derrota. Es que el “Nerazzurro” no supo cuidar la diferencia de 2 sobre su rival y pagó caro una distracción en tiempo adicional.
Avisó el “Rossonero” con una escapada de Gerard Deulofeu que terminó con un disparo al primer palo, casi sin ángulo. La pelota fue devuelta por el vertical izquierdo, cuando Samir Handanovic ya estaba vencido.
Pero fue Inter quien golpeó primero a los 36´: larguísimo pelotazo de Roberto Gagliardini para que Antonio Candreva corra uno contra uno ante la marca de Mattia Di Sciglio. No llegó a cubrir el capitán de Milán y Candreva sacó justo el remate que sorprendió a Gianluigi Donnarumma, a mitad de camino.
No salía de su asombro el que hizo de visitante (recordemos que ambos comparten el Giuseppe Meazza) cuando los de Pioli aumentaron la brecha. Notable combinación entre Mauro Icardi e Ivan Perisic para una escapada por izquierda por parte del croata. Preciso centro para que “Il Capitano” empujase la pelota a la red y señalase su tanto número 21 en el torneo.
En el complemento, Vincenzo Montella pateó el tablero para darle mayor frescura y movilidad al ataque del “Rossonero”. Manuel Locatelli a la cancha en lugar de Juraj Kucka y luego Gianluca Lapadula por un José Sosa bajas calorías.
El descuento llegó a 7 del final, cuando Inter demostró un evidente bajón y dejó agrandar a su rival. Un envío de Suso desde la derecha fue perfectamente anticipado por Alesio Romagnoli, para devolverle la confianza a Milán.
El árbitro Daniele Orsato había adicionado 5 minutos e Inter se dedicó a hacer tiempo, por lo que hubo que jugarse 2´más. Quedaba la última bola y la seña del referí fue clara: después del tiro de esquina, el partido se terminaba. Hasta Handanovic fue al área contraria para buscar un cabezazo salvador.
Suso fue el encargado de la ejecución y Carlos Bacca peinó la pelota. Por el segundo palo apareció otro colombiano, Cristian Zapata, quien se mandó una pirueta desde un ángulo cerrado para decretar el empate con mucho suspenso (finalmente, el balón traspasó la línea de gol).

Inter no lo podía creer de la manera que se le escapó una victoria segura. Milán lo celebró como un triunfo y el partido fue calificado como clamoroso (fracasaron como italianos si no movieron las manos al leer esta palabra). En realidad, no apto para cardíacos e ideal para los neutrales.
Reparto de punto que castiga a uno y conforma a otro. La Madonnina puede hacer la asunción en paz: otra vez ganó la emoción.
(Foto Principal: SporsCenter)