Un gol de Daniele Maldini y un agónico grito de Brahim, para llevar al “Rossonero” a la cima. Electrizante duelo entre el campeón y el fútbol total, en un carrusel de emociones. No quisieron ser menos Genoa y Verona, que relagaron 6 tantos con un último cuarto de hora “rocambolesco”.
Gran arranque de la sexta jornada en la Serie A porque otra vez el gol fue la vedette: 13 anotaciones en 3 partidos elevan la vara cada vez más en una liga que hace años es de lo más apasionante.
En el Stadio Alberto Picco, Milán se impuso 2-1 sobre Spezia y se trepó a lo más alto del campeonato. Postrero éxito para el “Rossonero”, que tiene 16 de 18 puntos y sólo puede ser superado por el encendido Napoli si gana mañana ante Cagliari.
El legado está intacto porque a los 48´ se produjo la apertura del marcador. Bola cruzada de Pierre Kaloulu desde la derecha y cabezazo goleador de Daniele Maldini, hijo del gran Paolo (y nieto de Cesare, claro que sí). Bautismo en la red en Serie A para el fanciullo de 19 años, como para iniciar una nueva era de un apellido legendario.
Los “Aguiluchos” empardaron el juego a 10 minutos del epílogo. Toda de Daniele Verde en la derecha y un disparo que se desvió en el camino en Sandro Tonali y descolocó por completo al arquero Mike Maignan.
Parecía que terminaban en tablas pero una movida de ajedrez de Stefano Pioli decretó el jaque mate a los 86´. Brahim Díaz había ingresado 4 minutos antes y fue el encargado de sellar el triunfo de la visita. Buen desborde de Alexis Saelemaekers por izquierda y un centro atrás que le quedó servido al español, quien batió a Jeroen Zoet con un remate rasante.
Partidazo en el Giuseppe Meazza con un ritmo vibrante y un final inesperado, que terminó en empate 2-2 entre Inter y Atalanta. Montaña rusa de adrenalina entre 2 que propusieron y dejaron más que conforme al espectador neutral.
El vigente campeón impuso condiciones en apenas 5 minutos de juego. Centro de Nicoló Barella desde la derecha y espectacular volea de Lautaro Martínez para vencer a su compatriota Juan Musso. Cuarta diana en el torneo para el delantero bahiense.
La “Dea” hizo gala de su divinidad futbolera y dio vuelta el marcador en cuestión de 8 minutos. A la media hora, un furibundo zurdazo de Ruslan Malinovsky se clavó junto al vertical de la mano izquierda de Samir Handanovic. Y a los 38´, otra vez el ucraniano con el fierrazo y el arquero esloveno con la tapada a medias. Rebote para Rafael Toloi, quien metió un “gol de goleador” como si jugase de 9 toda la vida.
Atalanta lo tenía contra las cuerdas porque un tiro libre de Malinovsky fue devuelto por el poste. Pero Inter se comportó como ese púgil que nunca se rinde y sacó una mano inesperada para igualar el partido.
A los 71´, incursión de Federico Dimarco por izquierda y un latigazo de zurda que no pudo retener Musso. Edin Dzeko aprovechó la bola suelta y dejó el tablero electrónico en 2 iguales.
El final fue no apto para cardíacos porque realmente estaba para cualquiera de los 2. Minuto 86 y una mano de Merih Demiral dentro del área fue castigada con la pena máxima. Dimarco con la ejecución y balón a las nubes.
Quedó tiempo para una polémica que en tiempos de VAR le quitó la esencia al fútbol. Pasaron 2 minutos del penal errado y el local se hizo un embrollo en la salida. Pase atrás que Handanovic tuvo que rechazar con el pie para evitar el tiro de esquina y la bola quedó en juego nuevamente. Robin Gosens metió un pase para Roberto Piccoli, quien se vio beneficiado por una involuntario toque de Denzel Dumfries. Media vuelta de Piccoli para ajusticiar a Handanovic y cimbronazo en el área interista. Claro que no contaban con la astucia del VAR: resulta que en el pase atrás que el arquero esloveno despejó, la pelota salió en su totalidad. Algo que solamente vio la tecnología en reiteradas veces. Sí, a los ojos de la justicia, el tanto estuvo bien anulado. Pero fue una situación casi imperceptible para el ojo humano.
Una batalla palo y palo ofrecieron Genoa y Hellas Verona en el Luigi Ferraris, que finalizó con una igualdad 3-3. Vibrante duelo con un cuarto de hora final que fue un canto a la incertidumbre.
Los “Griegos” golpearon primero porque sacaron ventaja de 2. A los 8´, envío de Davide Faraoini desde la derecha y testarazo de Giovanni Simeone para añadir un capítulo más a la inexorable “ley del ex”.
Apenas iniciado el complemento llegó el raddoppio veronés. Infracción de Nikola Maksimovic sobre Simeone dentro del área y penal que Antonin Barak transformó en gol.
La reacción de los “Grifoni” llegó a partir de los 76´. Brazo demasiado extendido de Pawel Dawidowicz en el área y allí le dio la bola al polaco. Penal par el dueño de casa y Daniele Criscito descontó.
El conjunto de Davide Ballardini estuvo más que derecho porque en 5 minutos inclinó la balanza del resultado a su favor. A los 80 ´, tiro libre en forma de centro de Nicoló Rovella y cabezazo de Mattia Destro para empatarlo. Y en el minuto 85, el propio Destro lo sacó a pasear a Koray Günter con un precioso regate y definió con categoría ante la salida de Lorenzo Montipó, picando el balón de forma sensacional.
Verona no quiso terminar en tragedia griega y salvó la ropa en el primer minuto de tiempo agregado. Nicoló Casale con el centro y Nikola Kalinic con el soberbio testarazo para el 3-3 definitivo.
(Foto Principal: @acmilan)
