Tras 24 años el macrismo dejará de gobernar Boca. Las derrotas ante el Millonario y la presencia del ídolo, sepultaron las ilusiones de Angelici y Gribaudo.
Nada es para siempre, reza el fragmento de una canción Fabiana Cantilo. Más que nunca el oficialismo en Boca siente en carne propia esta frase. Es que tras 24 años de mando, el oficialismo mordió el polvo de la derrota el domingo pasado. Una derrota anunciada pero que igual dolió..
Los números marcaron un 30.60 % para la fórmula del oficialismo integrada por Christian Gribaudo-Juan Crespi contra el 52.84 % obtenido por la lista conformada por Jorge Ameal-Mario Pergolini. ¿Tan mal hizo las cosas el oficialismo estos últimos años para ser víctima de una derrota tan categórica?.
Hay un nombre propio que por estas horas debe ser mala palabra para los hombres de “La Mitad + Vos”: se trata de Juan Román Riquelme. El Diez fue determinante para inclinar la balanza y en cierta manera para que se diese un caudal de votantes récord el domingo.
Pero no puede atribuirse la derrota del domingo de Angelicci y compañía únicamente en la figura del ídolo Xeneize. Más cuando la gestión del oficialismo exhibió algunos logros que serían la envidia de otros clubes.
Una situación económica fuerte, con superávit de casi 1400 millones de pesos e ingresos por 4 mil millones de pesos, hicieron del Xeneize un club “modelo” en cuanto a la gestión. Ventas por cifras estrafalaria, posicionamiento de “Boca” como una marca, ingresos por sponsoreo, fueron los items que alimentaron esta fortaleza.
Además, bajo el mandato de Angelici, el club de la Ribera inauguró un predio modelo en la localidad de Ezeiza. Y en la semana previa a las elecciones se abrió el Parque Social y Deportivo Boca Juniors y la Casa del Socio.
Pero Boca es un club netamente deportivo y allí radicó uno de los principales déficits de Angelicci. A pesar de los seis títulos a nivel local obtenidos, el presidente cargó con la sombra de River y con una vieja promesa incumplida.
“Que el socio tenga preparado el pasaporte que del resto nos ocupamos nosotros”, manifestó en plena campaña electoral de 2011. Su “invitación” hizo efecto en los votantes que lo eligieron por sobre el entonces presidente Jorge Ameal.
Sin embargo, Angelici no pudo cumplir con su palabra y vio cómo en dos ocasiones Boca dejó pasar la ocasión de ser el mejor de América: en 2012 en la final de la Libertadores ante Corinthians y en 2018 contra River.
Justamente el Millonario fue la sombra que sepultó las intenciones de continuidad. Así como sus antecesores disfrutaron de vencer al clásico rival, Angelicci lo sufrió. Fue el único “sobreviviente” de las cinco eliminaciones directas contra River: tres por las Libertadores 2015 (octavos), 2018 (final) y 2019 (semifinal), la semis de la Sudamericana 2014 y la definición de la Supercopa Argentina 2017.
Demasiado “sufrimiento” para un hincha de Boca acostumbrado a gozar ante los de Núñez y que en la década pasada disfrutó en cuatro ocasiones de ser el mejor del continente.
Y para terminar con el sueño de perpetuidad del oficialismo, apareció en escena Juan Román Riquelme. La jugada del Diez de apoyar a Jorge Ameal fue crucial para el triunfo de esté. El ídolo Xeneize pudo tomarse “revancha” así de Angelicci que, según sus palabras, lo obligó a retirarse en Argentinos.
Riquelme, que en su momento se le plantó a Mauricio Macri con el recordado Topo Giggio, otra vez enfrentó al oficialismo y como aquella vez, logró el respaldo contundente de los socios.
Con la deuda de la ampliación de la Bombonera (el Xeneize triplicó la masa societaria ayudado por la política de socios adherentes), el oficialismo que llegó en 1995 a Boca pone punto final a su etapa. Así como en la política nacional, Macri y compañía también tuvieron su “Cambiemos” en el club de sus amores.
Imagen destacada: Diario Popular