River le ganó 3 a 0 a Argentinos Juniors gracias a los goles de Bruno Zuculini, Julián Álvarez y Braian Romero. Le sacó nueve puntos de ventaja a Talleres y se afianza cada vez más como puntero del torneo.
A River le salieron todas, en todas las líneas. Supo llevar adelante un partido que desde el vamos se le suponía complicado, ya que el rival era el mismo que le venía presentando serios inconvenientes en los últimos enfrentamientos. Pero esta vez fue diferente, el funcionamiento fue óptimo en todas las líneas, mantuvo la posesión constantemente en todo el primer tiempo y supo cuando utilizar cada recurso. Tuvo la inteligencia de saber cuándo jugar al vacío para el desmarque de Julián Álvarez, cuándo jugar asociado y cuando probar de larga distancia ante el bloqueo defensivo de Argentinos.
Supo aprovechar el regreso de Paulo Díaz y la reinvención de Robert Rojas como un eficaz lateral derecho. Supo aprovechar a Bruno Zuculini supliendo nada más ni nada menos que a Enzo Pérez, motor y termómetro del equipo. Supo encontrar en Agustín Palavecino un conductor criterios y supo aprovechar a la estrella del momento, Julián Álvarez.
Argentinos no pudo. No pudo terminar de plasmar su intención, que ya le había dado buenos resultados en el Monumental, como la noche que Florentín ganó los tres puntos con un golazo sobre la hora. No pudo crear una solidez defensiva capaz de neutralizar los avances del rival, no supo crear un circuito futbolístico propicio para inquietar al rival ni supo aprovechar la presencia de Gabriel Ávalos en el ataque, por lo que la suma de todos esos factores dio como resultado un primer tiempo demasiado tranquilo para Franco Armani. Y sobre todo no supo reaccionar rápidamente cuando a los 27 minutos Bruno Zuculini sacó un fierrazo de larga distancia que primero dio en el travesaño y luego entró al arco para poner el 1 a 0.
En el segundo tiempo el Bicho de La Paternal salió con otro ímpetu y eso se vio reflejado rápidamente cuando Nicolás Reniero puso el empate, pero la jugada fue invalidada por una infracción previa. Y luego de eso llegaron los golpes de KO. Dos jugadas calcadas, primero a los 57 minutos una muy buena habilitación de Palavecino, la corrida de Braian Romero y la asistencia para que Julián Álvarez solo la tenga que empujar al arco para el 2 a 0. Y tan solo dos minutos después Palavecino volvió a meter el pase en profundidad, Julián Álvarez encaró y ante la salida de Federico Lanzillota cedió para que Braian Romero empuje la bocha y ponga el 3 a 0.
Todavía con media hora de juego por delante River se dio el lujo de bajar la persiana, de entregar el balón y dejar que el rival haga el desgaste. También se dio el lujo de dosificar energía y darle descanso a varios que necesitan una chance para mostrarse y sumar confianza, como los casos de José Paradela, Leonardo Ponzio, Federico Girotti y Jorge Carrascal, quiénes entraron en los lugares de Agustín Palavecino, Bruno Zuculini, Santiago Simón y Julián Álvarez. Argentinos no encontraba reacción, ya se había resignado y solo buscaba que el marcador no sea más abultado. Recién encontró un revulsivo cuando Gabriel Milito hizo ingresar a Mateo Coronel, quien le aportó frescura, aunque no encontró compañía para resquebrajar una defensa sólida como la que conformaron Paulo Díaz y David Martínez.
River cosechó su octavo triunfo al hilo, aprovechó el traspié de Talleres y le sacó nueve puntos de ventaja.
