RUSIA 2018
Néstor Pitana fue el responsable de impartir justicia en el primero y último duelos del Mundial; el réferi oriundo de Misiones tuvo cinco actuaciones sin grietas ni polémicas, dejando al arbitraje argentino, siempre tan criticado, con estándares muy altos. El colegiado mostró un total de 15 amarillas y no expulsó a ningún futbolista.

Habiendo iniciado su participación en Rusia 2018 ni más ni menos que en el partido inaugural, Néstor Pitana logró sostener actuaciones sólidas a lo largo de los cinco partidos que dirigió y no fueron encuentros sencillos o en los que no había nada en juego: como se menciona anteriormente, fue el encargado de arbitrar el primer cotejo entre Rusia y Arabia Saudita. Los locales golearon 5 a 0 y el árbitro se manejo correctamente.
Su segundo duelo correspondía al Grupo F y en la fecha tres de la primera fase, México se jugaba, frente a Suecia, la clasificación a la siguiente etapa. Finalmente los aztecas estuvieron más pendientes de lo que pudiera suceder con Alemania ante Corea del Sur y cayeron 3 a 0 ante los suecos. De todas formas los latinoamericanos lograron pasar ya que los coreanos consiguieron lo que parecía imposible y dejaron afuera al campeón defensor ganándole 2 a 0. El trabajo de Pitana y sus dos asistentes, Hernán Maidana y Juan Pablo Belatti, se mantuvo eficaz y no influenció el resultado.
La tercera ocasión dirigida por el misionero fue en octavos de final: Croacia y Dinamarca se sacaron chispas y tras el 1 a 1 en tiempos regular y extra, definieron la clasificación a cuartos desde el punto del penal, imponiéndose los croatas. Nuevamente Pitana se mostró seguro y sólido, sin fisuras.
Ya en la instancia de cuartos de final, el réferi argentino estuvo a cargo de lo que sucedió entre Francia y Uruguay. Volviendo a tener una actuación correcta, Pitana manejó las acciones con personalidad y no se dejó avasallar por las presiones que podían imponerse en un duelo de semejante trascendencia y entre dos equipos campeones del mundo. Los galos superaron a la garra charrúa y continuaron su camino.

El siguiente y último cotejo fue nada menos que la mismísima final. Néstor Pitana, habiendo dirigido a las dos escuadras finalistas, se mostró contundente y seguro desde el arranque, buscando solvencia desde la actitud y lo consiguió. Y aunque el encuentro no tuvo grandes polémicas, más allá de la falta sobre Antoine Griezmann que es discutible y de cuyo cobro proviene el primer gol francés, sí generó una jugada que a través del VAR, provocó un quiebre: una mano de Ivan Perišić a los 35 minutos de la etapa inicial que fue detectada por los encargados del VAR (con Mauro Vigliano como uno de ellos), le brindaron a Griezmann la chance de poner a su equipo en ventaja desde los doce pasos.
Fuera de esta situación en particular, donde Pitana tomó la decisión correcta al sancionar el penal, el resto del partido fue llevado con tranquilidad y eficacia. Francia supo golpear a tiempo y se quedó con el título mundial, el segundo de su historia tras la consagración como local en 1998.
Y qué paradójico puede resultar todo, más aún en el fútbol: el referato argentino siempre en el ojo de la tormenta, criticado, vapuleado, menospreciado y con errores que no pueden ni deben soslayarse, fue a últimas cuentas, lo que más sobresalió de nuestro país en el ya pasado Mundial de Rusia y de todo esto, la cara es Néstor Pitana, el argentino más destacado de la cita mundialista.
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