Takahara llegó a Boca a mediados de 2001 en un intento por globalizar la marca. Los resultados no fueron los esperados y Taka regresó a Japón para romperla y salir campeón. Hoy es presidente, técnico y jugador en su propio club de fútbol.
Acaso una de las incorporaciones más bizarras e inesperadas del plantel de Boca Jrs, Naohiro Takahara llegó a mediados de 2001. El club, luego de haber obtenido la Copa Libertadores, apuntaba sus refuerzos en miras de la Copa Intercontinental frente al Bayern Munich a finales de ese año.
En aquel momento, su presidente, Mauricio Macri, aspiraba a globalizar la marca Boca. Todo indica que la incorporación del japonés fue una herramienta de marketing más que una necesidad real de armado de equipo. Sin embargo, el técnico entonces, Carlos Bianchi, afirmó que fue su decisión, tras el consejo de su par francés Philippe Troussier, por aquellos días técnico de la Selección japonesa de fútbol.
Los números de Taka eran buenos, con sólo 22 años (04/06/1979) ya había participado en el Mundial Sub 17 de Ecuador, dos torneos ganados en la Liga de Japón, subcampeón en el Mundial Sub 20 de Nigeria en 1999 y campeón de la Copa de Naciones Asia 2000. Además de haber cosechado 24 goles en 65 partidos en el Júbilo Iwata.
Los partidos en Boca:
Hizo su debut el 19 de agosto de 2001, en la primera fecha del Apertura, de local frente a Belgrano de Córdoba. Faltando 15 minutos, Bianchi sacó al Pelado Pérez y puso a Takahara. El partido iba empatado 1-1. No sólo no tocó una pelota sino que el partido terminó con victoria del Pirata por 3-1.
El segundo partido marcó a fuego su destino, no sólo con la prensa sino con el Virrey.
También en la Bombonera, frente a Colón, el partido iba 0-0, inquebrantable. Se despejó el área y le quedó una pelota dominada cerca del arco, Taka apuntó, pero su pie levantó un pan de pasto antes de impactar en el balón. Los titulares fueron lapidarios, “Van Pasten” lo apodaron.
Pasaban las fechas y sus chances de ser titular y marcar goles se disipaban. Hasta que llegó su sexto partido, frente a Lanús. Marcó el 6to gol del lastimoso 6-1, fue el primer jugador japonés en la Liga local. El partido no fue muy recordado, sí lo que pasó luego en conferencia de prensa: Bianchi lo deja plantado a Macri.
En medio del torneo local, fue convocado por su Selección y a su regreso jugó poco. Sus compañeros tampoco hacían mucho por incluirlo en las jugadas, el técnico lo marginó del plantel que viajó a Japón a disputar la Intercontinental y de a poco, la gran promesa nipona fue armando sus valijas.
Vida después de Boca:
En el verano del 2002 regresó al Júbilo Iwata, donde convirtió 26 goles en 27 partidos, resultó campeón, goleador y figura.
Por una lesión quedó relegado de la Copa del Mundo en Corea Japón en 2002.
En 2003 el Hamburgo lo fichó, jugó 3 años, convirtiendo 13 goles en 97 encuentros.
En 2006 fue convocado por su Selección para la Copa del Mundo en Alemania y se incorporó al Eintracht Frankfurt, donde anotó 11 tantos en 30 partidos.
Club propio y responsabilidad social:
En el año 2013, Takahara regresó a su país natal para fundar el Okinawa SV, club de fútbol que actualmente milita en la tercera división japonesa. Se desempeña como presidente, técnico y jugador.
Que se haya instalado en la isla de Okinawa no es casual. Es una zona de carencias económicas que no logra recuperarse de la Ssegunda Guerra Mundial, comenzar su proyecto en ese lugar es una manera de retribuirle, según sus palabras, a la sociedad a través del deporte que tantas alegrías le dio. Entregarles sueños e ilusión a los más chicos.
Los colores del Okinawa SV son el azul y el amarillo, no es casual, Taka es fanático de Boca, y a pesar del mal trato por parte de la prensa y los jugadores, recuerda con mucho cariño a la hinchada, que gracias a su exótico carisma, se ganó apenas se calzó la 30 para jugar en estos lares.
Informe por: Soledad Blanco