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El nacimiento de la mejor generación de su historia

Los “Blanquirrojos” tuvieron un exitoso segundo capítulo mundialista, que incluyó un merecido bronce. Hasta se dieron el gusto de ganarles a la Argentina, Italia y Brasil.

Pasaron 36 años del debut en una Copa del Mundo para Polonia, con aquel póker de Willimowski pese a la caída ante el “Scratch”, y Alemania 1974 era el nuevo escenario para otra aventura.

Casualmente la semilla se plantó en suelo germano, 2 años antes. Es que el torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de Münich 1972 mostró una interesante camada de jugadores polacos, entre ellos Kazimierz Deyna, Robert Gadocha y Grzegorz Lato.

El equipo dirigido por Kazimierz Gorski arrancó con 2 goleadas: 5-1 sobre Colombia (Gadocha por 2 y Deyna por 3) y 4-0 ante Ghana (doblete de Gadocha, Lubanski y Deyna). El cierre también fue victorioso ya que se impuso 2-1 a Alemania Oriental (Gorgon por duplicado) y accedió a la segunda ronda con puntaje ideal.

Igualó en 1 con Dinamarca (gol de Deyna) y comenzó a sellar el pase a la final olímpica con 2 éxitos: 2-1 sobre Unión Soviética (Deyna de penal y Szoltysik) y 5-0 frente a Marruecos (2 de Deyna, Kmiecik, Lubanski y Gadocha).

El match por la presea dorada fue ante Hungría y los polacos se calzaron la corona de olivo, al vencer 2-1 con un doblete de Deyna, sin dudas el mejor valor que mostró a lo largo del torneo.

La Generación Dorada de Polonia se gestó durante los Juegos Olímpicos de Münich 1972. (Foto: FIFA.com)

Con el espíritu deportivo en mano, Polonia encaró las eliminatorias para la Copa del Mundo 1974 y la misión sería trascender nuevamente en el concierto del fútbol mundial.

Nada sería sencillo, porque el azar mandó a las “Águilas” a decidir su suerte en Gran Bretaña. Inglaterra y Gales serían sus rivales en el Grupo 5 de la fase de clasificación.

Y el debut no iba a ser el mejor, ya que los “Dragones” se impusieron 2-0 en Cardiff  y Polonia no podía tener margen de error en los siguientes compromisos a celebrarse en la ciudad de Chorzow.

Los “Blanquirrojos” siguieron en carrera con 2 convincentes actuaciones: victoria 2-0 sobre una Inglaterra muy lejana a la campeona del mundo en 1966 (tantos de Gadocha y Lubanski) y devolución de gentileza para con Gales con un inobjetable 3-0 (cortesía de Gadocha, Lato y Domarski).

El último peldaño de la escalera hacia Alemania sería en la Catedral del Fútbol. Un empate le alcanzaba a Polonia para ser Mundial. Y el 1-1 gracias a un gol de Domarski significó la satisfacción del deber cumplido, de salir indemne de un territorio complicado y sellar el boleto mundialista por segunda vez en su historia.

Los polacos fueron a parar a una zona con 3 candidatos para 2 lugares y un convidado de piedra que hacía su estreno en una Copa del Mundo. Integrarían el Grupo 4 junto a la Argentina, Italia y el debutante Haití.

El Neckarstadion de Stuttgart fue el estadio del encuentro entre Polonia y la “Albiceleste”. Los europeos sacaron una rápida ventaja de 2 goles, en apenas 8 minutos, gracias a Lato y Szarmach. Argentina achicó la brecha a la hora de partido por intermedio de Ramón Heredia pero nuevamente Lato aumentó la distancia 2 minutos más tarde. Carlos Babington maquilló la derrota a los 66´ y el 3-2 en favor de los polacos no se modificó.

La segunda cita sería en el Olympiastadion de Münich, donde florecían los buenos recuerdos, y las “Águilas” definitivamente levantaron vuelo hacia la segunda ronda, con un lapidario 7-0 sobre el inexperto equipo haitiano. Szarmach por triplicado, Lato 2 veces y los restantes gritos de Deyna y Gorgon aseguraron la presencia de Polonia entre los 8 mejores del torneo.

De yapa, los polacos se mostraron solidarios con la Argentina, ya que su victoria 2-1 sobre Italia (anotaciones de Szarmach y Deyna) dejó afuera a los “Azzurri” y le abrió la puerta de la clasificación al seleccionado sudamericano.

El formato del torneo agrupó a 8 seleccionados en 2 zonas de 4 equipos y los vencedores de cada grupo disputarían la final. Polonia se las tuvo que ver con Suecia, Yugoslavia y la anfitriona Alemania Federal.

Primero una sufrida victoria 1-0 sobre los “Vikingos Amarillos” (gol de Lato), donde el arquero Jan Tomaszewski le detuvo 2 veces un penal al sueco Tapper: atajó el primero y el árbitro ordenó que se ejecutase nuevamente por adelantamiento del golero polaco, quien volvió a adivinar en la segunda intención y mantuvo su arco en cero.

Luego vino un arduo triunfo 2-1 ante Yugoslavia (Deyna de penal y Lato homenajeó la esencia dorada con un gol olímpico), que le permitió a los polacos llegar mano a mano ante los locales en la última jornada. El problema es que a los germanos les bastaba con un empate para jugar el partido decisivo, ya que tenían una mejor diferencia de gol (+4 contra +2).

Llovió tanto en el Waldstadion de Frankfurt, que pareció que la Cascada de la Selva Negra hubiese nacido en el campo de juego propiamente dicho. Es que el encuentro se demoró un rato hasta que intentaron secar el césped, pero así y todo se transformó en un verdadero ballet acuático.

Alemania tuvo una gran chance para abrir el marcador a los 18 del complemento, cuando a Holzenbein lo derribaron dentro del área y el árbitro austriaco Erich Linemayr señaló la pena máxima. Uli Hoeness fue el encargado de la ejecución y no en vano a Tomaszewski se lo conoció como “El Tigre bajo los 3 palos”, ya que envió la pelota al tiro de esquina con una gran atajada.

Pero antes que la angustia se apoderase de los simpatizantes locales, el alivio llegó a 14 minutos del epílogo. Gran pase del “Kaiser” Franz Beckenbauer en dirección a Gerd Müller y el goleador demostró que pese al clima no se le había mojado la pólvora: cruzó su disparo de derecha para demostrar que Tomaszewski no era imbatible y Alemania sacó pasaje a la final con el triunfo 1-0.

A los campeones olímpicos les quedó el consuelo del bronce y no desmerecieron para nada la oportunidad. Enfrente estaba un devaluado Brasil, ya sin Pelé y con el fin de ciclo de Rivelino y Jairzinho.

Polonia se colgó la medalla del tercer puesto en el mismo lugar donde había obtenido el oro, esta vez con una victoria por la mínima ante el campeón saliente, por gol de un Grzegorz Lato quien sumó 7 y fue el máximo artillero de la Copa del Mundo.

En la tierra de Günter Grass sonó fuerte “El Tambor de HojaLATO”. (Foto: Gorski Park)

Más allá del fútbol total que propuso la “Naranja Mecánica” de Rinus Michels, a los polacos se los reconoció como uno de los mejores equipos del torneo: compacto, solidario, con una estructura envidiable en lo defensivo y un circuito de ataque letal.

Así comenzó Polonia a hacer ruido y a ganarse el respeto de los demás seleccionados. El punto de partida fue en Alemania, con el pantallazo olímpico y la confirmación mundialista. Una generación dorada que mantuvo el honor durante 14 años. Y que cautivó al público en cualquier lugar donde se presentaba. Porque, a decir verdad, daba gusto verlos jugar.

(Foto Principal: Soccer, football or whatever)

Emiliano Schiavi

Soy Emiliano Schiavi y siempre me interese por el fútbol internacional. Sin cable ni internet me las arreglaba leyendo el "Guerin Sportivo" o cualquier revista extranjera que sólo se conseguía en pocos kioscos del Centro. También me acompañaba algún VHS sobre la historia de los mundiales y nunca me cansaba de verlos. Por eso le preste atención al fútbol de Europa, Africa, Asia y - si estaba aburrido - Oceanía. Descubrí un medio maravilloso como la radio y conocí buena gente (grandes amigos) que me acercaron al Rincón del Fútbol. La radio es una pasión, pero escribir es un deleite. Y todos los dias lo hago en este espacio, donde investigo y me gusta informar y entretener. Mi mayor expectativa para este nuevo proyecto es seguir aprendiendo. Porque a los 45 años también se aprende, créanme. Tengo total libertad para expresarme, leer y ser leído. Porque nadie desafina cuando uno escribe lo que se le canta. Digamos todo ...

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