Los Red Devils demostraron que puede haber vida sin Ibrahimović y sacaron un 2-0 importante en su visita a Burnley que estiró su invicto a 23 encuentros y los depositó a sólo un punto de puestos de Champions. Por su parte, Liverpool se complicó al perder 1-2 como local ante un Crystal Palace que se escapa del descenso.
El United de José Mourinho emprendió una visita de riesgo a Turf Moor, no solamente porque el local Burnley suele hacerse muy fuerte ahí sino también por las bajas del argentino Marcos Rojo y -sobre todo- de Zlatan Ibrahimović, ambos con lesiones serias en los ligamentos de sus rodillas. Pese a eso, el elenco de Manchester mantuvo la compostura y logró manejar el partido en los primeros minutos. Los Clarets buscaron inquietar en el inicio con una pelota parada que terminó siendo rematada lejos por Robbie Brady, pero luego sufrieron con un visitante que les dejó manejar el balón para intentar salir de contragolpe. Anthony Martial llevó peligro arrancando en la izquierda y a los doce minutos filtró la pelota para la llegada de Ander Herrera, quien irrumpió en el área y sirvió a Wayne Rooney -hoy titular y capitán-, pero el disparo del ’10’ fue contenido por Tom Heaton. Más tarde, Rooney volvió a avisar culminando con un centro-arco que casi se le mete al arquero una réplica conducida por Jesse Lingard. Finalmente, a los veinte minutos llegó la apertura de los Red Devils a través de un contraataque perfectamente ejecutado: Martial robó una pelota en campo propio y condujo hasta encontrar abierto a Herrera, quien le devolvió la pelota en el momento justo al francés para que éste ponga el 1-0 superando a Heaton por un costado.
A pesar de la ventaja, la postura contragolpeadora de los de Mourinho empezó a traerles alguna complicación debido al crecimiento en el juego de un Burnley que empezó a merodear el empate. Brady logró escaparse un par de veces por su costado y sacó dos peligrosos centros que ni Ashley Barnes, primero, ni Ben Mee luego pudieron transformar en gol. A pesar de haber sufrido durante ese lapso, el United logró un tranquilizador segundo gol a siete minutos del descanso. Paul Pogba clarificó una maniobra que se había ensuciado con un gran pase para Martial, que falló su mano a mano con Heaton pero su definición fue corregida por Rooney, quien llegó a la jugada antes que su marcador para poner el 2-0 pese al intento de despeje de Stephen Ward ya desde adentro del arco. Los Clarets intentaron llegar al descuento antes del entretiempo, pero André Gray desperdició su mejor ocasión al girar en el área y desviar por poco su tiro. Tras esa chance, todo iba a ser cuesta arriba en la segunda parte para el dueño de casa.
El segundo tiempo tuvo un ritmo inferior debido a que así lo quiso el United, que estaba muy cómodo con la ventaja y logró contener sin mayores sobresaltos a un local que iba con cada vez menos ideas. Pogba y su pegada generaron lo más interesante de toda esa segunda etapa, obligando a Heaton a desviar a córner un violento disparo desde lejos. El resto del duelo fue un trámite de lo más cómodo para los de Mourinho, que si bien solamente contaron con una oportunidad al contraataque, rematada afuera por Lingard, la realidad es que lograron mantenerse muy sólidos atrás, limitando a Burnley a tirar centros e intentar cargar la pelota en un área visitante que se mantuvo ilesa hasta el final del juego. Nueva victoria para los de Manchester, que no pierden hace 23 encuentros y lograron estacionarse a un sólo punto del cuarto lugar, ocupado por su rival de ciudad al que enfrentarán este jueves -ambos deben dos encuentros-, mientras que también amenazan a Liverpool, que cuenta con dos partidos más. La lucha por la Champions está más que viva para los de Mourinho.
Los Reds tropezaron y la Champions corre riesgo
En Anfield, el Liverpool de Jürgen Klopp buscaba un triunfo que lo ayude a seguir establecido en puestos de Champions teniendo en cuenta que sus rivales pueden alcanzarlo al completar sus partidos pendientes. Sin embargo, un Crystal Palace que busca dejar atrás el descenso y que se había llevado la victoria en sus dos últimas visitas a la casa de los Reds volvió a complicarles la existencia. Tras un inicio espeso del local, con problemas de movilidad de tres cuartos en adelante que influyeron en su incapacidad de generar jugadas de ataque, los Eagles mostraron los dientes mediante una simple jugada surgida en un lateral. Christian Benteke -ex Liverpool- recibió de espaldas, se llevó la pelota ante dos rivales y armó un remate que salió apenas desviado. Pese a sus problemas, los de Merseyside encontraron la apertura del marcador gracias a un momento de inspiración de su jugador más determinante. Philippe Coutinho se hizo cargo de un tiro libre de más de veinticinco metros y puso el balón fuera del alcance de Wayne Hennessey mediante un tiro muy preciso, dándole a los Reds una ventaja que no parecían cerca de encontrar. Con ese tanto, Liverpool logró inquietar más a la visita y estuvo a punto de llegar al segundo a través de un desborde de Georginio Wijnaldum que encontró a un Emre Can cuyo disparo fue muy defectuoso. Esa oportunidad desperdiciada le terminó costando al dueño de casa, puesto que a tres minutos del descanso el Palace alcanzó el empate. Yohan Cabaye se desprendió de la zona media para recibir un balón al espacio, sacó un centro al segundo palo y Benteke apareció para empatar.
En el inicio de la segunda parte se vio lo mejor del conjunto de Klopp, que se instaló en campo rival con decisión y generó algunas oportunidades de la mano de Coutinho. El brasileño armó una buena acción personal tras recibir de James Milner en la puerta del área, pero su disparo con destino de gol fue bloqueado justo a tiempo por James Tomkins. Más tarde, una llegada al fondo de Nathaniel Clyne encontró un cabezazo del ex Inter que fue controlado por Hennessey después de desviarse en el camino. En eso se quedó lo de Liverpool en el partido, porque su juego empezó a estancarse y las ideas a escasear, mientras que un conforme Crystal Palace defendió en su campo a la espera de algún contragolpe. Tan sólo un disparo desviado de Roberto Firmino fue lo mejor que se vio de los Reds en los últimos veinticinco minutos. Y para peor, la chance que tanto esperó el visitante llegó a quince minutos del final mediante la pelota parada. Luego de desnudar alguna falencia de su rival en ese aspecto minutos antes, Cabaye ejecutó un córner que fue desviado en el primer palo y conectado nuevamente por Benteke en el centro del área para el 2-1. El reloj empezó a ser enemigo de Liverpool, que poco pudo hacer por revertir la historia y se quedó en intentos truncos ante unos Eagles que se dedicaron a alejar al rival de su arco para terminar quedándose con un valiosísimo triunfo que los aleja aún más de la zona comprometida. Los de Klopp desperdiciaron la chance de sacar ventaja y ahora su puesto directo en Champions está comprometido porque tanto el Manchester City como el United y el Arsenal tienen partidos por completar en los que pueden alcanzarlos.
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