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#PartidosHistóricos: Arsenal y su ascenso a Primera en 2002

En una tarde gris, fría y amenazante de más lluvia (había caído un fuerte aguacero por la mañana), el Viaducto igualaba 1-1 con Gimnasia de Concepción del Uruguay y obtenía el segundo cupo a la élite del fútbol argentino al consagrarse vencedor del Torneo Reducido de la B Nacional. Partido vibrante si lo fue, pues, se derrumbó una viga del sector plateas y cedió el alambrado de la popular a pocos minutos del final: hinchas terminaron de ver el encuentro detrás de los carteles de publicidad. Más abajo, un video resumen imperdible.

18 de mayo de 2002. Una fecha imborrable tanto para el club, que en ese entonces tenía 45 años recién cumplidos, como para todo un barrio ilusionado por semejante campaña que había cumplido el equipo dirigido por Jorge Burruchaga en toda la temporada 2001/2002, habiendo quedado primero en la tabla general con 64 puntos sobre 38 partidos jugados.

En el Torneo Clausura desarrollado en el segundo semestre, Arsenal disputó 14 encuentros, ganó 10, empató 1 y perdió 3. Clasificó primero en la Zona A y debió enfrentar a Godoy Cruz (primero de la Zona C) por los cuartos de final del Reducido. Con el Tomba la pasó mal en Mendoza (derrota 2-1), pero en Sarandí se recuperó con un contundente 4-1 a favor. Siguió El Porvenir, su clásico rival; ambos cotejos se jugaron en Lanús por cuestiones de seguridad y el Arse comenzó a sacar chapa de campeón con dos victorias (1-0 y 2-0) sobre los de Gerli. Y en la final, llegó Gimnasia de Concepción del Uruguay (CdU), primero de la Zona B, que venía de despachar a Instituto y Atlético de Rafaela, y su seguidor en la general, también con 64 unidades.

Entonces, se veían las caras los mejores, los más regulares. Pero sólo uno de ellos iba a tener la chance de subir directamente (el otro, clasificaba a la Promoción), y en este caso fue el celeste y rojo, que en el partido de ida, jugado el 11 de mayo en Entre Ríos, sacó ventaja de dos goles contra uno. Panorama más que favorable para la vuelta, que iba a ser en el “Viejo Viaducto”, el antecesor del “Julio Humberto Grondona” (inaugurado en 2004), con estructura a la antigua, de tablones de madera y con una tribuna lateral de material recientemente inaugurada que funcionaba para albergar a los visitantes, que en aquella ocasión se ubicarían detrás del arco que da a la calle Morse sobre una pequeña estructura de madera construida en tiempo récord especialmente para esa cita.

La tarde iba a comenzar accidentada. Alrededor de las dos, debido a la gran cantidad de público presente, de hecho, nunca se había congregado tal multitud en la cancha del Arse, se produjo la rotura de una de las partes de las plateas y de las cabinas de transmisión, lo que devino en una corrida del público y de periodistas presentes y el estallido vidrios. Hubo heridos, pero no de gravedad. Para colmo, las fuertes lluvias de más temprano vulneraron las condiciones del campo de juego y el árbitro Héctor Baldassi dudaba de ponerlo en marcha tanto por esto como por lo anterior. El juez de la Paz de Avellaneda (Julio Battafarano) le habría reclamado la suspensión del partido. Julio Ricardo Grondona, presidente del Arse, instó a que el partido debía jugarse, mientras que desde la visita pedían garantías de seguridad para con su público, aunque tildaron de lamentable la decisión del referí de dar inicio al juego, tras el aval de “Julito” y el presidente de la AFA y su padre, Julio Humberto Grondona.

Con un retraso de alrededor de 40 minutos por lo anterior, el partido tuvo un puntapié inicial electrizante, con el Arse llegando bien claro con Gustavo “Coco” Grondona, quien asistió al goleador Facundo Gareca que cabeceó apenas alto del arco defendido por Catriel Orcellet. En la réplica, el Lobo entrerriano aprovechó una errónea salida de Oscar Limia y fue Luciano Leguizamón, de 20 años, el que le ganó la posición y habilitó a Diego Ceballos, aunque el delantero se demoró y terminó perdiendo la pelota con Darío Espínola.

La emotividad inicial le dio lugar a un juego más acorde al de una final, donde predominaron las imprecisiones y una marca férrea en el centro. Así y todo, el ingenio de ambos bandos permitió registrar jugadas muy claras, como la que tuvo “Coco” Grondona de chilena adentro del área, desviada magníficamente por Orcellet.

Sin embargo, los de CdU no bajaron los brazos y siempre que encontraron espacios, complicaron. Tal es así que a los 37 de la primera mitad, Pablo Cantero armó una jugada brillante por la izquierda, se metió al área y cuando se preparaba para meter un buscapié fue derribado por Patricio González. Baldassi no lo dudó y sancionó penal. En aquel entonces no había VAR, pero la jugada fue muy discutida debido a que la pelota y el jugador de Gimnasia se encontraban centímetros afuera de la cancha al momento de la infracción. De la ejecución, al igual que en el primer enfrentamiento donde convirtió, se hizo cargo Leguizamón y no volvió a fallar. A partir de la conversión, el Viaducto no pudo reaccionar y pudo haberse ido al entretiempo con uno o dos goles más de desventaja. No pudieron marcar Ricardo Vendakis y Ceballos. Fue 0-1 y menos mal…

Para el complemento, se dio una agradable curiosidad en el conjunto de Burruchaga. Los once jugadores retornaron al césped de juego con una camiseta distinta a la de las tres franjas rojas finas que lucieron en los primeros 45 minutos. Se trataba de una casaca celeste y rojo con pequeños detalles en blanco. Era el mismo diseño que Arsenal utilizó el 24 de mayo de 1992 cuando ascendió a la segunda división tras vencer en una heroica “batalla” a Alvarado en Mar del Plata (historia infaltable en una próxima edición de #PartidosHistóricos). Cábala al margen, el equipo debía tomar el protagonismo y no regalar espacios en los metros finales para no pasarla mal. De todas formas, Gimnasia demostró ser un digno finalista que no dio tregua hasta el pitazo final.

En la primera aproximación, Grondona se encontró increíblemente solo frente a la portería y buscó colocar la pelota al lado izquierdo, pero Orcellet vovió a negarle el grito sagrado.

Pero el cero en el arco del Lobo se iba a quebrar a los 6 minutos y medio. Rubén Palavecino intentó un centro desde la izquierda que conectó con la cabeza de Grondona, cayendo la pelota al área donde se encontraba Gareca que, marcado por un defensor e incómodo para rematar, vio solo a Javier Morales; el 11 esperó a que la pelota caiga a un suelo muy dañado por las lluvias previas, cerró los ojos y remató fuerte ante la inmunidad de Orcellet, a quien la pelota le pasó por entre las piernas. Estalló el “Viejo Viaducto”, estalló Sarandí. Con este resultado (1-1), Arsenal era más de Primera que nunca.

Gimnasia no se entregó ante la adversidad y buscó desnivelar con Leguizamón y Ceballos, pero Arsenal pudo cerrar los espacios y jugar lejos del arco de Limia. El campo de juego, a esta altura deteriorado, también jugó su partido, haciéndose más pesado para los futbolistas.

A los 38, iba a registrarse una incidencia más en el juego: “Cafú” Espínola bajó a Cantero en mitad de cancha y Baldassi le mostró la segunda amarilla, dejando al Arse con un hombre menos para seguir aguantando la parada.

En las tribunas ya sonaban cánticos como “Y siga, siga, siga el baile…”, “Y ya lo van a ver…”, “Que este año da la vuelta Arsenal de Sarandí”, flameaban las banderas celestes y rojas; un clima festivo y cálido, colorido, hasta la sirena de los Bomberos Voluntarios se hacía escuchar. Al mismo tiempo, bastantes hinchas comenzaron a treparse al alambrado para esperar el pitazo final desde ahí. Pero no aguantó, sino que cedió y a los 42 minutos se vino abajo con varias personas agarradas. Fue un momento de angustia y confusión en Sarandí. Al igual que con el derrumbe de la viga de la platea, hubo heridos y contusos. Pero el show debía continuar, como reza la canción, y tras seis minutos de interrupción y deliberación, Baldassi hizo transcurrir el tiempo debido.

Tras el momento tenso, los últimos minutos se desarrollaron como si nada hubiera ocurrido, con gente subida sobre el alambrado en posición horizontal, gente en los tablones y gente detrás de los carteles de publicidad flameando sus banderas o camisetas, al grito de “Dale campeón”.

Llegó el momento más esperado para todo el barrio, el pitazo final de Baldassi. Sueño hecho realidad. Arsenal pegaba e salto que nunca en su corta historia habría imaginado, para meterse en el fútbol de la Primera División y codearse con los mejores del país. El más chico de Avellaneda era de Primera, y bien merecido lo tenía.

SÍNTESIS DEL PARTIDO:

Torneo Reducido Primera B Nacional 2001/2002 – Jugado el 18 de mayo de 2002 a las 14:45 horas.

Arsenal: Limia; D. Espína, Ruiz, Molina, O. Espínola; P. González, Espmerado, Palavecino; Grondona, Morales; y Gareca.

Suplentes: Coldeira, Aguilar, Segovia, Villalba y Caruso.

DT: Jorge Burruchaga.

Gimnasia (CdU): C. Orcellet; Monge, L. González, Almada; H. Orcellet, R. Vendakis, Sena; Cantero, Colombo; Leguizamón y Ceballos.

Suplentes: Kloster, Fontana, Boujón, Noir y Blanco.

DT: Jorge Vendakis.

Goles: 38′ PT Leguizamón -de penal- (G); 6′ ST Morales (A).

Cambios: 23′ ST Aguilar por Morales (A); 25′ ST Noir por Sena (G); 28′ ST Boujón por Monge (AG); 30′ ST Segovia por González (A); 37′ ST Blanco por H. Orcellet (G); 39′ ST Villalba por Gareca (A).

Amonestados: Esmerado, Villalba y Segovia (A); González, Colombo y Leguizamón (G).

Incidencias: 0′ PT El inicio del juego se retrasó alrededor de 40 minutos por cuestiones de seguridad; 38′ ST D. Espínola fue expulsado por doble amonestación; 42′ ST Partido demorado por 6 minutos por derrumbe de un alambrado.

Árbitro: Héctor Baldassi.

Estadio: El Viaducto (actualmente Julio Humberto Grondona).

Fotos: Carlos Brigo, Norberto Mosteirin, Fabián Lío y Gustavo Fidanza (Diario Popular), Crónica, Télam, Juan Manuel Foglia (Olé).

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