El conjunto de Luiz Felipe Scolari venció anoche 1 – 0 a Palmeiras por el primer duelo de la semifinal de la Copa Libertadores de América. Álex Santana marcó el gol de la victoria a los 22’ de la primera parte. La semana que viene se juega la vuelta y el pase a la gran final.
En el marco de una instancia definitoria de copa y un estadio que era una verdadera caldera, Roberto Tobar (de flojo partido) dio inicio al encuentro y lo que pasaba en las tribunas se trasladó al campo de juego. El partido empezó colmado de adrenalina, de juego brusco, mucha agresividad y también mucho fútbol. En 15’ ya se confirmó que lo que estaba sucediendo era un partidazo.
La primera jugada de peligro llegó para la visita: Dudú encaró por el medio con pelota dominada y gambeteando camisetas rojas que se le cruzaban en su camino, en la medialuna del área abrió de gran manera para el argentino José López, la pelota le quedó para su perfil zurdo y el ex Lanús estaba en un lugar de privilegio para definir con comodidad, pero el remate salió muy desviado.
Una de las grandes notas de la noche en Curitiba la dió Vitor Roque. El delantero de 17 años se bancó perfectamente la presencia de dos monstruos defensivos como lo son Gustavo Gómez y Murilo. No tuvo ningún inconveniente para luchar en el cuerpo a cuerpo frente a ellos y mucho menos para encararlos cuando se presentaba la posibilidad.
A los 22’ minutos el juvenil brasileño fue protagonista principal del primer y único tanto de la jornada. Khelver y Cannobio formaron una pared bárbara por derecha que terminó en centro al área, la pelota fue mal despejada por la defensa del verdao y entonces voló directo hacia el cielo, cuando cayó se encontró con la clase de Vitor Roque que la bajó de manera impresionante, giró y la mandó al medio en donde esperaba Santana, el delantero controló también en el aire y con mucha calidad la mandó al fondo de la red. Una jugada de playa trasladada a los grandes escenarios futbolísticos. Modo Brasil activado.
En este primer tiempo Paranaense se tornaba superior a Palmeiras. Desplegó de gran manera todas sus virtudes y la escuadra de Abel Ferreira se veía y era inferior. Algo que no ocurre seguido. Lo cierto es que en estos primeros 45’ la pasó mal ante la velocidad de los atacantes del conjunto local que además tenía una orden muy clara de retroceder a máxima velocidad cuando perdía la posesión en campo contrario. La velocidad de Rony, Raphael Veiga, Dudú y toda su banda, son una amenaza permanente si les regalan espacios. Pero el Athletico no regaló nada.
Distinto fue lo ocurrido en la segunda mitad de la noche. Palmeiras fue quién tomó la iniciativa del juego. Los dirigidos por Scolari retrocedieron unos metros y los ataques eran cada vez más nulos. Mucho más cuando a los 68’ se fue expulsado Hugo Moura por doble amarilla. Después de esta expulsión el furacao se paró 4 – 4 – 1 y entregó por completo la posesión.
Cuando el verdao estaba teniendo el control total llegó la lesión de su mejor jugador: Raphael Veiga sufrió una dura falta en su tobillo derecho y tuvo que ser reemplazado. No era un cambio más, Veiga es una de las banderas de este equipo y su ausencia se notó. Al bicampeón de América le costó encontrar los caminos para el empate, aunque llenó de centros el área. Unos centros que se encontraban con la defensa de Thiago Heleno o Fernandinho. Ambos jugaron un gran partido a nivel defensivo.
Se fueron los 90’ y dejó heridos por todas partes. Dolores producto de un partido muy friccionado, muy luchado, se jugó con muchísimo fervor y el balance dio positivo para Paranaense, no sólo por el resultado sino porque lo justificó dentro de la cancha. Supo atacar cuando había que hacerlo, y supo defender cuando también había que hacerlo. La definición será la próxima semana en el Allianz Parque de San Pablo.
Foto: Goal.com
Por Juan Bovone