Los “Culés” se cargaron a sus archienemigos en su propia casa con un Messi magnánimo: la “Pulga” llegó a 500 gritos y La Liga se pone al rojo vivo.
Barcelona se quedó con un agónico triunfo 3-2 sobre Real Madrid en el Santiago Bernabeu y alcanzó al conjunto “merengue” en la cima de las posiciones (claro que los capitalino aún deben su compromiso ante Celta, en Balaídos). Una nueva muestra de carácter del equipo que disputa sus últimas batallas al mando de Luis Enrique, con un as de espadas letal y legendario.
Al minuto de juego los locales quisieron imponer condiciones y Cristiano Ronaldo sufrió una tardía entrada de Samuel Umtiti en el área catalana. Era claro penal que el colegiado Alejandro Hernández no sancionó.
Los blaugranas respondieron a los 10´, con un remate de Luis Suárez que salió apenas ancho sobre el vertical derecho del arco defendido por Keylor Navas. Nueve minutos más tarde CR7 probó los reflejos de Ter Stegen, quien estuvo atento para controlar su disparo. Más tarde, Marcelo levantó demasiado uno de sus brazos y le dio un codazo – desde aquí juzgamos que sin intención – a Lionel Messi, quien quedó tendido en el suelo con su boca ensangrentada.
A los 28´ el Madrid gritó el primero por una pelota parada: una pelota que le cayó a Marcelo sobre la izquierda y el centro cruzado para la entrada de Sergio Ramos, quien partió habilitado ante una falta de sincronización de la defensa blaugrana para salir. Ayudó la duda de Ter Stegen, quien quedó a mitad de camino. SR4 remató y la pelota dio en el poste izquierdo, pero atento – y muy solo – estaba Casemiro para empujarla a la red.
Messi aún contaba si tenía toda su pieza dentales y decidió canalizar su bronca con una muestra de talento. A lo 32´ se mandó un perfecto slalom de la derecha al centro e ingresó en el área a pura gambeta para batir a Keylor Navas y estampar el 1-1 parcial. Fin de la sequía de 6 clásicos sin anotar.
Luka Modric volvió a exigir a Ter Stegen y otra vez “Lio” estuvo cerca, pero su zurdazo salió apenas desviado por el primer palo.
La compensación del penal no cobrado al inicio del partido llegó por la permisividad del colegiado ante cada falta de Casemiro, quien debió ser expulsado cuando ya tenía amarilla (esto ya se vio entre semana ante Bayern y en el mismo escenario).
Los segundos 45 minutos tuvieron más vértigo y emoción que los primeros. A los 47´ fue Toni Kroos quien probó de lejos, otra vez la seguridad del arquero alemán salvó a Barcelona. Karim Benzema tuvo el segundo, pero Ter Stegen se vistió de guardavallas de handball y desvió la pelota con su pie.
Del otro lado, primero Paco Alcácer y luego Gerard Piqué hicieron revolcar a Navas, quien estuvo más que atento para evitar la ventaja del visitante.
Cristiano naufragaba por la cancha y pudo convertirse en héroe cuando Asensio lo dejó solo frente a Ter Stegen, pero su remate se fue inexplicablemente por encima del larguero.
Golpe por golpe, ida y vuelta con un ritmo vertiginoso. Era injusto que no llegasen más goles, porque ambos jugaron con determinación y mucho temple.
A los 72´ Ivan Rakitic recibió el balón en posición de número 8 y se acercó a la puerta del área. Con un regate dejó desairado a un defensor y cambió la pelota para su pierna izquierda: sacó un disparo que viajó al palo derecho de Navas, quien lo hizo más espectacular con su vuelo. Raquetazo del croata, que con el 4 en la espalda me hizo acordar al “Negro” Hugo Benjamín Ibarra en el 3-0 en la Bombonera, donde nació el famoso Topo Gigio de Juan Román Riquelme.
Pasaron 4 minutos y el panorama se oscureció para los locales, ya que Sergio Ramos fue con demasiada vehemencia ante Messi y se ganó la roja directa.
Pudo liquidarlo Piqué a los 79´ cuando quedó solo ante Navas y 2 minutos después lo tuvo la “Pulga”, pero el portero tico le dio una vida más al Madrid, que supo aprovechar con creces.
Iban 84 minutos cuando Marcelo – el que siempre genera peligro por la izquierda – envió un centro al primer palo. Se anticipó James Rodríguez, quien casi le arranca la cabeza a Ter Stegen con su zurdazo. Empate en la Casablanca y el campeonato quedaba a pedir de los “Merengues”.
Incluso Asensio pudo meter el 3-2, pero su latigazo de zurda al primer caño del arco blaugrana encontró otra magnífica respuesta del guardavallas teutón.
Se habían marcado 4 minutos de adición e iban 2, hasta que un tal Messi decidió escribir una nueva (y van) página gloriosa dentro de su brillante carrera. Partió con una subida de Sergi Roberto, siguió con un pase de Andre Gomes para la escalda de Jordi Alba por el andarivel izquierdo. El centro rasante de Alba fue una pinturita y por el medio apareció Messi, con un perfecto anticipo ofensivo que sacudió la red del arco “merengue”. Golazo por concepción y definición y 500 tantos para este pequeño GIGANTE del fútbol mundial.
Barcelona lo hizo, sigue con vida en el torneo y le asestó un duro golpe a su acérrimo rival. Ya nos gastamos todas las palabras habidas y por haber para elogiar a Lionel Messi. Simplemente queda agregar que hay que disfrutarlo ahora y que debemos agradecer de ser contemporáneos de un jugador colosal.
Extasiados de fútbol, de gloria, de magia. Si falta algún récord, lo rompe. MESSI … el que nunca deja de creer.
(Foto Principal: FC Barcelona)
