Luego de su gran paso como entrenador de Vélez Sarsfield, Carlos Bianchi demostró, y hasta el día de hoy, en Boca Juniors que fue y será el mejor director técnico del club y de Argentina.
Desde su llegada al “Xeneize” en 1998, Bianchi no solamente es recordado por los títulos obtenidos en su trayectoria. Diferente al resto, el técnico formó una base de jugadores o, mejor dicho, un plantel campeón en todo sentido.
Tal y como nombramos en otra nota sobre el plantel ganador, uno de los pilares para los campeonatos y copas levantadas partía de la base del entrenador.
Desde torneos locales, Copa Libertadores y Copas Intercontinentales, Bianchi se impuso frente a otros entrenadores que actualmente pretendieron igualarse a su altura o compararse con él.

Con dos ciclos en Boca, el “Virrey” será muy recordado en un principio por su primer ciclo que constató entre los años 1998 a 2004, donde consiguió un total de: 4 torneos locales, 3 Copas Libertadores y 2 Copas Intercontinentales. Con 277 partidos dirigidos, ganó 153, empató en 78 y perdió en 46 oportunidades. 501 fueron los goles marcados en este primer ciclo. La confianza que le dio a sus jugadores antes y durante los partidos fue una de las claves de su éxito.
En su último ciclo, que solo duró un año de 2013 a 2014, no tuvo mucho éxito. Los resultados y los jugadores eran distintos. Las épocas y el futbol eran distintos. Solamente consiguió un subcampeonato. 74 partidos dirigidos donde: 26 ganó, 22 empató y fue derrotado en 26 encuentros.

La gran mayoría de la gente solo mira el plantel campeón, pero pocos saben la influencia y mano que hay detrás de eso. Un verdadero entrenador. Es aquel que no trabaja solo, sino que está respaldado por su cuerpo técnico. Las decisiones que tomó el “Virrey” fueron las acertadas y para siempre será el mejor e inigualable.
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