Leandro Benítez anunció su retiro del fútbol profesional para trabajar como coordinador en las Inferiores de Estudiantes junto a Hermes Desio. Desde “El Rincón del Fútbol”, repasamos la carrera del volante zurdo, que se destacó por una pegada prodigiosa que a tantos hinchas del León hizo delirar.
Hace 35 años, nacía en la ciudad de Ensenada Leandro el Chino Benítez. Confeso hincha de Estudiantes, hizo infantiles entre los clubes barriales Petirossi y Estrella de Berisso. A los 11 años, llegó al Pincharrata, donde comenzó un amor con la camiseta albirroja que le iba a dar imborrables alegrías.
Debutó en el Clausura 2001, bajo la conducción técnica de Néstor Oscar Craviotto, pero ante la falta de oportunidades, se fue a préstamo a Quilmes en 2002, y a Olimpo en 2004, para luego sí comenzar a escribir las páginas doradas en su carrera.
En el Apertura 2006 con Diego Simeone sentado en el banco de suplentes, el Chino fue un relevo que participó en seis partidos. Su participación más importante fue en la 15° fecha ante River en el Monumental, donde fue titular reemplazando a Verón y convirtió su único gol del torneo para la victoria 3-1. A pesar de no ingresar en la final recordada ante Boca, el zurdo obtuvo su primer título con la camiseta de sus amores.
Con excelentes campañas posteriores, se le negó el título internacional de la Copa Sudamericana 2008 ante Internacional de Porto Alegre, donde al equipo de Leonardo Astrada se le escapó en el alargue tras el gol de Nilmar que puso el 1 a 1 final. En este certamen, el volante era una pieza clave en la pelota parada y hombre consolidado en el equipo titular.
Ante la llegada de Alejandro Sabella, el berissense por adopción seguía como titular por el sector izquierdo. Experiencia, paciencia, precisión, lectura, y una destaca inteligencia para leer los partidos era lo que aportaba el Chino dentro de la cancha. Y eso “Ale”, como él lo llama, lo sabía. Llegó la tan ansiada Copa Libertadores de América del 2009, con un Benítez en su máximo esplendor, siendo titular en los 14 partidos de aquella competición y convirtiendo un gol ante Defensor Sporting en los cuartos de final.
Para el Mundial de Clubes, le tocó vivir uno de sus momentos más lindos de su carrera, al convertir los dos goles de la semifinal ante el Pohang Steelers, de Corea del Sur. La recordada final ante el Barcelona de Guardiola no deja de ser otro suceso cumbre en la vida deportiva del jugador, que estuvo a dos minutos de ser campeón mundial.
Ya en 2010, con un equipo consolidado y que se conocía a la perfección, llegó la última y tercera vuelta olímpica en la carrera de Benítez, que seguía acumulando galardones para entrar en la historia grande del club. Obtuvo el Torneo Apertura de ese año, siendo titular en 12 de esos 19 encuentros, y demostró una vez más la calidad de su pegada, con asistencias importantes en las últimas jornadas.
En total, fueron 12 años vistiendo la camiseta roja y blanca en cuatro ciclos diferentes. Mientras buscaba club tras su paso por el torneo Federal B, vistiendo la camiseta de Everton de La Plata, confirmó a través de las redes sociales que cuelga los botines para ser coordinador en las juveniles del Pincha. En este humilde reconocimiento, le decimos: “¡Hasta siempre, Chino!”.