Racing venció 3 a 1 a Independiente como visitante y es el líder de la Superliga. Donatti, Licha López y Zaracho marcaron para quedarse con el Clásico. Descontó Verón para el local.
Una vieja invariable del fútbol se hizo presente el sábado a la noche en Avellaneda: “Los clásicos se ganan” y punto. Racing tenía una deuda pendiente: decir presente en un partido vital para las aspiraciones al título del conjunto de Eduardo Coudet. La intensidad y la actitud ante este duro Independiente, que tuvo la mejor actuación del semestre, le dieron a Racing la alegria sublime que necesitaba.
El tempranero gol de Alejandro Donatti, tras un córner enviado por Guillermo Fernández, rompió el partido. Una vez más, la pelota parada fue aliado de la Academia. La ventaja inicial le dio a Racing un tramo de tranquilidad y buen manejo de pelota. Con Marcelo Díaz como eje de todas las salidas, hubo 15 minutos donde el conjunto de Holan no hizo pie en el partido y Racing manejó a gusto el trámite.
Independiente, sin centrodelantero por la mala condición física de Silvio Romero, dispuso a Benítez como hombre más adelantado con Cecilio Domínguez y Gonzalo Verón por bandas. Sin embargo, la clave para suplir al nueve clásico la tuvo Pablo Hernández. El tucumano, junto a Fernando Gaibor, tenía la misión de romper líneas para llegar al área desde atrás y no dar referencias al fondo de Racing. Mediando el primer tiempo, apareció en todo su esplendor Cecilio Domínguez, que tuvo a maltraer toda la noche a Renzo Saravia, para generar muchos desbordes por el costado izquierdo y centrar para hacer figura al arquero Gabriel Arias, de excelente partido. Era un vendaval Independiente, y el conjunto de Coudet comenzó a replegarse peligrosamente sobre su arco. Sin una referencia para marcar, los centrales de Racing sufrían los centros cruzados de Bustos por derecha, y fue en uno de esos avances donde Gaibor conectó un centro de Verón para estampar el 1-1.
El complemento guardaba más emociones. La firmeza y entereza habitual de Alan Franco le jugó una mala pasada en una cobertura que aparentaba fácil ante la presión de Darío Cvitanich. El ex Banfield utilizó su picardía para quitarle la pelota al defensor, y éste le cometió penal al inicio del segundo tiempo. Lisandro Lopez, siempre eficaz, le devolvió la ventaja a Racing, que pegó justo ante los embates de Independiente. No cesó el ataque de los dirigidos por Holan, con Hernández como bandera en la llegada por sorpresa.
Racing sufría en defensa, y se produjo el quiebre del partido: luego del segundo gol, peinó Benítez un envío de Gastón Silva para dejar solo a Cecilio Domínguez, que gambeteó a Donatti y cuando quiso hacer lo propio con el arquero Arias, el uno le quitó la pelota con gran velocidad de piernas y volcó el partido a favor de La Academia. Ya no pesó tanto en banda el paraguayo. El ingreso de Jonathan Menendez le dio algo de aire fresco a Independiente, pero Saravia ganó en firmeza con el correr del tiempo. Faltando 10 minutos, ingresó Silvio Romero y se repitieron los centros frontales en el Rojo, dándole muchas facilidades al fondo de Racing.
Sobre el cierre, llegó el broche de oro: una distracción de Domingo le dejó la contra solo a Lisandro López, que dejó fuera de escena a Campaña, y con una inteligencia total vio solo a Zaracho adentro para definir sin arquero y decretar el 3-1 definitivo por parte del conjunto de Coudet.
La tenencia, la intensidad y el gran ataque de Racing quedó relegado ante la necesidad imperiosa de lograr un triunfo de este calibre. Los pilares del gran triunfo académico fueron el arquero y Lisandro López, el hombre del clásico. Todas las facetas del juego pasan por sus pies, y por su cabeza. Sin dudas, es el jugador más determinante de la Superliga. Cambió el libreto Racing, y le funcionó.
Foto: As.com y Diario Popular.