El portugués volvió a desplegar una enorme actuación, con un doblete que incluyó un bellísimo gol de chilena, para un lapidario 3-0 en Italia del Real Madrid ante la Juventus que prácticamente sella la serie. Dybala -fue expulsado- e Higuaín, titulares, sufrieron la furia de Cristiano y todo el cuadro Merengue.
En Turín y bajo una intensa lluvia se reeditó la final de la anterior Champions League, en forma de llave de cuartos de final. La Juventus de Paulo Dybala y Gonzalo Higuaín se enfrentó al vigente bicampeón, Real Madrid, que volvió a mostrar su capacidad competitiva en el Juventus Stadium. El conjunto Merengue no tardó más que tres minutos en desequilibrar el partido con otro tanto de su as de espadas. Marcelo e Isco Alarcón construyeron una linda jugada por izquierda, el español sacó un centro raso y Cristiano Ronaldo, en lo que sería una tarde de ensueño suya, puso el 1-0 anticipándose a su marcador. El partido no tuvo un dominador claro pese a la ventaja del visitante: la Juve tuvo más la pelota y generó algunas grietas cuando Dybala pudo recibir en zonas sensibles de un Madrid parado más de contra, pero que complicó cada vez que pudo saltear la presión inicial italiana. En este contexto, los bianconeri tuvieron más chances: un remate de Higuaín tapado con suficiencia por Keylor Navas, una trepada de Mattia De Sciglio con un posterior buscapié que Dybala no llegó a conectar y una salvada providencial de Raphaël Varane en una pelota parada luego de que Giorgio Chiellini no pudiera cabecear bien un tiro libre de Dybala. Lo más peligroso de la visita en cuanto a oportunidades fue un tiro lejando de Toni Kroos que dio de lleno en el travesaño, promediando la media hora de juego.
Pese a este primer tiempo parejo y a una segunda mitad que mostró diez minutos de ida y vuelta, Real Madrid terminó de acomodar el duelo en su favor antes de los veinte minutos. Una desinteligencia entre Gianluigi Buffon y Chiellini fue detectada por Ronaldo, quien esperó la llegada desde atrás del ingresado Lucas Vázquez. El zurdazo de éste fue repelido por Buffon, pero en la jugada siguiente el arquero no iba a poder hacer nada: Daniel Carvajal recolectó el rebote y mandó un centro que Cristiano transformó en lo que probablemente será el gol de la Champions, elevándose para ensayar una espectacular chilena que dejó atónito a todo el Juventus Stadium. Para colmo de males en el cuadro turinés, a los veintiún minutos un Dybala que había sido amonestado por simular en la primera mitad fue expulsado por el juez Cuneyt Cakir tras una entrada imprudente sobre Carvajal. Estaba todo dado para otra paliza del cuadro español, y así terminaría siendo.
Los conducidos por Zinedine Zidane aprovecharon ese momento de debilidad bianconeri y terminaron de definir el pleito –y prácticamente la serie-. Como en el primer gol, Isco y Marcelo volvieron a hacer de las suyas por izquierda, pero esta vez fue el lateral quien encaró por el medio, tiró una pared con Cristiano y decretó el 3-0 eludiendo la salida de Buffon. La cosa pudo ser peor, porque en otro fallo de la defensa local y Ronaldo desperdició su hattrick, mientras que luego hizo trabajar a Buffon con un remate raso y le entregó a Mateo Kovačić la chance de un remate franco que se estrelló contra el travesaño. Enorme victoria de un Madrid que vuelve a demostrar la capacidad competitiva de un grupo de jugadores que parece imbatible en estas instancias definitorias. Hoy no dejó dudas ante una Juventus que da la sensación de venir desehilachándose colectivamente y fue reducida a una expresión muy pequeña en su propia casa. Los de Zidane, con la llave casi definida, se vuelven a candidatear para levantar la orejona por tercera vez al hilo.
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