Los Gunners lo dieron vuelta en el Emirates y superaron 2-1 a Chelsea para acceder a la final de Copa de la Liga tras el 0-0 en la ida. Hazard había puesto arriba a los Blues, pero Rüdiger en contra y Xhaka revirtieron el marcador para los de Wenger, que eliminaron al equipo de Conte por tercera vez en ocho meses de una competencia doméstica. En la final espera Manchester City.
La otra semifinal de la Carabao Cup se presentaba muy atractiva, no solamente por el peso propio del duelo Arsenal-Chelsea, sino porque el 0-0 de la ida en Stamford Bridge le añadió mucha incertidumbre a un partido que siempre deja tela para cortar, más con una final en juego. La poca emoción del primer encuentro tuvo su contraste en el inicio de este, en el que los de Antonio Conte se pusieron rápidamente arriba. N’Golo Kanté y Pedro se combinaron por dentro, el español asistió a Eden Hazard y el belga perforó la zaga local para quedar mano a mano con David Ospina y decretar el 1-0. Los Gunners buscaron una rápida reacción al gol recibido y estuvo a punto de empatarlo tres minutos más tarde. Alex Iwobi profundizó con Jack Wilshere, quien se desprendió de la zona de volantes para quedar frente a Willy Caballero, pero el argentino le ganó el duelo. Sin embargo, el arquero nada pudo hacer a los doce. Luego de un córner de Mesut Özil, un cabezazo de Nacho Monreal se desvió en Antonio Rüdiger y se transformó en el empate. Tras ese inicio intenso, ambos equipos continuaron buscando lastimarse pero ninguno de los dos fue capaz de generar peligro real. Chelsea intentó romper por dentro un par de veces, pero lo más aproximado a una chance de gol fue un intento de Willian, quien se escabulló por el medio y sacó un disparo que se fue desviado. Del lado de los de Arsène Wenger, lo más acechante fue una jugada de Wilshere en la que habilitó a Özil entre líneas y el derechazo del alemán salió al lado del palo tras desviarse en el camino.
Luego de ese primer tiempo parejo, Arsenal arrancó el segundo tiempo más decidido a llevar la iniciativa, sin embargo su producción en ataque no tuvo el peso necesario para crear posibilidades de riesgo real durante esos primeros instantes del complemento. Chelsea se defendió bien cerca de su área y buscó poner a correr a Hazard, pero logró hacerlo sólo en una ocasión, en la que el belga se escapó de la defensa pero se trastabilló en su camino al gol. Wenger se percató de su influencia y corrió a Mohamed Elneny al centro para controlar al ‘10’ de los Blues, un movimiento táctico que resultó importante en el resto del encuentro. Los Gunners, sin un volumen de juego muy amplio, lo buscaron más, y ese mayor ímpetu decantó en un gol producto de una jugada algo fortuita en el minuto quince. Alexandre Lacazette tomó una pelota sobre la derecha y se las arregló para sacar un centro que, luego de rebotar en un Rüdiger de desafortundada actuación, cayó en la posición de Granit Xhaka, quien alcanzó meter la punta del pie antes que Caballero.
Con el 2-1 en el marcador se vio a un local fortalecido, incluso cerca de lograr un tercer tanto. La más clara la armaron entre Özil y Lacazette: el alemán recibió del punta francés y le sirvió la sentencia del juego a Iwobi, que llegó sin marca por el lado opuesto, pero Caballero intervino negándole el gol al nigeriano. Chelsea reaccionó recién en el último cuarto de hora y fue por un empate que lo depositara en el alargue. Conte no cambió demasiado, pero se la jugó por Michy Batshuayi, un centrodelantero neto, para soltar a Hazard e intentar doblegar a un Arsenal que pasó los últimos minutos defendiendo su corta ventaja. No obstante, los Blues se quedaron sin más respuestas ofensivas que algún centro peligroso y terminaron cayendo una vez más, la tercera en ocho meses si de copas domésticas se habla, ante un elenco de Wenger que podría tener como consuelo y punto de inflexión esta Copa de Liga en una temporada que viene siendo floja, pero aún puede remontarse. El rival será el Manchester City, en Wembley, el 25 de febrero.
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