La segunda semifinal del reducido nos deja con una contundente victoria del Ferroviario por 2 a 1 ante Almagro (mismo resultado en la ida) y disputará la final por el segundo ascenso frente a Sarmiento de Junín.
Ni las nubes del cielo de Tres de Febrero pudieron recatar el fervor de los hinchas locales que colmaron las tribunas de su estadio. Sin embargo, el centro de atención de la tarde fue el cuervo Andrés Merlos… ¡tuvo que salir escudado de la policía bonaerense!
¿Acción? Había, por supuesto. ¿Cualquiera lo podía ganar? Afirmativo. Que hubo chances, las hubo… pero el que rompió el hielo fue el delantero Nahuel Luján; a los 23 minutos del primer tiempo batió el arco que da a la popular visitante.
“Necesitamos más acción”, y la hubo: a la media hora de juego, Leonardo Acosta es expulsado y, no conforme con ello, le levantó la mano al referí y la disconformidad de los espectadores no se hicieron esperar.
Ciento ochenta segundos después, Ezequiel Piovi le dio la tranquilidad a la parcialidad local tras convertir de tiro libre (dicho sea de paso: increíble la distracción fatal del 1 santiagueño César Taborda) y dejarlo parcialmente empatado. Aunque le faltaba uno más para avanzar.
Ya en el complemento, las aguas calmaron y el match pasaba a ser un sube y baja: una oportunidad para Almagro y otra para Central Córdoba. Y así sucesivamente. El arquero local Horacio Ramírez estaba tan entusiasmado al nivel que recibió una amonestación por una patada rústica a un atacante de CC.
En el último minuto de juego, el centrodelantero Javier Rossi convierte el gol que selló su participación en la final: una volea antagónica hacia el arco de la popular local dejó sin respuesta alguna al portero rival. Un tanto que le da la última oportunidad para ascender a la Superliga del año próximo.
Central Córdoba recibirá a Sarmiento la semana próxima, y, la otra, lo visitará en Junín.
