En un partido más significativo por lo político y cultural que lo deportivo, Barcelona venció 3 a 0 a Las Palmas. El encuentro estuvo vacío de espectadores pero cargado de mensajes, suspicacias, provocaciones y mensajes en medio del referéndum independentista que lleva adelante la región catalana para separarse de la nación española.

En la calles más de 900 heridos fruto de la represión policial que intentó frenar el acto eleccionario, en el Camp Nou, sólo las cámaras y los periodistas que se daban el lujo de poder oír como Lionel Messi se enojaba con el árbitro o Leandro Chichizola ordenaba la defensa a los gritos. Un escenario desolador que ni el peor ataque terrorista sufrido por Barcelona hace poco tiempo atrás había logrado imponer. Aquí una breve historia de este “desencuentro deportivo”, que muestra una vez más al fútbol como un emergente, un catalizador de la sociedad actual en la que vivimos.

Que jugamos que no jugamos, la no suspensión del partido
Tras anunciar la suspensión unilateral del partido ante Las Palmas, la comisión directiva del Barcelona dio marcha atrás y decidió disputar el encuentro a puertas cerradas tras la negativa de la Liga de Fútbol de decretar su aplazamiento. La amenaza de invasión de campo por parte de la barra “Fondo Norte” parece haber sido el detonante. El club azulgrana había pedido previamente a la RFEF la suspensión del choque por la falta de seguridad, pero el informe favorable de los Mossos d’Esquadra descartó esa posibilidad por parte de la Federación y de la Liga. Es que en caso de no disputar el partido el Barcelona hubiera sufrido el descuento de no tres sino seis puntos por parte de la organización de la Liga. La decisión azulgrana inicial de no disputar de manera unilateral el duelo le habría supuesto perder el partido por 0-3, así como tres puntos en la clasificación de la Liga (artículo 77 del Código Disciplinario).
La barrabrava del Barcelona Fondo Norte, si es que la podemos denominar así, envió un comunicado en el que afirmó que, en el caso de que se dispute el partido, habría una invasión del campo. “Ante la indignante represión que está sufriendo el pueblo catalán, pedimos al FC Barcelona que suspenda el partido. En caso de no lo haga, lo haremos nosotros. Hoy no se juega. Es por esto que hacemos un llamamiento al barcelonismo que vaya al Camp Nou y salte al campo del estadio en el minuto 1“, rezó parte del comunicado. El partido se jugó igual.

A los 23 minutos del segundo tiempo, Barcelona empezó a liquidar el choque contra Las Palmas, que finalmente ganó 3-0, cuando un espontáneo saltó a la cancha con una remera que tenía una consigna a favor de la independencia catalana. Fue rápidamente controlado por las fuerzas de seguridad, pero el mensaje ya estaba dado, en medio de fuertes protestas fuera del estadio donde se exigía la renuncia de Bartomeu por haber decidido jugar el partido. El directivo intentó más tarde justificar la medida. Explicó que se jugó a puerta cerrada no por motivos de seguridad, que “estaba garantizada”, sino para mostrar la “disconformidad” de lo que está sucediendo en Cataluña.
Comunicado del Barcelona FC

El presidente de Barcelona, Josep María Bartomeu, defendió la decisión de jugar a puertas cerradas el partido contra Las Palmas en el Camp Nou, además de pedir que “el mundo vea lo que está sucediendo en Cataluña” en relación a los disturbios ocurridos cuando las fuerzas de seguridad nacionales reprimieron a votantes en el referéndum. “Lamentamos muchísimo esta falta de libertad de expresión que está sucediendo hoy en Cataluña. Estamos preocupados y con mucha pena”, declaró Bartomeu al canal oficial del Barcelona. “Hemos decidido, en lugar de anular el partido, que era lo que queríamos todos, jugarlo a puertas cerradas para que todo el mundo vea que hoy se juega un partido de fútbol pero que nada tiene que ver con la normalidad”, explicó. En un comunicado oficial, Barcelona condenó “las acciones llevadas a cabo hoy en muchas localidades de toda Cataluña para impedir el ejercicio del derecho democrático y la libre expresión de sus ciudadanos”.

Bandera de España en la camiseta de Las Palmas
En un gesto provocador al menos, Las Palmas jugó el partido con una camiseta especial que incluyó una pequeña bandera española en el lado derecho del pecho junto a la fecha 01-10-2017. “Con la bandera española bordada en nuestra equipación queremos votar de forma inequívoca en una imaginaria consulta a la que nadie nos ha convocado: creemos en la unidad de España“, decía el comunicado oficial del Club Las Palmas. No obstante, dejaron en claro porque lo hicieron: “lo hacemos desde la autoridad moral que le quieran conceder a la región más lejana de la capital de este reino. Lo hacemos para decirle al mundo que sentimos dolor por lo que está ocurriendo. Lo hacemos confiando en que a nadie le incomode este gesto”, justificó el club amarillo en su texto.

La Marca de la gorra
Marca, medio de tendencia madridista, no pudo ocultar su desacuerdo con el referéndum barcelonista y publicó una tapa más que polémica. El Real Madrid, fiel a sus raíces nacionalistas y realistas, llenó el estadio de banderas españolas en su partido un día antes.

En esta oportunidad, la Casablanca dio lugar a la manifestación ideológica de las masas y apoyaron los intereses mediáticos que sostienen la televisación de los eventos futbolísticos en España. La situación de Barcelona fue ignorada, por todos lados el equipo culé tuvo que jugar un partido imposible, a puertas cerradas, pese a los pedidos de suspensión. Motivos sobraban, el referéndum independentista de Cataluña, más de 900 heridos en las calles fueron algunos de los argumentos, pero a los intereses comerciales del negocio futbolístico poco le importaron. Ayer, Barcelona fue más que el fútbol, referente de una cultura, un dialecto y una sociedad en lucha por sus derechos históricos. Ayer el equipo culé fue “més que un club”.