Los “Samurais Azules” necesitaron de un penal para apagar a la “Estrella Dorada”. Los “Príncipes de Persia” manejaron a gusto las arenas del tiempo y su juego es aún más grande que la Muralla China.
Momentos culminantes de la Copa Asiática 2019 porque arrancaron los cuartos de final. El jueves del “Gran Continente” no trajo sorpresas porque ganaron los que tenían que hacerlo y por eso quedarán los mejores para las instancias superiores.
Japón se impuso 1-0 a Vietnam y tras 5 presentaciones sigue sin convencer del todo. Los nipones ganan y avanzan, pero todavía no explotaron el potencial que suelen tener y no se aprecia la superioridad real frente a seleccionados de menor jerarquía.
En Dubai ganó el candidato, es cierto, y se espera que en algún momento aparezca el buen juego. No obstante, una victoria siempre llama a la otra y en lo que hace a resultados el conjunto de Hajime Moriyasu no pierde la brújula.
Los vietnamitas consideraron un regalo el haberse encontrado entre los 8 mejores del torneo. Desde la insólita clasificación de la fase de grupos por una tarjeta amarilla menos, hasta sobrevivir a una tanda de penales, los orientados por el surcoreano Park Hang-Seo vivieron un cuento de hadas.
Japón tomó las riendas del partido y comenzó a inquietar la portería de Dang Van Lam. Antes de los 20 minutos, un tiro de esquina ejecutado por Shibasaki generó la primera jugada de riesgo.
Córner desde la izquierda y salto del capitán Maya Yoshida. Nada que hacer para Van Lam y pelota al fondo del arco. Festejo alocado del defensor hasta que el llamado de la tecnología revisó la situación.
Sí, recién en cuartos de final entraría en escena el VAR y el árbitro emiratí Hassan Mohd consultó por una supuesta mano de Yoshida. En efecto, la pelota dio en el brazo del nipón y no en la cabeza (el movimiento engañó la visual de todos). Fina y digna de varias repeticiones, la jugada terminó en gol anulado.
Los japoneses se enojaron y volvieron a la carga con el juego aéreo. Otra vez un centro de Shibasaki pero por derecha y gran cabezazo de Ritsu Doan. Espectacular atajada de Van Lam para evitar la caída de su arco.
Vietnam un poco se animó y casi le complica la existencia a sus rivales. Primero una mala salida desde el fondo terminó con una tapada del arquero Gonda ante un disparo de Hung Dung. Y luego un cabezazo del propio Dung lo obligó a revolcarse al portero del Sagan Tosu.
Del otro lado, Doan combinó perfecto con Minamino y otra vez Van Lam se convirtió en héroe para ahogarle el grito de gol al delantero RB Salzburgo.
El segundo tiempo no tuvo cambio de mando porque Japón fue un poco más incisivo en ataque. Con algo de confusión y sin ideas claras, pero al menos fue a la carga y encerró a su rival en el propio campo.
El desnivel llegó desde los 12 pasos, con otra situación verificada por el VAR. A los 56´, Ritsu Doan se internó en la tierra prometida y fue desplazado por Tien Dung I. Al referí Mohd lo llamaron del panel de control y fue a revisar la acción. Hubo una zancadilla sí, pero Doan aprovechó la inercia para hacerlo aún más aparatoso, digamos todo.
No le importó al delantero surgido del Gamba Osaka porque se hizo cargo de la ejecución. Doan al fin pudo con Van Lam – ni que fuera del “Gran Dragón Blanco – y consiguió su segunda diana del certamen.
A partir de ese momento, Japón estuvo más cerca del segundo que Vietnam de un impensado empate. Las manos de Van Lam mantenían el suspenso en el resultado y la “Estrella Dorada” casi vuelve a brillar con un latigazo de zurda de Hong Duy que salió apenas ancho. No hubiese sido justo porque los nipones merecieron quedarse con la victoria. Eso sí, los intereses de la deuda en cuanto al juego crecen partido tras partido. Pero no importa, siempre hay avales para el más ganador de Asia.
Irán no tuvo problemas y goleó 3-0 a China en Abu Dhabi. Nueva muestra de carácter y autoridad para el mejor seleccionado en lo que va del torneo, que se animó a escalar la “Gran Muralla” sin sobresaltos.
Se sabe que en este tipo de instancias el margen de error es mínimo. Una equivocación puede dejar afuera a cualquiera y los del italiano Marcello Lippi se encargaron solitos de armar las valijas.
A los 18´, un largo pelotazo desde el terreno persa lo tuvo a Feng Xiaoting tratando de cubrir el balón. Sardar Azmoun leyó la jugada y lo primereó al defensor chino, para robarle la pelota y cedérsela a Mehdi Taremi, quien llegó libre en paralelo y castigó al arquero Yan Juling.
Los chinos no aprendieron nada porque a la media hora de juego volvieron a tropezar con la misma piedra. Deja vu con un bochazo largo y pésima reacción de la defensa. Pelota picando y cierre fallido de Liu Yiming, quien no contó con otra feliz aparición de Azmoun. No lo podía creer el delantero del Rubin Kazan ruso, que aprovechó otro obsequio y tras desparramar al portero elevó la cuenta a 2.
No van a creerlo … pero el tercero llegó ¡de la misma forma!. Minuto 91 y un pase frontal volvió a desnudar los horrores defensivos chinos. En el círculo central, Liu Yiming se durmió otra siesta y Taremi le quitó la redonda. Habilitación para la carrera de Karim Ansarifard y dejo de resignación para el guardavallas Juling.
La “Gran Muralla” tuvo ladrillos huecos y los persas la tiraron abajo a voluntad. Como si estuviese hecha de paja y no de material … esta vez el lobo fue Irán y sopló las veces que quiso, para meterse en las semifinales con holgura.
(Foto Principal: Daily Mail)