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#Arqueros: Fillol: voladas, copa mundial y leyenda

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Oriundo de San Miguel del Monte, provincia de Buenos Aires, “El Pato” desarrolló una carrera futbolística notoria y además, con la selección nacional de Argentina, se consagró campeón del mundo en 1978.

“PLANTEL 1978”. Fillol (buzo verde) fue determinante en la obtención del título. (Ilusión Mundial)

INICIOS.
Su primer club fue el de su pueblo, el del barrio que lo vio nacer: San Miguel del Monte. Fueron cuatro años de defender los colores de aquella institución barrial; la volada del debut se vio en 1960 y en 1964 Ubaldo Fillol dejó el arco del barrio y comenzó a buscar nuevos horizontes.
La gran oportunidad del “Pato” apareció cuando este chico nacido el 21 de julio de 1950 tenía 19 años y en Quilmes Atlético Club; en aquel duelo “el cervecero” se midió con Huracán de Parque Patricios y sus buenas actuaciones bajo los tres palos de Quilmes llamaron la atención de uno de los cinco “grandes” argentinos. Fue así que Racing Club de Avellaneda se hizo de los servicios de Fillol. En el ’73 es transferido al Club Atlético River Plate donde obtiene siete títulos domésticos (Metropolitanos de 1975, 1977, 1979 y 1980 y Nacionales de 1975, 1979 y 1981). Siempre con actuaciones destacadas y siendo considerado como uno de los mejores arqueros de la época, en 1974 llega a la Selección Argentina. El camino con la “albiceleste” no fue sencillo ya que empezó como tercer guardameta en “Alemania 1974”, detrás de Daniel Carnevali y Miguel Santoro. En el certamen disputado en tierras bávaras, Fillol jugó un único cotejo en el que fue titular y nada menos que ante Alemania Oriental: el miércoles 3 de julio, el “Pato” cumplía el sueño de miles y millones, jugar un mundial con su seleccionado. El resultado fue empate a uno con goles de Joachim Streich para los locales y René Houseman para la albiceleste. Desafortunadamente Argentina no pudo llegar muy lejos y quedó eliminado en 2da ronda de fase de grupos. Pero aquel mundial alemán fue la semilla que germinó y dio vida a una generación de futbolistas que cuatro años más tarde obtendrían la primera de las dos copas del mundo que posee nuestro combinado mayor de fútbol.

“España” . Mundial 82 y Fillol con el seleccionado. (Infobae)

CAMPEÓN DEL MUNDO.
Tras cuatro años de preparación y de un trabajo meticuloso por parte del cuerpo técnico encabezado por César Luis Menotti, la selección argentina tiene la chance inmejorable de ser anfitriona de una cita mundialista. Social y políticamente, nuestro país atravesaba la peor dictadura militar de su historia, por lo que el mundial se vio manchado por cuestiones completamente ajenas tanto al plantel nacional, como a todos los equipos que participaron de la cita.
Sin embargo, esto no amilanó las ansias de los jugadores y aunque con un andar ciertamente irregular y altibajos en el rendimiento general, Argentina salió a disputar el torneo con el sueño que comparten todos: ser campeones mundiales.

Ubaldo Fillol fue titular en los siete encuentros jugados. Por entonces el formato de juego era diferente a los que se ve actualmente: la copa del mundo estaba integrada por 16 planteles, diviidos en cuatro grupos de cuatro equipos. Luego de enfrentarse todos contra todos, los mejores ocho pasaban a una segunda etapa donde se organizaban 2 zonas de también cuatro equipos. Aquí nuevamente jugaban todos contra todos y los primeros de cada zona clasificaban a la final. Los dos escoltas disputaban el tercer puesto.
Argentina, como anfitrión del mundial, formaba parte del GRUPO A junto a Francia, Hungría e Italia. El “pato” Fillol fue el arquero titular de toda la competición.
En el primer encuentro la albiceleste se impuso a Hungría por 2 a 1 con tantos de Leopoldo Jacinto Luque y Daniel Bertoni, mientras que la diana húngara fue obra de Karoly Csapo. El segundo match tuvo como rival a Francia y los locales ganaron por el mismo resultado. En aquella ocasión los tantos fueron anotados por Daniel Pasarella, de penal y Luque. El gol galo lo marcó Michel Platini. Fue precisamente en este cotejo que nació y se inmortalizó “El vuelo de Fillol”. Cuando Argentina ganaba 2 a 1, Dominique Rocheteau exigió con un zurdazo impresionante a un “pato” que voló espectacularmente para impedir la caída de su valla y a mano cambiada, no es poca cosa en lo absoluto. Esta jugada es, quizás, la síntesis exacta de lo que significó el chico de San Miguel del Monte en la conquista del mundial ’78.
La tercera jornada fue un cachetazo para los argentinos que cayeron por la mínima ante Italia: el gol lo convirtió Roberto Bettega. De todas maneras, Argentina pasó de ronda como segundo e ingresó a la zona B donde lo acompañaron Brasil, Perú y Polonia. Con doblete de Kempes, se venció a Polonia y tras una paridad sin tantos ante los brasileños, se cerró esa segunda etapa con goleada ante Perú: el famoso seis a cero. Los gritos de ese 21 de junio de 1978 fueron orquestados por Kempes (2), Alberto Tarantini, Luque (2) y René Houseman. Esta paliza al elenco peruano significó el primer puesto para Argentina que se iba a medir en el partido culmine con Países Bajos (hasta 2019 se le denominaba Holanda), ganador de la zona A.

La final se jugó en el “Estadio Antonio Vespucio Liberti”, conocido popularmente como “El Monumental”. Allí el local era River Plate, club donde se desempeñaba Fillol: el “pato” conocía ese césped a la perfección y ese domingo 25 de junio todo saldría a pedir de boca para los albicelestes que se impondrían por 3 a 1 a la “naranja mecánica”. Los goles de aquella tarde fueron obra de Kempes (2) y Daniel Bertoni. La conquista neerlandesa la consiguió Dick Nanninga.

Fillol alcanzó así el título más importante de su carrera futbolística y convirtió su ya enorme imagen en leyenda. En la siguiente cita mundialista, es decir “España 1982”, el “pato” fue titular en cinco encuentros, pero Argentina no tuvo una buena producción y se fue de la competencia tempranamente.
Para “México 1986”, Fillol de 36 años, ya no fue convocado, pero su recuerdo en el arco albiceleste perduró y seguirá perdurando en el tiempo.

“MURALLA VOLADORA”. Rocheteau ya pateó y el Pato reaccionó a lo gigante. Argentina le ganó a Francia y pasó de ronda. (FIFA)

RETIRO.
Tras lo sucedido en España, River Plate continuó siendo el hogar de Fillol hasta 1983 cuando emigró a Argentinos Juniors. Luego pasó por Flamengo de Brasil, Atlético de Madrid de España, regresó a Racing Club y se retiró en 1990 como centinela de la valla del Club Atlético Vélez Sarsfield. Y no se trató de un mero “partido más”, sino que fue en “El Monumental” y ante River Plate. La actuación del Pato fue extraordinaria, atajando incluso un penal ejecutado por Rubén Fernando “Polilla” Da Silva. Pero contener el disparo desde los doce pasos no fue suficiente, en aquel duelo River cae por 2 a 1 ante Vélez y pierde la chance de ganar el torneo (lo ganó Newell’s Old Boys, dirigido por un tal Marcelo Bielsa). Sin embargo, el cariño de la gente de River por Fillol pudo más que ese mal trago y aún sabiendo que ya no saldrían campeones, a la hora de despedir al arquero emblema de esa década y un poco más, la hinchada le hizo honor al apodo del estadio y le dijo adiós con una ovación monumental.

Muchas veces sucede que en el fútbol, si no se gana “algo” pareciera ser que no se dejó nada en el camino, que no queda ningún legado. En el caso del querido “Pato”, independientemente de sus lauros a nivel clubes y con la selección de Argentina, quedará mucho más que los trofeos en las vitrinas: Fillol impuso una impronta, una actitud que muchos arqueros sostienen como escuela y como estilo en su juego. La seguridad dentro del área chica, esos vuelos para alcanzar ángulos que parecen imposibles, la habilidad con los pies y la fuerza de las piernas del “pato” siempre serán recordadas. Porque cuando se trata de este tipo de futbolistas, por más que cuelguen los botines o, en este caso también los guantes, hay algo más en ellos que los tatúa en la memoria colectiva y podrá pasar el tiempo, podrán pasar otros arqueros, pero la figura de Ubaldo Matildo Fillol permanecerá inamovible en los recuerdos y memorias de aquellos que entienden que los futbolistas de campo y los arqueros no son dos caras opuestas de una moneda, sino dos aristas que si se complementan perfectamente, dejan como legado una manera de ver, jugar, analizar y transitar el fútbol y si, también la vida.

FOTO DESTACADA: “Argentina campeón 1978”
Radio Mitre
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FIFA

Maru Burak

Nací un lluvioso lunes 12 de julio de 1982 y según mi DNI me llamo María Clarisa Burak, pero soy simplemente Maru. En 2005 dejé mi natal Provincia de Buenos Aires y me vine a Córdoba, donde resido desde entonces.
Por hobbie hago música, canto e intento bailar, pero mi vocación es, fue y siempre será el periodismo.
Me sumé a "El Rincón del Fútbol" en febrero de 2017 y espero mantenerme acá mucho, pero mucho tiempo: no es usual encontrarse a una manga de loquitos igual de fanáticos que yo. Aunque todos los deportes me atraen, el fútbol tiene ese no se qué, ese encanto que me aprisiona.
En El Rincón cubro "Le Championnat", es decir la Liga de Primera División de Francia y a la Selección Argentina, tanto en masculino como en femenino. También me sumo al grupo de Champions y Europa League, porque Schiavi no puede solo con todo...

Deseo que el futuro me encuentre dedicada a mi vocación y que pueda desarrollarla con criterio y profesionalismo.
Soy MESSIsta, BANINIsta, fan de Aldana Cometti, soñadora e ideologista, del deporte y de la vida.
Sólo resta decir... ¡Pero qué viva el fútbol!

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