Iker Muniain llegó ayer al país y se sometió a la revisación médica. Solo falta la firma del contrato para que se convierta en refuerzo de San Lorenzo. Leandro Romagnoli y la llegada del refuerzo tan esperado.
“Feliz de estar aquí. Va todo muy bien, vamos a ver si se puede dar”. Con estas pocas palabras Iker Muniain se dirigió a los medios de comunicación presentes en el Aeropuerto de Ezeiza. Con esas escuetas palabras, pero con una sonrisa franca dibujada en su cara, el jugador vasco regresó al país para convertirse en refuerzo de San Lorenzo. Boedo conmocionado.
Varios hinchas del Ciclón esperaron a Muniain en la terminal aérea. Detalle que no paso desapercibido para nadie: Muniain tenía un abrigo con los colores Azulgrana, como para despertar la algarabía de los hinchas del CASLA. Por la tarde, el mediocampista se dirigió a un centro médico para realizarse la revisión correspondiente. Allí también fue abordando por fanáticos del Cuervo.
Solo resta la firma del vínculo para que formalmente Muniain sea nueva cara de San Lorenzo. Se están terminando de pulir algunos detalles referidos a la forma de pago, en cuanto a divisa y mecanismos de transferencia. El vínculo del vasco será hasta diciembre de 2025, con cláusula de rescisión cada seis meses.
Más allá de la necesaria puesta a punto del jugador, San Lorenzo requerirá resolver otro problema para poder contar con Muniain. Debe levantar dos inhibiciones, una con Fabricio Formiliano y otra con Cristian Zapata. En el primer caso, el CASLA deberá abonar la totalidad de lo adeudado en un pago y, en el segundo, existe la posibilidad de un plan de pago. Los dirigentes del Azulgrana ya trabajan para resolverlo y que el debut de Muniain no se retrase.
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