CHAMPIONS LEAGUE
Grupo B
Con un Lionel Messi brillante, Barcelona sacudió el mítico Estadio de Wembley y brindó un recital futbolístico: con dos de “La Pulga”, uno de Phillipe Coutinho y otro de Ivan Rakitic, “Los culés” se impusieron por 4 a 2 a Totteham. Los goles del conjunto inglés fueron de Harry Kane y Erik Lamela. Inter, en el otro partido del grupo, se llevó un importante triunfo de Holanda ante PSV.
No se lo puede frenar, cuando Messi está afilado y, por supuesto, el equipo lo acompaña, no existe poder humano que consiga pararlo; no hay un orden que el astro del fútbol mundial no altere, un sistema que no modifique ni un esquema que no rompa y esta segunda jornada de Champions League, demostró lo que se podría conseguir si cada plantel donde Messi juega, entendiera que no hay que depender de él, sino aprender a aprovecharlo.
Y hoy Barcelona lo entendió; como quizás no lo entendía desde las mejores épocas con Xavi Hernández y Andrés Iniesta o como lograron hacerlo con el famoso “MSN”, Messi, Luis Suárez y Neymar Jr. Esta tarde-noche inglesa pareció remontarse a aquellas gloriosas épocas y, como no podía ser de otro modo, el contexto y el equipo fueron un mismo sonar que aturdió al apasible Tottenham Hotspur de Mauricio Pochettino: nada de lo que intentó el elenco británico logró detener a Barcelona; ni siquiera el potente Harry Kane o los habilidosos Heung-Min Son y Erik Lamela lograban inquietar a la defensa blaugrana lo suficiente como para evitar que los extremos subieran y pasaran al ataque.
Para colmo de males (males de Tottenham, claro), la cuestión se abrió apenas el árbitro alemán Felix Zwayer dio el pitazo inicial: pelota por aquí, pelota por allá y cuando se habían consumido poco más de sesenta segundos, la figura de la cancha vio a Jordi Alba despegándose de su marca y desde mitad de cancha lanzó un pase que el futbolista español controló sin inconvenientes: encima el arquero de “Los Spurs”, Hugo Lloris, campeón del mundo con Francia en el pasado mundial, salió de su área chica para intentar interponerse en la jugada y Alba vio que Phillipe Coutinho llegaba prácticamente solo, con el arco a disposición: pase y gol y antes de los 120 segundos de juego, Barcelona se ponía en ventaja.
Con el marcador a su favor, los catalanes manejaron absolutamente todo, incluso las intenciones del conjunto inglés, nada pasaba desapercibido para los culés y mucho menos para Messi que, en ese momento del encuentro, se había calzado el traje de repartidor, de asistidor, de enganche y le sentó más que bien: La Pulga entendió que su puesto estaba rondando el círculo central para repartir juego y con esa capacidad extraordinaria que se le conoce, logró su objetivo con creces.
Barcelona dominaba el fútbol y los estados de su contrincante, los Spurs no coordinaban, Harry Kane se hallaba muy aislado arriba y cuando bajaba no se podía hacer con la pelota; muy lejos los volantes de los delanteros; cero sincronización. Encima, a los 28 minutos de ese primer tiempo, una volea de Ivan Rakitic se clavó en el arco de Lloris y Wembley se dividió en dos: los locales que sufrían y la porción de hinchas blaugranas que gritaban desaforados. Era el dos a cero y así se iban al descanso.
En el arranque del complemento, hubo una alteración de estrategia: Tottenham se adelantó unos metros en el campo y Barcelona hizo un enroque que colocó a Coutinho más de enganche, permitiéndole a Messi acercarse al área como delantero en vez de asistidor. En menos de cinco minutos, dos disparos del rosarino se estrellaron en el palo derecho de Hugo Lloris; el plan parecía funcionar, pero Harry Kane tenía otra idea y a los 7 marcó el descuento para el local. Sin embargo, Lionel Messi volvió a ampliar diferencias apenas 180 segundos después del 2 a 1 parcial. El partido se ponía más vibrante, más vertiginoso porque Tottenham necesitaba ganar y fue a buscar la tan ansiada victoria. A los 21, Erik Lamela descontó nuevamente, pero no iba a alcanzar, la esperanza del equipo inglés se desvanecía con el paso del tiempo y en el ocaso del encuentro, la gran estrella de la noche le regaló un bis a todo Wembley: La Pulga anotó el cuarto de su escuadra y el segundo de su cosecha personal; los volvió locos y la cara de Pochettino lo decía todo: no se lo puede frenar, cuando Messi está afilado, no existe poder humano que consiga pararlo…
DETALLE DEL PARTIDO
POSICIONES GRUPO B
FOTO DESTACADA: “Lionel Messi”
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